Nueva Jersey, Estados Unidos, 13 de julio. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, se reunirá con el presidente Donald Trump esta semana, tras el anuncio del líder de Estados Unidos sobre los planes de vender armamento a los aliados de la OTAN que luego puedan transferir a Ucrania.
La OTAN anunció el domingo que Rutte estará en Washington el lunes y martes y se reunirá con Trump, el secretario de Estado Marco Rubio, y el secretario de Defensa Pete Hegseth, así como con miembros del Congreso. La Casa Blanca no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre la visita.
Un importante aliado de Trump, el senador republicano Lindsey Graham de Carolina del Sur, sostuvo el domingo que el conflicto se acerca a un punto de inflexión, ya que Trump muestra un creciente interés en ayudar a Ucrania a luchar contra Rusia. Es una causa que Trump, quien durante su campaña prometió resolver el conflicto rápidamente, previamente desestimaba como un desperdicio del dinero de los contribuyentes estadounidenses.
“En los próximos días, verán fluir armas a un nivel récord para ayudar a Ucrania a defenderse”, dijo Graham en “Face the Nation” de CBS. Añadió: “Uno de los mayores errores de cálculo que ha cometido Putin es jugar con Trump. Y ya verán, en los próximos días y semanas, habrá un esfuerzo masivo para llevar a Putin a la mesa de negociaciones”.
La visita de Rutte se produce luego que Trump insinuó la semana pasada que haría una “declaración importante” sobre Rusia el lunes, y mientras Ucrania lucha por repeler los masivos y complejos ataques aéreos lanzados por las fuerzas rusas.
Graham y el demócrata Richard Blumenthal de Connecticut, quien compareció con el legislador de Carolina del Sur en CBS, dijeron que también hay un consenso creciente en el Capitolio y entre los funcionarios europeos sobre la utilización de algunos de los 300.000 millones de dólares en activos rusos congelados por los países del Grupo de los Siete al inicio de la guerra para ayudar a Ucrania.
“Es hora de hacerlo”, afirmó Blumenthal.
Rubio expresó el viernes que algunas de las armas fabricadas en Estados Unidos que Ucrania está buscando están desplegadas con aliados de la OTAN en Europa. Esas armas podrían ser transferidas a Ucrania y los países europeos podrían comprar reemplazos a Estados Unidos, comentó.
“Es mucho más rápido mover algo, por ejemplo, de Alemania a Ucrania que pedirlo a una fábrica en Estados Unidos y llevarlo allí”, manifestó Rubio a los periodistas la semana pasada durante una visita a Kuala Lumpur, Malasia.
El ministro de Defensa francés, Sebastien Lecornu, en una entrevista publicada el domingo en La Tribune Dimanche, señaló que los funcionarios europeos han estado argumentando ante la administración Trump para reforzar las capacidades de defensa aérea con cualquier paquete venidero.
Añadió que Francia se encuentra en un “hueco de capacidad” y tendrá que esperar hasta el próximo año antes de poder proporcionar a Ucrania nuevos misiles tierra-aire.
Trump también enfrenta llamados de republicanos y demócratas, así como de aliados europeos, para apoyar una legislación en el Senado que busca paralizar la industria petrolera de Rusia y golpear a Moscú con sanciones de Estados Unidos por su continua invasión de Ucrania.
La legislación, en parte, propone un arancel del 500% sobre bienes importados de países que continúan comprando petróleo, gas, uranio y otras exportaciones rusas. Tendría un impacto enorme en las economías de Brasil, China e India, que representan la gran mayoría del comercio energético de Rusia.
“El gran infractor aquí es China, India y Brasil”, aseguró Graham. “Mi propósito es terminar esta guerra. Y la única manera de terminar esta guerra es hacer que las personas que apoyan a Putin elijan entre la economía estadounidense y ayudar a Putin”.
Ese ingreso es crucial para ayudar a mantener en funcionamiento la maquinaria de guerra rusa, ya que Estados Unidos y Europa han impuesto significativas prohibiciones de importación y exportación en una amplia gama de bienes hacia y desde Rusia, afectando sectores como finanzas, energía, transporte, tecnología y defensa.
Trump durante meses había amenazado, pero se había abstenido de imponer nuevas sanciones contra la industria petrolera de Rusia.
Sin embargo, Trump se ha mostrado cada vez más exasperado con Putin en los últimos días y ha arremetido contra el líder ruso por prolongar la guerra.
“Recibimos muchas tonterías de Putin, si quieren saber la verdad”, afirmó Trump la semana pasada en un intercambio con periodistas. “Es muy amable todo el tiempo, pero resulta ser insignificante”.
El Congreso ha estado preparado para actuar sobre la legislación, patrocinada por Graham y Blumenthal, desde hace algún tiempo.
El proyecto de ley cuenta con un apoyo abrumador en el Senado, pero el liderazgo republicano ha estado esperando que Trump dé luz verde antes de avanzar con él.
La Casa Blanca había expresado algunas reservas sobre la legislación. Trump dejó claro que quiere plena autoridad sobre el proceso de exención para levantar las sanciones, aranceles u otras penalidades, sin tener que ceder el control al Congreso.
Bajo el proyecto de ley inicial, el presidente “puede terminar” las penalidades bajo ciertas circunstancias, pero reimponerlas inmediatamente si las violaciones se reanudan. Graham ha dicho que se permitiría al presidente eximir las sanciones por 180 días, y también podría renovar una exención.
Algunos legisladores demócratas han expresado preocupaciones sobre las exenciones. Pero Blumenthal minimizó las diferencias y sostuvo que la legislación le daría a Trump un “mazo” para utilizar contra Putin.
“El lenguaje de exención que tendremos en este proyecto de ley es muy similar a las disposiciones que han existido en medidas similares anteriores”, aseguró Blumenthal . Añadió: “Lo más importante ahora es nuestra unidad”.