Negociaciones climáticas llaman a la unidad en Brasil

André Corrêa, presidente de la COP30, pidió a los países participantes sumarse al esfuerzo colectivo para alcanzar un objetivo común

COP30
Foto: AP
Internacional
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Belém, Brasil, 10 de noviembre de 2025.– Las conversaciones sobre el cambio climático comenzaron este lunes en la ciudad amazónica de Belém, donde líderes de todo el mundo destacaron la urgencia de acelerar la cooperación internacional para frenar el calentamiento global. A más de tres décadas de los primeros compromisos, la meta sigue siendo reducir drásticamente las emisiones de dióxido de carbono, principal responsable del aumento de la temperatura del planeta.

André Corrêa do Lago, presidente de la conferencia conocida como COP30, pidió a los países participantes sumarse a un “mutirão”, palabra brasileña de origen indígena que significa un esfuerzo colectivo para alcanzar un objetivo común.

“Podemos decidir cambiar por elección, juntos, o se nos impondrá el cambio por tragedia”, señaló do Lago en una carta enviada a los delegados el domingo. “Podemos cambiar. Pero debemos hacerlo juntos”.

Sin embargo, la unidad enfrenta un obstáculo importante: la ausencia de Estados Unidos. El gobierno de Donald Trump decidió no enviar representantes de alto nivel y ha iniciado nuevamente su retiro del Acuerdo de París, que este año cumple una década y es considerado uno de los mayores logros diplomáticos en la lucha contra el cambio climático.

Aunque China es actualmente el país que más emite dióxido de carbono, Estados Unidos sigue siendo el mayor responsable histórico, ya que el gas puede permanecer en la atmósfera durante más de un siglo.

“La retirada de Estados Unidos cambia completamente la gravedad de las negociaciones”, afirmó Ilana Seid, embajadora de Palau y presidenta de la Alianza de Pequeños Estados Insulares, quienes enfrentan los peores impactos del aumento del nivel del mar.

El exenviado especial estadounidense para el clima, Todd Stern, calificó la decisión del gobierno de Trump como un retroceso. “Es mejor que no envíen a nadie, porque su participación no sería constructiva”, comentó.

Por su parte, la científica jefa de The Nature Conservancy, Katharine Hayhoe, comparó las negociaciones con una cena colectiva: “Todos traen un plato, es decir, sus compromisos para reducir emisiones. Y es evidente quién preparó algo nuevo y quién solo trajo sobras del congelador”.

“Estados Unidos no traerá ningún plato”, añadió, aunque destacó que varias ciudades, estados y empresas del país seguirán impulsando acciones por su cuenta.

En una carta difundida el domingo por la noche, el secretario ejecutivo de la ONU para el clima, Simon Stiell, reconoció que el Acuerdo de París “ha tenido avances en estos diez años”, pero advirtió que los daños climáticos ya son devastadores.

“Desde el huracán Melissa en el Caribe, los supertifones en Asia, hasta los tornados en el sur de Brasil, el cambio climático está afectando vidas reales. Las naciones deben actuar más y más rápido”, escribió Stiell, subrayando la necesidad de que las políticas climáticas se vinculen directamente con el bienestar de las personas.

Las miradas del mundo están puestas en Belém, en el corazón del Amazonas, donde los líderes tendrán la oportunidad —y la responsabilidad— de decidir si el futuro se construye con cooperación o se impone por tragedia.

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