MARCELO EBRARD “MIENTRAS MÉXICO COMBATE AL FENTANILO, EU VENDE ARMAS EN CADA ESQUINA”

Ángel Hernández
Internacional
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El secretario de Relaciones Exteriores acusa al senador republicano Lindsey Graham de mentir sobre nuestro país: considera injusto que se nos responsabilice del tráfico del enervante cuando el gobierno mexicano impulsa incluso una coalición de naciones para combatir esa droga.

Los esfuerzos de México para combatir el tráfico de fentanilo son los más importantes del mundo: no hay ningún otro país que haga tanto contra esa droga que se trafica a Estados Unidos, aseveró el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón.

A su vez, el presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró que México no produce fentanilo, que es un opioide sintético elaborado con precursores químicos que se producen en países de Asia y que para ayudar a combatir el tráfico envió una carta al presidente de China, Xi Jinping, en la que le pide apoyo y cooperación en el combate al fentanilo.

El canciller afirmó que el senador republicano Lindsey Graham miente cuando dice que los mexicanos son quienes trafican ese opioide, ya que 86.3% de quienes están en prisión por tráfico de fentanilo en EU son norteamericanos.

Aclaró que en el origen del problema del fentanilo en la Unión Americana nuestro país no ha tenido nada que ver y, por el contrario, el gobierno mexicano ayuda con el aseguramiento de millones de pastillas que tienen como destino a ese país y de llegar ahí la mortandad por sobredosis sería mucho mayor, además de que la lucha contra ese opioide ha costado mil 791 vidas de mexicanos.

Ebrard respondió con firmeza al senador Graham que nuestro país no es el problema pero sí es parte de la solución, por lo que es injusto y falso acusarlo de generar la crisis de sobredosis de fentanilo entre los adictos estadunidenses.

Cuestionó también los dichos del legislador republicano, quien señaló que para comprar un arma en EU se necesita una licencia de armas de fuego, lo cual rebatió al asegurar que miente porque cualquier persona solo necesita una licencia de conductor para adquirir armas en ese país. “Cualquier persona compra armas en cualquier esquina”, aseguró Ebrard.

Prioridad

En la conferencia matutina del martes 4 en Palacio Nacional, Ebrard respondió a los señalamientos de Graham contra México, al que responsabiliza de la crisis por consumo de fentanilo en EU que provocó 100 mil muertes solo el año anterior.

“Claros esfuerzos de México para combatir el tráfico de fentanilo”.

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Indicó que para el gobierno mexicano esa acusación no tiene sustento, ya que en ese país las autoridades no quieren reconocer las causas de ese problema: el alto consumo y la actividad de miles de bandas que controlan un multimillonario negocio.

El titular de la SRE subrayó que para el gobierno mexicano el tema del fentanilo ha sido una prioridad y es el objetivo principal del Entendimiento Bicentenario, establecido entre las administraciones de los presidentes López Obrador y Joe Biden.

“Dice el senador republicano Graham que México no acepta, no participa y está en modo de negación. Le voy a mandar copia de todo lo que se ha publicado, porque los esfuerzos de México en materia de fentanilo son los más importantes del mundo; no hay ningún otro país que esté haciendo tanto contra el fentanilo que se trafica hacia EU como México”, resaltó.

Añadió que todas estas acciones están documentadas y se difunden en Washington, “pero por lo que veo no ha tenido oportunidad de leerlo; entonces se lo voy a hacer llegar”.

Reconoció que hay un problema muy serio respecto de esa droga, pero aclaró que se debe tener claro que en su origen México no ha tenido absolutamente nada que ver. “Habría que decirle al senador (Graham) que nosotros estamos ayudando a Estados Unidos, no generando el problema”, apuntó Ebrard.

Alto costo humano

El responsable de la política exterior del país rebatió también los dichos del senador republicano en el sentido de que son los mexicanos quienes provocan el tráfico de fentanilo, ya que las cifras oficiales en ese país muestran que ocho de cada diez procesados por traficar esa droga son estadunidenses.

Al cuestionamiento del senador acerca de qué es lo que ha puesto México sobre la mesa en la lucha contra el tráfico de ese opioide, Ebrard respondió que al país le ha costado casi dos mil vidas, las últimas durante la aprehensión de Ovidio Guzmán en Sinaloa, a principios del año; vidas que se han perdido “por armas compradas o que son parte del tráfico ilícito de armas hacia México, producidas y vendidas en Estados Unidos”.

Refirió que en todas las ferias de armas en ese país hay mucha gente que las vende aunque no tiene licencia para comercializarlas, un problema crítico que México insiste en exigir que se enfrente.

México ha hecho mucho para enfrentar el tráfico de fentanilo, dijo, al asegurar una gran cantidad de pastillas que si hubieran llegado a la Unión Americana habrían intoxicado a muchos millones de personas y el número de muertes sería mayor.

