EE.UU., 26 de marzo. Mientras la tormenta la tormenta arrasaba manzanas enteras del pueblo de Rolling Fork el viernes, una Iglesia Metodista resistía los fuertes vientos. Tras el suceso, el primer domingo después del tornado comenzó como cualquier otro domingo: con los feligreses reafirmando su fe y encontrando consuelo juntos.
“Somos una comunidad muy religiosa”, dijo Laura Allmon, una feligresa de cuarta generación. “Significa mucho para nosotros poder reunirnos, orar y dar gracias por lo que tenemos”.
Al menos 25 personas perdieron la vida y docenas más resultaron heridas a última hora del viernes en Mississippi, localidad donde la tormenta arrasó una de las regiones más pobres del país.
Cientos de casas quedaron inhabitables, por lo que muchos residentes de Rolling Fork acudieron el domingo a la red de iglesias, cuyo pueblo rural ronda los 2 mil habitantes, y donde la agricultura y la fe conforman la vida local.
Fundada hace cerca de 135 años, la Iglesia Metodista de Rolling Fork “ha sido durante mucho tiempo una fuente de apoyo y resistencia en tiempos difíciles”, dijeron sus miembros.
“ Aquí hay mucha gente que sabe lo que es la paciencia por el trabajo en el campo”, señaló Stewart, y añadió que que los habitantes “dependen de la lluvia para sus cultivos —su sustento— y tienen que dejarla en manos de Dios... es una maravillosa reafirmación de que Dios tiene el control”.
Debido a que el edificio de la iglesia se quedó sin electricidad el domingo por la mañana, unas dos docenas de fieles se reunieron en su histórica para rescuchan un breve sermón de Stewart.
“Estamos agradecidos, Señor, porque nos has sacado de esta tormenta”, señaló a los asistentes. “Tenemos mucho que hacer y mucho que reconstruir, y hay gente que hemos perdido en nuestra ciudad. ... Rezamos por sus familias” exhortó.
Mientras tanto, el presidenter Joe Biden emitió una declaración de emergencia para Mississippi a primera hora del domingo, poniendo a disposición de las zonas más afectadas fondos federales.
De acuerdo con los primeros datos, el tornado tuvo una clasificación preliminar EF-4, con ráfagas de viento de entre 265 km/h y 320 km/h (166 mph y 200 mph), según la oficina del Servicio Meteorológico Nacional en Jackson.