Jerusalén, Israel, 3 de diciembre. Israel recibió el miércoles restos en Gaza de un posible rehén y dijo que comenzará a permitir que los palestinos abandonen el territorio devastado por la guerra a través de un paso fronterizo con Egipto.
Los entregados por Hamás a través de la Cruz Roja serán examinados por expertos forenses para determinar si pertenecen a alguno de los dos últimos rehenes en Gaza. Los restos que los milicianos entregaron ayer martes no coincidían con ninguno de los rehenes.
Hamás señaló que devolvería los restos recién descubiertos este día, pero se desconoce a quién pertenecen. Se cree que solo dos rehenes permanecen en Gaza y se supone que la primera fase del acuerdo terminará cuando ambos sean devueltos.
El acuerdo de cese del fuego prevé que el cruce de Rafah, que lleva mucho tiempo cerrado, se abra para evacuaciones médicas y para los desplazamientos hacia y desde la pista. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que hay más de 16 mil 500 personas enfermas y heridas que necesitan abandonar Gaza para recibir atención médica.
Un funcionario israelí declaró a la prensa que Rafah solo abrirá para que los palestinos salgan de Gaza, no para que entren. Egipto, que controla el otro lado, dijo que el paso solo se abrirá si el tránsito va en ambas direcciones.
Tras los intercambios, el plan de 20 puntos contempla la creación de una fuerza internacional de estabilización, la formación de un gobierno palestino tecnocrático y el desarme de Hamás.
El traspaso llega tras un contratiempo
Una vez que Israel recibe los restos, estos son examinados para determinar a quién pertenecen.
En un caso anterior, el primer ministro Benjamin Netanyahu manifestó que las pruebas forenses revelaron que los restos parciales devueltos por los milicianos no coincidían con ninguno de los rehenes que aún permanecían en Gaza.
Los milicianos palestinos comenzaron a buscar de nuevo y señalaron más tarde que habían encontrado el cuerpo de un rehén en el norte de Gaza.
Los dos rehenes cuyos restos siguen en Gaza son del israelí Ran Gvili y el tailandés Sudthisak Rinthalak

