A 25 años del arranque del convenio de intercambio comercial bilateral y en medio de la tensión arancelaria, su modernización representa una oportunidad crucial para nuestras exportaciones al viejo continente.
El comercio mexicano está por dar un giro con relación al viejo continente y solo espera la ratificación por parte de los parlamentos de los 27 países miembros de la Unión Europea (UE) y del Senado mexicano para emprender en 2026 una integración más moderna con uno de los mercados más grandes del mundo: cerca de 450.4 millones de consumidores.
Fue en 1997 cuando México se convirtió en el primer país de América Latina en firmar un Tratado de Libre Comercio (TLCUEM) que forma parte del Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación México-UE (Acuerdo Global) y que entró en vigor el 1 de julio de 2000.
Pero el 17 de enero de 2025 la UE y México anunciaron la conclusión de las negociaciones sobre este Acuerdo Global modernizado, que una vez ratificado por los parlamentos sustituirá al iniciado hace 25 años.
El convenio modernizado elimina casi todos los aranceles, amplía el acceso a contrataciones públicas y fortalece las garantías para inversionistas en sectores clave como energía y telecomunicaciones; también establece compromisos en cambio climático, derechos humanos, comercio digital y lucha contra la corrupción.
La UE es el tercer socio comercial de México, solo después de Estados Unidos y China, y su segundo mayor inversionista, pero más allá de las cifras, dicen especialistas, los Estados europeos representan una opción concreta para diversificar los vínculos comerciales mexicanos y reducir su dependencia frente a un socio tan volátil como en estos momentos es la Unión Americana, con Donald Trump en la Casa Blanca.
Nuevo año, nuevo convenio
En el marco de la Cumbre del Grupo de los Siete (G7) celebrada en Canadá el pasado 17 de julio, representantes de México y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, así como el presidente del Consejo Europeo, António Costa, sostuvieron una reunión trilateral.
Ahí se expuso que México es un socio clave para la UE en temas que van desde el combate al cambio climático hasta el impulso al comercio y la inversión, por lo que ambas economías se comprometieron a profundizar la cooperación mediante el acuerdo comercial modernizado, el cual podría entrar en vigor a comienzos de 2026 —una vez que los parlamentos lo ratifiquen.
Según especialistas consultados, ahora hay una invitación para que Ursula von der Leyen visite México para dialogar sobre la actualización de dicho tratado comercial, con el objetivo de evaluar avances en temas económicos.
De hecho, dicen, la asociación comercial alcanza una nueva etapa fortaleciendo la inversión, la innovación y el desarrollo sostenible en ambos lados del Atlántico.
También subrayan que la modernización de este acuerdo mercantil representa una oportunidad crucial para duplicar la interacción comercial europea en el país durante los próximos seis años, en medio de tensiones en el ámbito global, tanto en lo político como en el intercambio de bienes y servicios.
México, afirman los analistas, goza de una alta aceptación internacional, más allá de su representación política; asimismo, destacan que las conversaciones se encaminan ahora a generar beneficios para el país, siempre respetando la soberanía de las naciones involucradas.
En este sentido, la exclusión del capítulo energético del acuerdo se considera fundamental para preservar la soberanía de México en la materia.
Así, los acuerdos internacionales son tan significativos, que el acuerdo comercial con Europa tuvo una revisión detallada en temas centrales, como el sector agroalimentario, para abordar desafíos globales como el cambio climático y el suministro sostenible de materias primas críticas.
Relevancia
Para el empresariado nacional y los cancilleres de ambas regiones comerciales la renovación de este acuerdo establecerá las bases para integrar a su máxima capacidad estos dos mercados de importancia global.
Así se expuso durante la inauguración de las Juntas Internacionales de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) 2025, evento que buscó fortalecer la proyección internacional de México y consolidar al inversor mexicano como un actor clave en el nuevo orden económico global.
En este encuentro con inversionistas nacionales estuvo presente el embajador de la UE en México, Francisco André, y su homólogo mexicano ante esa instancia, Rogelio Granguillhome Morfín, quienes coincidieron en señalar que las nuevas reglas permitirán mayor eficiencia, competitividad y certidumbre para las inversiones.
