Washington, marzo 6.- El panorama de la carrera presidencial ha sido bastante claro desde hace algún tiempo, a pesar de que es uno que la mayoría de los votantes dicen que no quieren ver.
En el Supermartes hubo pocas sorpresas y esta cada vez más claro que el presidente Joe Biden tiene el camino llano hacia la candidatura demócrata y que solo alguna catástrofe personal podría alterar. Y su predecesor, Donald Trump —si logra sortear los 91 cargos penales en su contra y evitar cualquier otra calamidad—, se dirige a una tercera candidatura republicana y a una revancha contra el presidente. La principal rival republicana de Trump, la exembajadora ante la ONU y exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, suspendió su campaña tras sufrir una rotunda derrota en todo el país.
El entusiasmo por Biden no fue la historia del día, ya que algunos demócratas incluso votaron “no comprometido” en lugar de por el presidente en ejercicio. Para Trump, hubo señales de advertencia a pesar de su serie de victorias sobre su principal rival, Nikki Haley.
Lo que ha sido obvio durante semanas ahora está más allá de toda duda razonable: Biden y Trump son los grandes favoritos para enfrentarse en noviembre. No podrían ser más diferentes en perspectiva, pero parecieron reflejos el uno del otro durante la temporada de las primarias.
Trump quería una coronación, pero Haley lo hizo luchar al menos un poco para ganar la candidatura. Ella se ha aferrado a una porción obstinada de votantes, una posible indicación de que parte del Partido Republicano no está tan entusiasmado con Trump como se esperaba.
Biden, por el otro lado, enfrenta una falta de entusiasmo demócrata en el papel, pero no en las primarias. Las encuestas muestran problemas para él entre algunos de los sectores demográficos centrales de su partido, incluidos los votantes más jóvenes y los negros. Pero Biden, quien no se ha enfrentado a ningún rival importante, ganó sus primarias por amplios márgenes.
El martes, la única señal posible de problemas para él fue un número inusualmente alto de demócratas que votaron “no comprometido” en Minnesota en protesta por la política del presidente hacia la guerra en Gaza.
Puede ser que uno o los dos políticos cojeen más de lo que parece, pero son las únicas opciones.