La respuesta mundial al VIH enfrenta el peor revés en décadas: ONUSIDA

El organismo señaló que la ayuda internacional ha disminuido drásticamente y que, según las previsiones de la OCDE, la financiación externa para la salud podría reducirse entre un 40% en 2025

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ONU
Internacional
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Ginebra. 25 de noviembre de 2025. El impacto ha sido inmediato y grave, especialmente en los países de ingresos bajos y medios muy afectados por el VIH.

“La crisis de financiación ha puesto de manifiesto la fragilidad de los avances que tanto nos ha costado conseguir”, afirmó Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA, en una intervención en Ginebra.

“Detrás de cada dato de este informe hay personas (...) bebés que no han podido someterse a pruebas de detección del VIH, mujeres jóvenes que se han visto privadas de apoyo para la prevención y comunidades que de repente se han quedado sin servicios ni atención. No podemos abandonarlas”.

Los servicios de prevención
ONUSIDA informa de una interrupción generalizada de los programas de prevención, pruebas y comunidad relacionados con el VIH:

  • En 13 países, ha disminuido el número de personas que han iniciado el tratamiento
  • Se han registrado desabastecimientos de kits de pruebas del VIH y medicamentos esenciales en Etiopía y la República Democrática del Congo
  • La distribución de medicamentos preventivos se ha desplomado: un 31 % en Uganda, un 21 % en Vietnam y un 64 % en Burundi
  • 450.000 mujeres del África subsahariana han perdido el acceso a las «madres mentoras», trabajadoras comunitarias de confianza que las ponen en contacto con los servicios de atención
  • Nigeria ha registrado una caída del 55 % en la distribución de preservativos

Antes de la crisis, las adolescentes y las mujeres jóvenes ya se veían gravemente afectadas: cada día se producen 570 nuevas infecciones por el VIH entre las mujeres jóvenes de 15 a 24 años. ONUSIDA advierte de que el desmantelamiento de los programas de prevención las deja aún más vulnerables.

Las organizaciones comunitarias, que son la columna vertebral de la divulgación sobre el VIH, también se encuentran bajo presión. Más del 60 % de las organizaciones dirigidas por mujeres afirman que han tenido que suspender servicios esenciales.

Los modelos de ONUSIDA sugieren ahora que, si no se restablecen las iniciativas de prevención, podrían producirse 3,3 millones de nuevas infecciones por el VIH entre 2025 y 2030.

El retroceso en materia de derechos humanos agrava el riesgo
La crisis de financiación se está desarrollando en un contexto de crecientes restricciones a la sociedad civil y de aumento de las leyes punitivas dirigidas a los grupos marginados más afectados por el VIH.

Por primera vez desde que ONUSIDA comenzó a hacer un seguimiento de este tipo de legislación, el número de países que penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo y la expresión de género aumentó en 2025.

A nivel mundial:
• 168 países penalizan algún aspecto del trabajo sexual
• 152 penalizan la posesión de drogas a pequeña escala
• 64 penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo
• 14 penalizan a las personas transgénero
Las restricciones a la sociedad civil, incluidas las onerosas normas de registro y las limitaciones a la recepción de ayuda internacional, están socavando aún más el acceso a los servicios. 

En Zimbabue, la gente ha perdido el acceso a los servicios
Desde Harare, el Dr. Byrone Chingombe, director técnico del Centro de Investigación sobre Salud Sexual y VIH/Sida (CeSHHAR), describió el impacto real de los recortes de financiación en Zimbabue.

“2025 ha sido un año difícil. Cuando se detuvo la financiación en enero, los proveedores de servicios fueron despedidos de la noche a la mañana. Los medicamentos estaban en las estanterías, pero las personas que los suministraban ya no estaban. Eso alteró la adherencia al tratamiento y, lo que es más importante, alteró la confianza”.

Las tasas de detección de casos mediante pruebas del VIH del CeSHHAR han caído más de un 50 %, un descenso que, según él, refleja la pérdida de acceso, no la reducción de la necesidad. Los equipos comunitarios, ya sobrecargados, están tratando de llenar el vacío.

Destacó dos áreas de esperanza: la resiliencia de la comunidad y las nuevas tecnologías de prevención de acción prolongada, incluido el lenacapavir inyectable, cuya aprobación se ha acelerado recientemente en Zimbabue y que se espera que llegue al país a principios de 2026.

Un llamamiento a la acción
Ante este panorama, ONUSIDA insta a los líderes mundiales a:

  • Reafirmar la solidaridad mundial y el multilateralismo, incluidos los compromisos contraídos en la reciente Cumbre de Líderes del G20 celebrada en Sudáfrica
  • Mantener y aumentar la financiación para el VIH, especialmente para los países más dependientes de la ayuda externa
  • Invertir en innovación, incluida la prevención asequible de acción prolongada
  • Defender los derechos humanos y empoderar a las comunidades, que siguen siendo fundamentales para el éxito de las respuestas al VIH

“Este es nuestro momento de elegir. Podemos permitir que estas crisis echen por tierra décadas de logros conseguidos con mucho esfuerzo, o podemos unirnos en torno a la visión compartida de poner fin al sida. Millones de vidas dependen de las decisiones que tomemos hoy”, concluyó.

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