Todos los participantes concordaron en que el impulso a este acuerdo ocurre mientras Estados Unidos, principal socio de México, inició una guerra arancelaria que afecta también a Canadá y la UE.
En este entorno, representantes europeos y mexicanos insistieron en destacar la necesidad de reforzar el comercio bilateral equilibrado y justo, con base en reglas comunes.
André puntualizó, por ejemplo, que en los últimos 20 años la inversión de la UE representa 30% del total captado por el país. “Recuerden cómo eran nuestra vida, nuestras sociedades y nuestras economías en los noventa, e imaginemos ahora en conjunto todo lo que podemos lograr juntos, mexicanos y europeos, con un acuerdo global modernizado del siglo XXI”, expresó.
Asumió que en este nuevo acuerdo hay sectores prioritarios como la manufactura avanzada —en especial en electromovilidad, automotriz y aeronáutica—, la agroindustria, la industria farmacéutica, infraestructura y semiconductores.
Granguillhome, por su lado, subrayó que el nuevo marco permitiría elevar el ritmo de exportaciones mexicanas de 7 a 12% anual, lo que implicaría duplicarlas en seis o siete años máximo, siendo este un escenario de inversión estable y condiciones comerciales favorables.
Confirmó que la modernización del tratado entre México y la UE se dará a más tardar a principios de 2026 y explicó que el interés europeo se enfoca en el Plan México, que busca colocar al país en el centro de la estrategia internacional de inversión, innovación y tecnología, así como posicionarlo entre las diez economías globales en los próximos seis años.
“Con el nuevo marco que ofrecerá la modernización del acuerdo las oportunidades no solo se multiplicarán, sino que se volverán más accesibles”, añadió el embajador mexicano ante la UE.
Desde el sector privado, el presidente de la Coparmex, Juan José Sierra, aseguró que México vive un momento que exige mirar más allá de nuestras fronteras: “Tiene la gran oportunidad de asumir un papel más activo, más estratégico y con mayor visión en el escenario internacional”.
Sierra insistió, además, en que la ratificación del nuevo acuerdo con la UE enviará un mensaje al mundo sobre el compromiso de México con un comercio global con reglas modernas, justas y transparentes.
Así, para diversos expertos y autoridades, mientras la economía mexicana se enfrenta a los dilemas tributarios frente a su principal socio comercial, Europa para 2026 podría ser una salida mediante la reducción de aranceles en una variedad de géneros, especialmente los agrícolas, poniéndoles competitividad a los productos mexicanos en el mercado europeo.
Para los expertos que promueven el libre mercado este será un avance para la facilitación del comercio bilateral, con medidas para simplificar procedimientos aduaneros, lo que podría reducir costos operativos y administrativos para las empresas al facilitar el cumplimiento y la eficiencia en las operaciones comerciales.
Por todo ello, a 25 años del acuerdo con la Unión Europea su modernización representa una oportunidad crucial para las exportaciones de México.
Intercambio México-UE
En 2024 la UE fue el tercer socio comercial más importante de México (con un comercio bilateral de bienes de 82 mil 400 millones de euros), únicamente después de Estados Unidos y China.
La UE fue el segundo mayor mercado de exportación de México (29 mil 200 millones de euros), solo después de EU, en 2024.
Las principales importaciones de la UE desde México son maquinaria y electrodomésticos, productos minerales, productos químicos, equipos de transporte y metales básicos.
También el año pasado, la UE fue la tercera fuente de importaciones de México (53 mil 200 millones de euros), después de Estados Unidos y China.
Entre las principales exportaciones de la UE a México se incluyen maquinaria y electrodomésticos, productos químicos, equipos de transporte, metales básicos y productos minerales.
La UE sigue registrando un superávit comercial con México. Sin embargo, este disminuyó ligeramente, pasando de 24 mil 200 millones de euros en 2023 a 23 mil 900 millones de euros en 2024.
En cuanto a Inversión Extranjera Directa la UE es el segundo mayor inversor en México, después de Estados Unidos. El volumen de inversión de la UE en México ascendió a 208 mil 900 millones de euros en 2023, mientras que la inversión mexicana en Europa ascendió a 26 mil 900 millones de euros.
Fuente: Comisión Europea

