SENADORES REPUBLICANOS MIENTEN

Ángel Hernández
Internacional
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Políticos republicanos culpan a México del tráfico de fentanilo, problema cuyas causas están dentro del propio EU: avidez de drogas cada vez más potentes y un negocio multimillonario controlado por cárteles norteamericanos.

En la epidemia de sobredosis por el consumo de fentanilo y otros estupefacientes en Estados Unidos, que el año pasado provocó 71 mil muertes, prevalecen causas que las autoridades norteamericanas no quieren mirar: altos niveles de adicción; fabricación de drogas sintéticas en laboratorios clandestinos locales; disponibilidad en internet y redes sociales; pandillas que controlan su distribución y venta; y corrupción fronteriza que permite el ingreso de cientos de toneladas de enervantes que llegan a las grandes ciudades.

Las acusaciones contra nuestro país por parte de senadores del Partido Republicano como Lindsey Graham, Dan Crenshaw y John Nelly Kennedy por el tráfico de fentanilo, argumento que intenta justificar su exigencia para que a los cárteles mexicanos se les declare organizaciones terroristas —con lo que el ejército norteamericano podría tratar de enfrentarlos de manera directa— es una narrativa construida con mentiras que no se sostiene en los hechos, de acuerdo a la postura oficial del gobierno de México.

Graham sostiene que “los cárteles de la droga controlan gran parte de México y están ganando miles de millones de dólares enviando fentanilo y drogas a EU”, por lo que propone “responder a los cárteles, con un ataque a México”.

Afirma que esos grupos criminales “son como las potencias extranjeras que atacan a EU, aunque estos lo hacen con el tráfico del fentanilo”, lo que califica como “el mayor ataque contra la patria por un poder extranjero en la historia del país: 70 mil estadunidenses envenenados por fentanilo en 2021 y está empeorando”.

Graham asevera que al designar a los traficantes mexicanos como organizaciones terroristas cambiarán las reglas del juego. “Pondremos a los cárteles en el punto de mira y perseguiremos a quienes les brindan apoyo material. La designación de los cárteles mexicanos de la droga es un primer paso en los principales cambios de política que necesitamos para combatir este mal”, subraya.

Contra esa versión falsa de buscar responsables en otros lados, la realidad es que en la sociedad estadunidense hay 41.1 millones de personas adictas que en 2020 requirieron tratamiento; proliferación y venta por mafias locales de todo tipo de drogas en las calles, escuelas, centros de diversión, barrios populares y zonas exclusivas; fácil compra de pastillas, píldoras o fármacos, de manera legal o en un abundante mercado ilícito de drogas, Sin embargo, esos mismos legisladores son los que se han opuesto a legislar para combatirlos o para controlar la venta de armas.

La crisis de adicción que padece una parte importante de la sociedad estadunidense, sobre todo entre sus jóvenes, se refleja en la alta demanda de opiáceos sintéticos cada vez más potentes y peligrosos.

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Ante esa devastadora realidad que erosiona los cimientos de la gran potencia, el oportunismo político de legisladores republicanos no se ha hecho esperar: con argumentos que solo toman en cuenta una parte del problema (el tráfico y no la demanda y el consumo) pretenden responsabilizar a México del problema del tráfico de fentanilo.

De ahí que en lugar de criticar los magros resultados de las políticas estadunidenses de seguridad y prevención para evitar el aumento de adicciones que provocan el deterioro mental, físico y emocional de los millones de consumidores, y tratar de contener la violencia y asesinatos de las pandillas que controlan la venta y distribución de drogas, esos políticos buscan responsables fuera de sus fronteras.

Respuesta presidencial

En respuesta a los señalamientos de Graham —quien ya presentó una iniciativa de ley para declarar como terroristas a las organizaciones mexicanas de tráfico de drogas—, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que por México solo pasa 25% del fentanilo que llega a EU, además de que ese opioide no se produce en el país, puesto que proviene de Asia.

López Obrador cuestionó al senador republicano acerca de qué hace su país para evitar que llegue esa droga a los consumidores: “¿Quién distribuye el fentanilo en EU? O mejor, ¿sí hay capos, sí hay cárteles que distribuyen el fentanilo: sí o no?”, le inquirió.

Calificó como una invasión las propuestas de senadores republicanos para combatir a los cárteles mexicanos con las fuerzas armadas de EU y aseveró que no admite lo que el senador Graham ha dicho de México.

“No vamos a permitir que intervenga ningún gobierno extranjero y menos fuerzas armadas: México es un país libre, independiente y soberano”, por lo que no permitirá “la intervención en territorio nacional de gobiernos extranjeros ni de soldados”, reafirmó el mandatario.

Agregó que “a México se le respeta. No somos un protectorado ni una colonia de EU (…) Nosotros no recibimos órdenes de nadie:, aquí manda el pueblo de México”.