Recordó que se está organizando una coalición de países para atacar el tráfico de esa droga porque el fentanilo no es un problema único de EU, sino una situación que puede afectar a todos. “Por eso para el presidente López Obrador combatir el fentanilo ha sido una prioridad desde 2019 y lo seguirá siendo”.

Debate necesario

López Obrador estimó en tanto que hay una doble moral en algunos legisladores y autoridades, así como en agencias de EU, y prueba de ello es el anuncio de que los jugadores profesionales de basquetbol en ese país ya no serán sancionados por consumir marihuana.

Consideró la necesidad de que haya un debate sobre el tema y refirió la carta que le envió al presidente de China, en la que expone que legisladores estadunidenses “amenazan con invadir, venden armas de alto poder en sus tianguis, no hacen nada por sus jóvenes, que padecen lamentablemente de la terrible y mortal pandemia del fentanilo”.

En la misiva también expuso que en EU “no atienden las causas, no les preocupa el bienestar, solo el dinero; ni fortaleza en valores morales, culturales y espirituales; tampoco limitan el consumo de drogas; por el contrario, lo fomentan hasta en el deporte. Es penoso y decadente”.

Manifestó el presidente que no se puede estar viendo solo la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio, por lo que su gobierno continuará ayudando para enfrentar el tráfico de esa droga, porque es un asunto de humanismo.

“Vamos a seguir apoyando, pero queremos que se aclaren las cosas, porque no es nada más culpar por culpar y que de manera injusta nos culpen a nosotros de problemas que en buena medida tienen que ver con su crisis de bienestar y con pérdida de valores, con el abandono de los jóvenes, con no enfrentar las causas del consumo de la droga. ¿Por qué los jóvenes consumen? ¿Por qué el vacío? ¿Por qué la frustración? ¿Por qué el abandono de los jóvenes, la infelicidad de los jóvenes?”, expuso.

López Obrador subrayó que por eso es bueno el debate y que se analicen todos los aspectos del problema. Insistió en que su gobierno continuará ayudando y “estamos muy conscientes de que una cosa es la política que conduce el presidente Biden, que acaba de enviar a su representante con este propósito, pero también hay legisladores que con fines politiqueros, propagandísticos, quieren culpar a México. Y no, no, no: ya no estamos en aquellos tiempos”.

Origen

En la epidemia de sobredosis por consumo de fentanilo y otros estupefacientes en EU, que provocó en 2021 otras 71 mil muertes, prevalecen causas que las autoridades norteamericanas no quieren mirar: altos niveles de adicción; fabricación de drogas sintéticas en laboratorios clandestinos locales; disponibilidad en internet y redes sociales; pandillas que controlan su distribución y venta; y corrupción fronteriza que permite el ingreso de cientos de toneladas de enervantes que llegan a las grandes ciudades.

Las acusaciones contra nuestro país por parte de senadores del Partido Republicano como Lindsey Graham, Dan Crenshaw y John Neely Kennedy por el tráfico de fentanilo, argumento que intenta justificar su exigencia para que a los cárteles mexicanos se les declare organizaciones terroristas —con lo que el ejército norteamericano podría tratar de enfrentarlos de manera directa—, es una narrativa construida con mentiras que no se sostiene en los hechos, de acuerdo a la postura oficial del gobierno de México.

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Graham sostiene que “los cárteles de la droga controlan gran parte de México y están ganando miles de millones de dólares enviando fentanilo y drogas a Estados Unidos”, por lo que propone “responder a los cárteles con un ataque a México”.

Contra esa versión falsa de buscar responsables en otros lados, la realidad es que en la sociedad estadunidense hay 41.1 millones de personas adictas que en 2020 requirieron tratamiento; proliferación de todo tipo de drogas en las calles, escuelas, centros de diversión, barrios populares y zonas exclusivas; fácil compra de pastillas, píldoras o fármacos de manera legal o en un abundante mercado ilícito de drogas.

La crisis de adicción que padece una parte importante de la sociedad estadunidense, sobre todo sus jóvenes, se refleja en la alta demanda de opiáceos sintéticos cada vez más potentes y peligrosos.

Oportunismo político

Ante esa devastadora realidad que erosiona los cimientos de la gran potencia, el oportunismo político de legisladores republicanos no se ha hecho esperar: con argumentos que solo toman en cuenta una parte del problema (el tráfico y no la demanda y el consumo) pretenden responsabilizar a México del problema del fentanilo.

De ahí que en lugar de criticar los magros resultados de las políticas estadunidenses de seguridad y prevención para evitar el aumento de adicciones que provocan el deterioro mental, físico y emocional de los millones de consumidores, y tratar de contener la violencia y asesinatos de las pandillas que controlan la venta y distribución de drogas, esos políticos buscan responsables fuera de sus fronteras.

