Kakuma, Kenia, 20 de junio. Martin Komol suspira mientras recorre su agrietada casa de barro, que corre el riesgo de derrumbarse por completo en la próxima lluvia. Nada parece durar para él y otros 300 mil refugiados en este remoto campamento de Kakuma en Kenia — ahora, ni siquiera las raciones de comida.
La financiación del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU ha disminuido después de que el gobierno del presidente Donald Trump suspendiera el apoyo en marzo, como parte del desmantelamiento generalizado de la ayuda exterior por parte de Estados Unidos, que alguna vez fue el mayor donante del mundo.
Eso significa que Komol, un ugandés viudo y padre de cinco hijos, ha vivido de las donaciones de los vecinos desde que su última ración mensual se agotó hace dos semanas. Dijo que sobrevive con una comida al día, y a veces, una cada dos días.
“Cuando no encontramos a nadie que nos ayude, nos enfermamos, pero cuando vamos al hospital, dicen que es solo hambre y nos dicen que volvamos a casa”, expresó el hombre, de 59 años. Su esposa está enterrada aquí. Se muestra reacio a regresar a Uganda, uno de los más de 20 países de origen de los refugiados de Kakuma.
Las raciones de comida se han reducido a la mitad. Recortes anteriores generaron protestas en marzo. Las transferencias de efectivo mensuales que los refugiados usaban para comprar proteínas y vegetales para complementar el arroz, las lentejas y el aceite de cocina distribuidos por el PMA se terminaron este mes.
Cada refugiado ahora recibe tres kilogramos (seis libras) de arroz por mes, muy por debajo de los nueve kilogramos recomendados por la ONU para una nutrición óptima. El PMA espera recibir la próxima donación de arroz en agosto. Eso, junto con uno kilogramo de lentejas y 500 mililitros de aceite de cocina por persona.
“En agosto, es probable que veamos un escenario más difícil. Si el PMA no recibe financiación entre este momento y esa fecha, significa que solo una fracción de los refugiados podrá recibir asistencia. Significa que solo los más extremadamente vulnerables serán atendidos”, dijo Colin Buleti, jefe del PMA en Kakuma. El PMA busca la ayuda de otros donantes.