Y reiteró que la pretensión de los legisladores republicanos es “una actitud prepotente, alevosa, majadera y, desde luego, intervencionista”.

Epidemia apocalíptica

Una imagen cada vez más común en ciudades de EU es la de adictos bajo los efectos del fentanilo: individuos que se desplazan como zombis, quienes después de dar algunos pasos se paralizan de pronto y quedan suspendidos en formas extrañas, a semejanza de muñecos a los que se les acabó la cuerda.

Aturdidos por la potente droga, que en combinación con cocaína, heroína o morfina los convierte en muñecos humanos que deambulan perdidos en el marasmo del trágico placer de los opiáceos sintéticos.

El fentanilo junto con la heroína, la cocaína y la morfina se han convertido en los cuatro jinetes del Apocalipsis en la epidemia de sobredosis que afecta a EU desde hace varios años y que provoca un aumento alarmante de muertes que asciende a 100 mil al año.

Se suma a los peligros del fentanilo que traficantes locales ahora lo comercializan en combinación con heroína, cocaína y morfina para aumentar su potencia, lo que causa un mayor número de fallecimientos entre los consumidores.

Al inicio de su administración en enero de 2021, el presidente Joe Biden estableció sus prioridades contra las drogas que amplían el acceso a tratamientos para trastornos por opioides, reducción de los daños por adicciones, prevención en el consumo de sustancias entre los jóvenes, disminución de la oferta de sustancias ilícitas y aumentar los lugares para la atención de los adictos.

Pese a esta estrategia el aumento de las adicciones persiste de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional sobre Usos de Drogas en EU, que reportó 41.1 millones de estadunidenses en 2020 que necesitaban tratamiento, de los que solo 2.7% lo recibieron en centros especializados.

El mercado más grande

La Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Trasnacional (GI-ATOC, por sus siglas en inglés), una Organización No Gubernamental con sede en Ginebra, Suiza, resalta que el mercado de drogas en EU se encuentra entre los más grandes del mundo, donde si bien el consumo de marihuana es lo más común, son las drogas sintéticas las que dominan la oferta y la demanda del consumo.

Agrega que el uso de metanfetaminas se disparó en los años recientes, en tanto que los cannabinoides sintéticos y los precursores se trafican a través de redes chinas. “El fentanilo ilícito y otros opioides sintéticos son los más letales que se usan en EU. Uno de los mayores impactos en el mercado es el aumento de las sobredosis letales relacionadas con la intoxicación por opioides sintéticos y drogas sicoestimulantes”, establece el informe.

Añade que si bien los organismos encargados de hacer cumplir la ley se dedican a combatir el mercado, las transacciones de fentanilo en la red oscura y las redes sociales son extensas.

Destaca que la mezcla de heroína con fentanilo es común. “Miles de muertos en EU se atribuyen anualmente a sobredosis de heroína, cada vez más debido a la alta potencia y la mezcla de heroína o cocaína con fentanilo”.

Mafias y laboratorios clandestinos

Los señalamientos de legisladores republicanos de que el problema de la crisis de fentanilo se encuentra fuera de ese país y sobre todo en México no se sostienen, porque resulta evidente que su origen está en los altos niveles de adicción y en la proliferación de drogas sintéticas y opioides, extensamente traficadas y comercializadas por sus mafias locales en todos los centros urbanos de la Unión Norteamericana.

El informe de la GI-ATOC destaca que en EU hay miles de pandillas activas dedicadas al tráfico de armas, drogas y personas, además de que continúan activas organizaciones que descienden de la mafia siciliana Cosa Nostra y que realizan actividades delictivas en varias regiones de ese país.

La Agencia Contra las Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) reconoce a su vez la existencia de cárteles de drogas estadunidenses que mantienen el control de territorios para distribución y venta de estupefacientes.

Identifica a cuatro grandes grupos criminales entre los que sobresalen los Crips, con presencia en 27 estados. La agencia realizó un mapa donde muestra que en por lo menos 22 entidades se localizaron laboratorios clandestinos para la elaboración de drogas sintéticas.

Contra lo que afirman legisladores republicanos, en EU sí operan cárteles propios que trafican con fentanilo y otras drogas, además de que proliferan laboratorios clandestinos para elaborar drogas sintéticas, por lo que su acusación de que el fentanilo proviene solo de México es una falsedad.

El fiscal general, Merrick Garland, informó que están concentrados en perseguir a las organizaciones que transportan los precursores químicos y los convierten en fentanilo; a las que comprimen el polvo y elaboran las píldoras; así como “a las organizaciones en EU que las distribuyen en gran escala por el país, regionalmente y en las ciudades”.

