Buenos Aires, Argentina, 11 de diciembre. El presidente ultraliberal argentino, Javier Milei, envió al Congreso de su país un proyecto de reforma laboral con el que busca la transformación del mercado de trabajo que ha generado la resistencia del peronismo opositor y la principal central sindical del país.
Milei firmó el proyecto de Ley de Modernización Laboral y el gobierno anunció que la iniciativa fue remitida al Senado, la primera cámara que lo tratará durante el periodo de sesiones extraordinarias que comenzó la víspera y se extenderá, en principio, hasta fin de año.
El mandatario, un economista que viene aplicando desde su llegada al poder a fines de 2023 políticas de ajuste económico y reformas en distintos ámbitos, impulsa una serie de cambios en el mercado laboral en momentos en que su partido, La Libertad Avanza, se ha empoderado en el Parlamento luego de las elecciones de mitad de mandato del 26 de octubre en las que los argentinos respaldaron su gestión.
La iniciativa "representa la transformación más grande de la historia argentina en materia laboral", indicó el jefe de Gabinete, Manuel Adorni en un posteo en X en el que aparece en una imagen junto a Milei, que está firmando la iniciativa.
El bloque peronista y la Confederación General del Trabajo (CGT) —la mayor central sindical— acordaron trabajar en una estrategia conjunta para bloquear el proyecto. Legisladores peronistas alertaron la víspera que los borradores que han circulado en los últimos días con la propuesta oficialista contienen medidas que perjudican a los trabajadores, como la flexibilización de las contrataciones y el abaratamiento de los despidos.
Al describir los alcances de la iniciativa —cuya letra pequeña no se difundió aún— el gobierno indicó que pretende deja atrás un modelo laboral obsoleto y avanzar hacia un sistema que genere más empleo formal.
Se trata de una reforma "destinada a actualizar un marco normativo" que ya no responde a las necesidades, señaló un comunicado del Ejecutivo. Como consecuencia, "millones de argentinos han sido expulsados del sistema y enfrentan enormes dificultades para acceder a un empleo estable y registrado".
La tasa de informalidad laboral en Argentina es de 43.2%, según los últimos datos oficiales conocidos, lo que significa que cuatro de cada diez trabajadores operan fuera del marco legal en el mercado de trabajo y en materia impositiva y de seguridad social.

