Washington, Estados Unidos, 22 de agosto. El FBI registró la casa en Maryland y la oficina en Washington del exasesor de seguridad nacional del gobierno del presidente Donald Trump, John Bolton, como parte de una investigación policial sobre el posible manejo indebido de información clasificada, indicó una persona familiarizada con el asunto.
Bolton, quien se convirtió en un crítico abierto de Trump tras ser despedido en 2019 y tuvo enfrentamientos con la primera administración del republicano por un mordaz libro de su autoría, en el que documentó su tiempo en la Casa Blanca, no estaba bajo custodia y no ha sido acusado de ningún delito, señaló la persona, que no estaba autorizada a declarar públicamente acerca de la investigación y habló con la agencia The Associated Press bajo condición de anonimato.
Es probable que los registros, que aparentemente son el paso público más importante tomado por el Departamento de Justicia contra una persona que el presidente percibe como enemiga, generen una nueva alarma de que el gobierno de Trump utiliza sus poderes de aplicación de la ley contra los enemigos del republicano. También se producen en un momento en que el gobierno toma medidas para examinar las actividades de otros críticos, como la autorización de una investigación de un jurado investigador sobre los orígenes de la pesquisa Trump-Rusia que acosó al presidente durante gran parte de su primer mandato, y mientras los líderes del FBI y del Departamento de Justicia muestran su lealtad a Trump.
También se desarrollan en el contexto de una búsqueda, realizada en 2022, de documentos clasificados en la finca Mar- a-Lago, propiedad de Trump, en Palm Beach, Florida, una acción que produjo cargos penales que posteriormente fueron desestimados, pero que sigue siendo fuente de indignación para el presidente y sus seguidores, que insisten en que el mandatario fue señalado injustamente, a pesar de que se encontraron registros ultrasecretos. El actual director del FBI, Kash Patel, quien incluyó a Bolton en una lista de “miembros del Estado profundo del Poder Ejecutivo” en un libro de 2023, dijo esta semana en una entrevista divulgada en Fox News Channel que la búsqueda en Mar-a-Lago representó una “total instrumentalización y politización” de la oficina.
En declaraciones hechas a periodistas durante una visita no programada a la Asociación Histórica de la Casa Blanca, Trump manifestó que había visto la cobertura noticiosa de los registros de este viernes y esperaba que el Departamento de Justicia le informara al respecto, pero también insistió en que no “quería saber sobre ello”.
“Podría saber sobre ello. Pude haber sido quien lo iniciara. De hecho, soy el principal agente de la ley. Pero siento que es mejor así", dijo Trump.
En los últimos meses, Bolton había dicho en entrevistas que sabía que podría ser objeto de escrutinio, y declaró a la AP en enero, poco antes de que Trump asumiera el cargo, que “Cualquiera que esté en desacuerdo con Trump tiene que preocuparse por las represalias. Es una lista bastante larga”.
“Ha pasado mucho tiempo desde que la gente solía hablar sobre la lista de enemigos de Richard Nixon. Pero ese parece ser el enfoque de Trump. Por ello, es un territorio inexplorado en muchos aspectos”, dijo Bolton.
Trump y Bolton se han enfrentado por años
Bolton fue el tercer asesor de Seguridad Nacional de Trump durante 17 meses y se enfrentó al mandatario republicano por Irán, Afganistán y Corea del Norte.
Fue objeto de escrutinio durante la primera etapa de Trump en la Casa Blanca por un libro que escribió sobre su tiempo en el gobierno, “The Room Where it Happened”, que, según los funcionarios, divulgaba información clasificada. En su demanda, el Departamento de Justicia presentó en 2020 declaraciones juradas de altos funcionarios de la Casa Blanca, entre ellos, el entonces director de la Agencia de Seguridad Nacional, Paul Nakasone, donde se afirmaba que el manuscrito de Bolton incluía información clasificada que podría dañar la seguridad nacional si se exponía.
Los abogados de Bolton han dicho que siguió adelante con el libro después de que un funcionario del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, con quien el exfuncionario había trabajado durante meses, dijo que el manuscrito ya no contenía información clasificada.
En 2021, el Departamento de Justicia abandonó su demanda y desestimó la indagación de un jurado investigador independiente. El abogado de Bolton calificó el esfuerzo para impedir la publicación del libro como “políticamente motivado” e ilegítimo.
En su libro, Bolton presenta a Trump como alguien gravemente desinformado sobre política exterior y señala que “veía conspiraciones por todas partes, y se mantenía asombrosamente desinformado sobre cómo dirigir la Casa Blanca, por no hablar del enorme gobierno federal”.
Trump respondió criticando a Bolton, calificándolo como un “loco” belicista que habría llevado al país a la “Sexta Guerra Mundial”.
Bolton fue embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas en el régimen del presidente George W. Bush y también ocupó cargos en el gobierno del presidente Ronald Reagan. Consideró la posibilidad de postularse para la presidencia en 2012 y 2016.
En enero, en su primer día de vuelta en la Casa Blanca, Trump revocó las autorizaciones de seguridad de más de cuatro docenas de exfuncionarios de inteligencia, incluido Bolton. Además, es uno de los tres exfuncionarios de Trump cuyas medidas de seguridad fueron canceladas por el presidente a principios de año.