Es un hecho incontrovertible que en la Unión Americana hay miles de pandillas activas que se encuentran involucradas en drogas, armas y tráfico humano, que ejercen violencia para mantener el control del mercado más grande del mundo.

De acuerdo con la DEA y otras instancias federales estadunidenses estas mafias dominan amplias zonas para su ilícita actividad: sus tentáculos se extienden a todo el territorio, pero sobre todo mantienen fuerte presencia en Washington, Montana, Wyoming, California, Nevada, Utah, Arizona, Colorado, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Nebraska, Kansas, Oklahoma, Texas, Minnesota, Iowa, Missouri, Arkansas, Luisiana, Michigan, Illinois, Ohio, Nueva York, Pennsylvania, Delaware, Mississipi y Alabama.

Los cárteles estadunidenses se encuentran involucrados en drogas, armas y tráfico humano, además de participar en otros delitos —como prostitución y contrabando— que generan ganancias multimillonarias que les permiten, a su vez, proseguir alimentando uno de los mercados más lucrativos: el tráfico de drogas, particularmente de opiáceos sintéticos.

Si bien el crimen organizado en EU no tiene líderes visibles como ocurre con los grupos criminales de otros países, sus mafias locales son poderosas por el número de grupos involucrados, el gran volumen de su actividad y la violencia que generan en un mercado que les deja millonarios ingresos, por lo que es mucho más grande y peligroso de lo que se pueda imaginar, aseveran especialistas.

Negar las causas

En la iniciativa de ley que presentó de manera formal el miércoles 29 de marzo para que el Departamento de Estado designe a los grupos de traficantes de droga de México como organizaciones terroristas extranjeras, el senador republicano Lindsey Graham aseguró que esos grupos mexicanos ganan miles de millones de dólares “enviando fentanilo y drogas ilícitas a EU, donde está matando a miles de ciudadanos”.

En cambio, durante la Conferencia de Drogas Sintéticas realizada en la Ciudad de México hace unos días el subsecretario de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de EU, Todd D. Robinson, aseguró que su gobierno pone voluntad en desarticular las redes de tráfico de fentanilo en ese país, lo que permitió la detención el año anterior de cientos de individuos que distribuían drogas.

A su vez, el embajador Ken Salazar, expuso que EU y México son epicentro de la crisis global por los efectos del fentanilo y las drogas sintéticas, por lo que se requiere cooperación bilateral en busca de resultados para interrumpir su producción y tráfico.

“El fentanilo no solo es problema de EU, sino también de México. Ambas naciones trabajan en conjunto como socios y hermanos para detener a los grupos criminales que producen y distribuyen las drogas sintéticas”, subrayó el embajador.

Antony Blinken, secretario norteamericano de Estado, en un mensaje videograbado afirmó que su gobierno y México actualizan y adaptan su asociación para forjar un enfoque integral, ágil y eficaz contra las drogas sintéticas.

“También trabajamos para atacar e interrumpir las redes de tráfico en EU y arrestar a aquellos que buscan beneficiarse de esta epidemia”, subrayó.

Blinken reconoció que ningún país o gobierno puede detener la propagación de las drogas sintéticas por sí solo, ya que es un problema compartido, con responsabilidad conjunta.

La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, expuso por su lado que los dos países enfrentan retos importantes: del lado mexicano las muertes que genera la violencia por el tráfico ilícito de armas de alto poder y en EU el problema de salud que causa el tráfico y consumo de fentanilo.

Precisó que los precursores químicos para elaborar el fentanilo provienen de Asia y llegan a México, EU y Canadá, y los grupos criminales usan a nuestro país como tránsito. “Por eso sigo cuestionando: los precursores químicos, ¿los producimos nosotros en México? No. Las armas, ¿las fabricamos nosotros? No. Los muertos, ¿los ponemos nosotros? Lamentablemente, sí”.

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Aseveró que ambas naciones tienen el deber de proteger a su gente, caminar en un solo frente con total respeto para devolver a las comunidades la paz, la salud y el bienestar que requieren, por lo que tanto los países consumidores como de tránsito deben asumir la responsabilidad de trabajar juntos para construir la paz.

Trabajo conjunto

Como se ha expuesto, en la crisis del consumo de fentanilo y otras drogas sintéticas en EU el origen del problema se encuentra en la alta demanda entre un alto porcentaje de ciudadanos norteamericanos.

Contra lo que afirman senadores republicanos como Graham, México no es el país del que proviene la mayor parte del tráfico de fentanilo, ya que como afirma el presidente López Obrador de aquí llega hasta suelo estadunidense 25% del total de esa droga; es decir, que 75% restante ingresa por otras vías; sobre las cuales el senador Graham y sus repetidores no dicen nada. Ante tal silencio y falta de crítica, solo cabe la pregunta: ¿están protegiendo a sus propias mafias?

