Bogotá, Colombia, 21 de agosto. El expresidente colombiano Álvaro Uribe salió de su prisión domiciliaria y eligió como una de sus primeras acciones volver a los actos públicos buscando influir en la campaña política con mayor fuerza de la que tenía antes de convertirse en el primer exmandatario de ese país en ser condenado.
Uribe Vélez, un orador habilidoso que suele mostrarse cercano a la gente, reapareció en público ayer en el departamento de Antioquia, su tierra natal, rodeado de decenas de simpatizantes y escoltado por policías. "¡Uribe, te amo!”, gritó una mujer, a lo que el expresidente respondió con una sonrisa “yo más”.
“La lucha que tenemos que dar es para unir el corazón y la convicción de todo el pensamiento democrático de la patria, no para ganar unas elecciones, sino algo más importante: ganar las elecciones para que gane Colombia”, declaró Uribe, líder del partido de derecha Centro Democrático y principal opositor del presidente Gustavo Petro, el primer izquierdista en gobernar el país.
Según analistas, su figura —que estuvo de capa caída durante el proceso judicial— ha ganado notoriedad y se proyecta como un factor relevante, especialmente en el sector de derecha que lidera, para las elecciones legislativas y presidenciales de 2026.
Uribe Vélez fue condenado a inicios de agosto a 12 años de prisión domiciliaria por los delitos de fraude procesal y soborno a testigos luego de que una jueza de primera instancia concluyera que instigó a un abogado para que ofreciera dádivas a testigos para que negaran sus presuntos vínculos con exparamilitares. A su vez lo absolvió por el presunto soborno a una exfiscal condenada por corrupción.
Su defensa apeló la condena y será el Tribunal Superior de Bogotá el que decida en segunda instancia antes de octubre, cuando el proceso prescribirá. El martes, ese tribunal resolvió una acción de amparo a favor de Uribe ordenando su libertad mientras espera la decisión judicial.
Uribe, quien gobernó entre 2002 y 2010, se ha declarado inocente y ha denunciado que se trata de una persecución política en su contra. Ese mismo argumento suele ser usado por sus seguidores que tras la condena se manifestaron por miles en las calles para apoyarlo.
Tras dos periodos seguidos como presidente, Uribe influyó en la elección de sus dos sucesores, por lo que su figura en el país se ha mantenido vigente. Sin embargo, él mismo ha aceptado que el proceso judicial afectó su reputación y lo relegó a defenderse.
“No pienso que las elecciones puedan ser definidas por Álvaro Uribe como era el caso hasta 2018, pero su influencia puede ser determinante en la derecha para tratar de influir sobre la elección de un candidato único cuando hay una gran fragmentación en todos los sectores”, indicó Yann Basset, profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario.
Uribe Vélez sale a la plaza pública en una campaña aún en ciernes en la que no hay punteros claros, dado que más de 70 políticos de todas las orillas han manifestado que serán precandidatos presidenciales.
La campaña fue ensombrecida por el homicidio del precandidato y senador del Centro Democrático Miguel Uribe Turbay —sin parentesco con el expresidente—, atacado en junio a tiros cuando daba un discurso de campaña en un parque de Bogotá.
El padre del precandidato fallecido ofreció al expresidente Uribe ser quien decida sobre el legado político de Uribe Turbay, por lo que dentro de la derecha debaten quién se presentará como su sucesor para entrar a disputar a las fuerzas de izquierda lideradas por Petro.