Moscú, Rusia, 1 de agosto. El presidente ruso Vladímir Putin afirmó que Rusia ha comenzado la producción de sus misiles hipersónicos más recientes y reafirmó sus planes de desplegarlos en su aliada Bielorrusia en los próximos meses.
Sentado junto al presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, en la isla Valaam cerca de San Petersburgo, Putin indicó que el ejército ya ha seleccionado sitios de despliegue en territorio bielorruso para el misil balístico de alcance intermedio Oreshnik.
“El trabajo preparatorio está en marcha, y lo más probable es que lo terminemos antes de fin de año”, apuntó Putin, y agregó que ya se ha producido la primera serie de Oreshniks y sus sistemas, y que ya han entrado en servicio militar.
Rusia utilizó por primera vez el Oreshnik, que en ruso significa “avellano”, contra Ucrania en noviembre, cuando disparó el arma, que entonces era experimental, contra una fábrica en Dnipro donde se construían misiles cuando Ucrania formaba parte de la Unión Soviética.
Putin ha elogiado las capacidades del Oreshnik, diciendo que sus múltiples ojivas, que se lanzan hacia un objetivo a velocidades de hasta Mach 10, no pueden ser interceptadas y son tan poderosas que el uso de varias de ellas en un solo ataque convencional podría ser tan devastador como un ataque nuclear.
Advirtió a Occidente que Moscú podría usarlo contra los aliados de Ucrania en la OTAN que permitieron que Kiev usara sus misiles de mayor alcance para atacar en territorio ruso.
El jefe de las fuerzas de misiles de Rusia ha declarado que el Oreshnik, que puede transportar ojivas convencionales o nucleares, tiene un alcance que le permite llegar a toda Europa.
Los misiles de alcance intermedio pueden volar entre 500 y cinco mil 500 kilómetros. Fueron prohibidos en virtud de un tratado de la era soviética que Washington y Moscú abandonaron en 2019.
El otoño pasado, Putin y Lukashenko firmaron un tratado que otorga garantías de seguridad a Bielorrusia por parte de Moscú, que incluyen el posible uso de armas nucleares rusas para ayudar a repeler cualquier agresión. El pacto se produce después de que el Kremlin revisara su doctrina nuclear, que por primera vez colocó a Bielorrusia bajo el paraguas nuclear ruso en medio de tensiones con Occidente por el conflicto en Ucrania.