Brasil, 6 de julio. El bloque BRICS de naciones en desarrollo condenó el aumento de aranceles y los ataques a Irán, pero se abstuvo de nombrar al presidente estadounidense Donald Trump. La declaración del grupo, que también criticó las acciones militares de Israel en Oriente Medio, mencionó a Ucrania solo una vez.
El presidente chino Xi Jinping no asistió a una cumbre de los BRICS por primera vez desde que se convirtió en líder de su país en 2012. El presidente ruso Vladímir Putin, quien intervendrá a través de videoconferencia, continúa evitando en gran medida viajar al extranjero debido a una orden internacional de arresto emitida después de que Rusia invadiera Ucrania.
La declaración del grupo expresó “serias preocupaciones” sobre el aumento de aranceles que son “inconsistentes con las reglas de la OMC (Organización Mundial del Comercio)". El grupo agregó que esas restricciones “amenazan con reducir el comercio global, interrumpir las cadenas de suministro globales e introducir incertidumbre”.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva criticó la decisión de la OTAN de aumentar el gasto militar en un 5% del PIB anualmente para 2035. Ese sentimiento fue posteriormente reflejado en la declaración del grupo.
“Siempre es más fácil invertir en guerra que en paz”, declaró Lula en la apertura de la cumbre.
Irán presente
El presidente iraní Masoud Pezeshkian, quien iba a asistir a la cumbre antes de los ataques a su país en junio, envió a su ministro de Relaciones Exteriores, Abbas Araghchi, a la reunión en Río.
Araghchi sostuvo que había presionado para que todos los miembros de las Naciones Unidas condenaran enérgicamente los ataques de Israel, que calificó de “invasión”, informó la prensa estatal. Agregó que Israel y Estados Unidos deberían rendir cuentas por las violaciones de derechos. Añadió que las secuelas de la guerra “no se limitarán” a un solo país.
“Toda la región e incluso otras regiones se verán afectadas”, expresó.
La moderación en Río de Janeiro marca un cambio con respecto a la cumbre del año pasado organizada por Rusia en Kazán, cuando el Kremlin buscó desarrollar alternativas a los sistemas de pago dominados por Estados Unidos que le permitirían eludir las sanciones occidentales impuestas después de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022.
“Recordamos nuestras posiciones nacionales respecto al conflicto en Ucrania, tal como se expresaron en los foros apropiados, incluyendo el Consejo de Seguridad de la ONU y la Asamblea General de la ONU”, manifestó el grupo en su declaración final.
João Alfredo Nyegray, profesor de negocios internacionales y geopolítica en la Universidad Católica Pontificia de Paraná, expresó que la cumbre podría haber desempeñado un papel en mostrar una alternativa a un mundo inestable, pero no lo hará.
“La retirada del presidente de Egipto, Abdul Fatá el Sisi, y la incertidumbre sobre el nivel de representación de países como Irán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos están confirmando la dificultad para que los BRICS se establezcan como un polo cohesivo de liderazgo global”, sostuvo Nyegray. “Este momento exige una articulación de alto nivel, pero en realidad estamos viendo dispersión”.
Prudencia de Brasil ante los aranceles de Trump
Brasil, el país que preside el bloque, ha elegido seis prioridades estratégicas para la cumbre: cooperación global en salud; comercio, inversión y finanzas; cambio climático; gobernanza de la inteligencia artificial; pacificación y seguridad; y desarrollo institucional.
Ha decidido centrarse en temas menos controvertidos, como promover las relaciones comerciales entre los miembros y la salud global, después de que Trump regresara a la Casa Blanca, aseveró Ana García, profesora de la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro.
“Brasil quiere el menor daño posible y evitar llamar la atención del gobierno de Trump para prevenir cualquier tipo de riesgo para la economía brasileña”, dijo García.
Aunque Brasil abogó el domingo por la reforma de las instituciones globales lideradas por Occidente, una política fundamental del grupo, el gobierno del país quiere evitar convertirse en el objetivo de aranceles, una situación que hasta ahora ha evitado en gran medida.
Trump ha amenazado con imponer aranceles del 100% contra el bloque si toman medidas para socavar el dólar.
‘La mejor oportunidad para los países emergentes’
Los BRICS fueron fundados por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, pero el grupo se expandió el año pasado para incluir a Indonesia, Irán, Egipto, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos.
Además de los nuevos miembros, el bloque tiene 10 países socios estratégicos, una categoría creada en la cumbre del año pasado que incluye a Bielorrusia, Cuba y Vietnam.
Esa rápida expansión llevó a Brasil a poner en la agenda cuestiones de organización interna, oficialmente denominadas desarrollo institucional, para integrar mejor a los nuevos miembros y aumentar la cohesión interna.
A pesar de las ausencias notables, la cumbre es importante para los asistentes, especialmente en el contexto de la inestabilidad provocada por las guerras arancelarias de Trump, indicó Bruce Scheidl, investigador del grupo de estudio de los BRICS de la Universidad de Sao Paulo.
“La cumbre ofrece la mejor oportunidad para que los países emergentes respondan, en el sentido de buscar alternativas y diversificar sus asociaciones económicas”, afirmó Scheidl.
Más temprano el domingo, una organización proisraelí sin fines de lucro colocó docenas de banderas arcoíris en la playa de Ipanema para protestar contra las políticas de Irán respecto a las personas LGBT+. El sábado, el grupo de derechos humanos Amnistía Internacional protestó contra los planes de Brasil para la perforación petrolera en alta mar cerca de la desembocadura del río Amazonas.
Para Lula, la cumbre será una pausa bienvenida de un difícil escenario nacional, marcado por una caída en la popularidad y conflictos con el Congreso.
La reunión también representa una oportunidad para avanzar en las negociaciones climáticas y los compromisos sobre la protección del medio ambiente antes de las conversaciones climáticas de la COP 30 en noviembre en la ciudad amazónica de Belém.