En respuesta a los señalamientos de Graham —quien ya presentó una iniciativa de ley para declarar como terroristas a las organizaciones mexicanas de tráfico de drogas—, el presidente López Obrador afirmó hace unos días que por México solo llega 25% de fentanilo a EU, además de que ese opioide no se produce en el país, puesto que procede de Asia.

López Obrador cuestionó al senador republicano acerca de qué hace su país para evitar que llegue esa droga a los consumidores: “¿Quién distribuye el fentanilo en EU? O mejor, ¿sí hay capos, sí hay cárteles que distribuyen el fentanilo? ¿Sí o no?”, le inquirió.

Megamercado

Los señalamientos de legisladores republicanos en el sentido de que el problema de la crisis de fentanilo se encuentra fuera de ese país y sobre todo en México no se sostienen, porque resulta evidente que su origen está en los altos niveles de adicción y en la proliferación de drogas sintéticas y opioides en la Unión Americana.

Un informe de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Trasnacional (GI-ATOC, por sus siglas en inglés), una Organización No Gubernamental con sede en Ginebra, Suiza, destaca que en EU hay miles de pandillas activas dedicadas al tráfico de armas, drogas y personas, además de que continúan activas organizaciones que descienden de la mafia siciliana Cosa Nostra y que realizan actividades delictivas en varias regiones de ese país.

La Agencia Contra las Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) reconoce a su vez la existencia de cárteles de drogas estadunidenses que mantienen el control de territorios para distribución y venta de estupefacientes. La agencia realizó un mapa donde muestra que en por lo menos 22 entidades se localizaron laboratorios clandestinos para la elaboración de drogas sintéticas.

Contra lo que afirman legisladores republicanos, en EU sí operan cárteles locales que trafican con fentanilo y otras drogas, además de que proliferan laboratorios clandestinos para elaborar drogas sintéticas, por lo que su acusación de que el fentanilo proviene solo de México es una falsedad.

Es un hecho incontrovertible que en la Unión Americana hay miles de pandillas activas que se encuentran involucradas en drogas, armas y tráfico humano, que ejercen violencia para mantener el control del mercado más grande del mundo.

De acuerdo con la DEA y otras instancias federales estadunidenses estas mafias dominan amplias zonas para su ilícita actividad: sus tentáculos se extienden a todo el territorio norteamericano, pero sobre todo mantienen fuerte presencia en más de 27 estados.

Los cárteles estadunidenses se encuentran involucrados en drogas, armas y tráfico humano; participan en delitos como la prostitución y el contrabando, entre otros que generan ganancias multimillonarias que les permiten seguir alimentando uno de los que más ganancias produce: el tráfico de drogas, particularmente de opiáceos sintéticos.

Si bien el crimen organizado en EU no tiene líderes visibles como ocurre con los grupos criminales de otros países, en cambio sus mafias locales son poderosas por el número de grupos involucrados, el gran volumen de su actividad y la violencia que generan en el mercado más grande del planeta, que les deja millonarios ingresos.

Origen de la crisis

El canciller Marcelo Ebrard expuso que el fentanilo se sintetizó en 1960 por el químico belga Paul Jansse. Se trata de un analgésico muy poderoso que aprobó la Administración de Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) en 1968. Añadió que se utilizaba en operaciones muy largas y para dolores muy intensos.

Refirió que entre 1996 y 2013 se dieron autorizaciones a varias farmacéuticas en EU para distribuir este analgésico en las farmacias, el cual era adquirido por medio de recetas. El más conocido es el oxycontin.

“¿Qué provocó este uso del fentanilo en fórmula de pastilla? Provocó una pandemia en EU porque es extremadamente adictivo y es letal porque se pierde el control de las dosis”, indicó.

Ebrard refirió que el fentanilo se prohibió porque comenzó a aumentar el número de muertes de manera extraordinaria, al grado de que para estas fechas en el vecino país del norte eran más altas las muertes por fentanilo que por accidentes automovilísticos.

Adictivo y potente

El fentanilo es un opioide sintético similar a la morfina, pero entre 50 y 100 veces más potente. Es un fármaco utilizado de manera legal para mitigar los dolores intensos que producen enfermedades como el cáncer.

Se consume como droga sintética vendida de manera ilegal en forma de polvo, vertido en papel secante, en envases de gotas para los ojos, rociadores nasales o en pastillas.

Una pequeña cantidad es suficiente para provocar fuertes reacciones y espasmos entre los adictos y ahora una práctica frecuente es mezclarlo con otras drogas (heroína, cocaína o metanfetaminas), lo que genera una gran cantidad de sobredosis y causa la muerte de decenas de miles de consumidores.