CIUDAD DEL VATICANO, mayo 14.- El papa León XIV prometió el miércoles hacer “todos los esfuerzos” para trabajar por la paz en Oriente Medio y Ucrania y promover activamente la espiritualidad y las tradiciones de las iglesias de rito oriental, las comunidades católicas con orígenes en Oriente Medio y Europa del Este que se han visto diezmadas por años de conflicto y persecución.
"¡La Iglesia los necesita!”, afirmó León ante una audiencia formada por peregrinos de rito oriental, dentro del programa del Año Santo.
Los católicos de rito oriental aceptan la autoridad del papa, pero tienen muchos rituales y liturgias propios. Entre ellos están las iglesias católicas copta, caldea, maronita y eritrea, así como la iglesia siro-malabar en India y las comunidades católicas griegas que están por toda Europa del Este y Américas.
A diferencia de los cristianos ortodoxos, estas iglesias católicas reconocen plenamente la autoridad papal.
En su discurso, León reconoció que muchos católicos de rito oriental se han visto obligados a huir de sus lugares de origen debido a la “guerra y persecución, inestabilidad y pobreza”.
Se refería al éxodo de los cristianos en Oriente Medio, especialmente en Irak y Siria, donde comunidades enteras han sido desplazadas por años de violencia extremista islámica. Muchas de ellas, en el norte de Irak, estaban entre las más antiguas de la fe y todavía hablan dialectos del arameo, la lengua de Jesús.
El pontífice prometió trabajar por la paz en esas regiones, citando especialmente Oriente Medio y Ucrania, y afirmó que la Santa Sede estaba dispuesta a “ayudar a reunir a los enemigos, cara a cara”.
”¿Quién mejor que ustedes pueden cantar una canción de esperanza incluso en medio del abismo de la violencia?”, manifestó. “Desde Tierra Santa hasta Ucrania, desde Líbano a Siria, desde Oriente Medio hasta Tigray y el Cáucaso, ¡cuánta violencia vemos!”.
En una de sus primeras acciones como papa, León habló por teléfono con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, quien lo invitó al país y le agradeció su apoyo. El pontífice calificó en el pasado la guerra de Moscú en el país vecino como “una invasión imperialista en la que Rusia quiere conquistar territorio por razones de poder dada la ubicación estratégica de Ucrania”.