Las acusaciones de los republicanos surgidas como estrategia electoral de cara a la elección presidencial de 2024 en ese país, como asegura el gobierno mexicano, ignoran los verdaderos motivos y causas de la crisis de sobredosis: la alta demanda de drogas y la existencia de carteles estadunidenses que controlan su venta y distribución.

El enfoque asumido por el secretario Blinken y el embajador Salazar, así como la secretaria Rodríguez durante la Conferencia de Drogas Sintéticas realizada en la CDMX, va en el sentido correcto: trabajar juntos para atacar e interrumpir las redes de tráfico de fentanilo en ambos países, y no responsabilizar a México.

Contra lo que afirman los senadores republicanos, México ha sido un aliado para enfrentar ese problema al incautar más de seis toneladas de ese opioide en la presente administración, que de haber llegado a EU representarían la muerte de miles de estadunidenses.

Además, nuestro país no produce fentanilo ni los precursores químicos para su elaboración, que provienen de naciones asiáticas, ni las armas de fuego, pero lamentablemente sí pone los muertos.

En voz de AMLO

-Sostengo que cualquier persona puede ir a cualquier parte del territorio nacional; y sí hay riesgos en unas regiones más que en otras, en unas ciudades más que en otras, pero la vida se mantiene inalterable en todo el país.

-Quisiera preguntarle, que me diga sí o no: ¿sí se consume fentanilo en EU? ¿Sí o no?

-¿Quién distribuye el fentanilo en EU?

-¿Se les persigue a quienes distribuyen el fentanilo y se les castiga en Estados Unidos?

-¿Se puede comprar o no una ametralladora o un arma de alto poder en los supermercados norteamericanos?

-¿Qué programas tienen para apoyar a los jóvenes con el propósito de que no consuman drogas?

-Vamos a seguir ayudando para que no llegue fentanilo, pero por México llega solo 25% de lo que consume EU.

-Nosotros ayudamos para que no haya tráfico de fentanilo; y lo hacemos no por miedo a sus amenazas intervencionistas, sino por convicciones humanitarias.

-El senador (Graham), que es tan influyente, puede hacer mucho para que no se den estas muertes. Por ejemplo, el control de las armas, que se persiga a quienes distribuyen el fentanilo en EU, que se apruebe una campaña de información, de orientación en ese país sobre el daño que causa el fentanilo.

Planes de guerra

El expresidente de EU, Donald Trump, pidió a sus asesores que hagan “planes de guerra” contra México ante el problema de los cárteles de la droga, de acuerdo con la revista Rolling Stone, que refiere fuentes cercanas al empresario inmobiliario.

Trump, quien busca volver a ser candidato presidencial en 2024, solicitó a sus asesores políticos que le ofrezcan opciones militares para enfrentar a los cárteles mexicanos e incluir posibles ataques en caso de ser reelegido.

Una de las fuentes refirió que “atacar a México, o como quieras llamarlo, es algo para lo que Trump ha dicho que quiere planes de batalla dibujados”, además de que se queja de las oportunidades perdidas durante su primer mandato y hay mucha gente a su alrededor que quiere que las aproveche en una segunda presidencia.

La publicación indica que asesores de Trump le han informado sobre varias opciones que incluyen ataques militares unilaterales y despliegues de tropas en suelo mexicano.

Droga mortal

El fentanilo es un potente opioide sintético similar a la morfina, pero entre 50 y 100 veces más potente. Es un fármaco que de manera legal se utiliza para mitigar los dolores intensos que producen enfermedades como el cáncer.

Se consume como droga sintética vendida de manera ilegal en forma de polvo, vertido en papel secante, en envases de gotas para los ojos, rociadores nasales o en pastillas.

Una pequeña cantidad de fentanilo es suficiente para provocar fuertes reacciones y espasmos entre los adictos y ahora una práctica frecuente es mezclarlo con heroína, cocaína o metanfetamina, lo que genera una gran cantidad de sobredosis y causa la muerte de decenas de miles de consumidores en EU.

La mezcla de estas drogas sintéticas es riesgosa porque las personas que consumen enervantes no saben que la sustancia puede contener fentanilo: al consumir opioides más fuertes de lo que el organismo está acostumbrado, es mayor la probabilidad de una sobredosis.

Para aumentar el interés entre los jóvenes, las pandillas ahora distribuyen un fentanilo llamado Arcoíris en forma de pastillas multicolores.

Los efectos que tiene el fentanilo en el cerebro son iguales a los que producen la heroína, la morfina y otras drogas opioides: después de consumirlo muchas veces, el cerebro se adapta a la droga y su sensibilidad disminuye, lo que hace que resulte difícil sentir placer con otra cosa que no sea la droga.

Cuando una persona se vuelve adicta, la búsqueda y el consumo de la droga se apoderan de su vida.