LIMA, noviembre 15.- Cientos de peruanos volvieron a marchar el viernes en la capital de Perú y otras ciudades para exigir la renuncia del presidente interino José Jerí y la derogación de leyes que según aseguran no ayudan a combatir la creciente criminalidad en el país andino.
Un estado de excepción decretado hace un mes por Jerí, un político novato de 39 años, no ha logrado contener el alza del crimen, en especial los asesinatos y las extorsiones.
La medida también ha restringido varios derechos constitucionales incluido la inviolabilidad de domicilio, el libre tránsito y las reuniones masivas.
“Estamos aquí para que se acabe esta pantomina de gobierno porque siguen muriendo, siguen extorsionando a los restaurantes, en los paraderos de buses, cerca de los colegios”, dijo Juvenal Garay, estudiante universitario que vive en San Juan de Lurigancho, la zona más poblada de Lima.
Temprano el gobierno suspendió las clases presenciales para los escolares de la capital tras el anuncio de un paro del transporte público que no se acató. La marcha reunió a grupos de estudiantes de varias universidades, miembros de sindicatos y personas de diversas edades que llegaron por su propia iniciativa.
Jerí, el séptimo mandatario desde 2016, usa con frecuencia sus redes sociales y afirma que su gobierno combate a la delincuencia con un nuevo enfoque donde se pasa “de la defensiva a la ofensiva”. En octubre alcanzó 45% de aceptación, 42% de desaprobación, según un sondeo de la firma Ipsos Perú.
Pese a la exigencia en marchas anteriores, Jerí no se ha pronunciado sobre si presentará una iniciativa para derogar un paquete de leyes que, según expertos, han debilitado la lucha contra el crimen. Seis de esas normas fueron apoyadas por el voto decisivo de Jerí cuando era legislador desde 2021.

