La UE aprueba un pacto migratorio

Partidos tradicionales esperan que quite votos a la ultraderecha

Redacción
Internacional
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AP

BRUSELAS (AP) — Los países de la Unión Europea aprobaron el martes una amplia reforma de su fallido sistema de asilo mientras se aceleraba la campaña para las elecciones europeas del mes que viene, en las que se esperaba que la migración fuera un tema clave.

Ministros de los estados miembros aprobaron 10 secciones legislativas del Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo. El texto establece las normas para gestionar a las personas que entran en Europa sin autorización, desde cómo filtrar a los recién llegados y determinar si pueden optar a alguna clase de protección a cómo deportarlos si no se les permite quedarse.

Hungría y Polonia, que se oponen desde hace años a cualquier obligación de los países a acoger migrantes o pagar para mantenerlos, votaron en contra del paquete pero no pudieron bloquearlo.

Los partidos políticos tradicionales creen que el pacto resuelve problemas que han dividido a los estados miembros desde que más de un millón de personas llegaron a Europa en 2015, la mayoría huyendo de la guerra en Siria e Irak. Confían en que las reformas quiten fuerza a la ultraderecha en las elecciones del 6 al 9 de junio.

Sin embargo, el amplio paquete legislativo no entrará en vigor hasta 2026, de modo que no ofrece soluciones inmediatas para un problema que ha impulsado una de las mayores crisis políticas de la UE, en la que los países discutían sobre quién debe responsabilizarse de los migrantes cuando llegan y si otros países están obligados a ayudar.

Los críticos dicen que el pacto permitirá a los países detener a los migrantes en las fronteras y tomar huellas dactilares de niños. Afirman que va dirigido a mantener a la gente fuera y viola su derecho a solicitar asilo. Muchos temen que suponga más acuerdos políticos controversiales con países más pobres de los que la gente se marcha o que atraviesa para llegar a Europa.

Las leyes europeas de asilo no se han actualizado en unas dos décadas. El sistema empezó a fallar y después se desmoronó en 2015. Se basaba en la premisa de que los migrantes debían ser procesados, recibir asilo o ser deportados en el primer país al que llegaban. Grecia, Italia y Malta cargaban con la mayor parte de la carga financiera y lidiaban con el descontento público. Desde entonces la zona de viajes sin pasaporte, conocida como Zona Schengen, se ha expandido a 27 países, 23 de ellos miembros de la UE. Eso implica que más de 400 millones de europeos y visitantes, incluidos los refugiados, pueden moverse a través de las fronteras sin mostrar sus documentos.