EL NUEVO AÑO TENDRÁ UNA AGENDA MARCADA POR TRUMP

“Trump estará en China en abril”.

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2025 cierra con récords históricos de adopción de energías renovables, pero también con una nueva expansión de los hidrocarburos, así como un nuevo hito de emisiones vinculada a los combustibles fósiles.

Ninguna oficina de análisis internacional pone en duda que 2026 tendrá una agenda global, tanto geopolítica como geoeconomía, que estará marcada por los designios de Donald Trump: la figura del presidente de Estados Unidos se considera uno de los factores más disruptivos desde su vuelta a la Casa Blanca, donde el próximo 20 de enero cumplirá un año de su toma de posesión.

Tom Standage, editor del informe The World Ahead 2026 para The Economist, refiere que Trump fue el principal factor disruptivo en los últimos meses y seguirá siéndolo mientras permanezca en el poder.

“Ha causado turbulencias en algunas áreas, como en el comercio; pero también ha dado resultados diplomáticos en Gaza y ha forzado cambios necesarios en temas como el gasto europeo en defensa”, añade.

Para 2026 Standage pone el foco en una serie de asuntos a los que habrá que seguir la pista por las consecuencias que puedan tener en diversas cuestiones globales. Por ejemplo, las elecciones legislativas de medio mandato en EU.

Será muy importante este termómetro político, que es sin duda el primer examen electoral que la ciudadanía norteamericana realizará al mandato trumpista. Antes de cerrar el año CNN destacó que el presidente norteamericano mantiene un nivel promedio de aceptación de 39% y uno de desaprobación de 58 por ciento.

“Esperemos escuchar relatos muy divergentes sobre el pasado, presente y futuro de Estados Unidos mientras republicanos y demócratas describen el mismo país en términos irreconciliablemente diferentes para conmemorar el 250 aniversario de su fundación. Los votantes darán entonces su veredicto sobre el futuro de su país en las elecciones de mitad de mandato en noviembre”, destaca Standage.

No se sabe aún cuánto territorio legislativo podrían recuperar los demócratas para influir en temas como el de la nueva política migratoria de Trump o en el recorte de la ayuda militar a Ucrania o sobre las injerencias de la Casa Blanca en varios países latinoamericanos y hasta en las amenazas a la soberanía de Venezuela o de otros países aduciendo una lucha contra los cárteles de la droga.

El tema de la política migratoria es preocupante para diversos grupos a favor de los derechos humanos, que consideran que muchas detenciones son injustificadas. El anuncio de la suspensión de la lotería de la green card y rebajar las expectativas a favor de conseguir un asilo en EU o bien negar la entrada a la Unión Americana porque se cancela la expedición de visas para países que Trump considera hostiles, podrían ser prácticas extendidas a otras naciones en 2026.

Después de la política interna en EU las decisiones económicas que se tomen en Washington seguirán teniendo un peso preponderante en la economía internacional.

Pugnas financieras

Aquí, en Europa, los analistas creen que la guerra comercial trumpista seguirá jugando un papel relevante en el nuevo año que está por comenzar.

Y no solo contra China sino contra otros países de América Latina, Europa, África y Asia.

España es uno de esos países en riesgo de una escalada comercial con EU: la política internacional del presidente de España, el socialista Pedro Sánchez, choca con las pretensiones norteamericanas, sobre todo en el tema de los palestinos en la Franja de Gaza y en Cisjordania.

Desde hace varios meses España ha estado pidiendo un boicot internacional contra Israel, denunciando una masacre contra los palestinos. De hecho, decretó un embargo a las armas contra Israel.

El más reciente roce diplomático con EU aconteció por las prácticas portuarias españolas, que amenaza con devolver en reciprocidad e incluso ha llegado a mencionar las sanciones: “La Comisión Marítima Federal confirmó que está investigando a España porque considera que perjudica al comercio exterior norteamericano al vetar el acceso a sus puertos a determinados buques que transportan mercancías con destino o procedencia de Israel”.

“El alto al fuego entre Gaza e Israel seguirá marcado por constantes roces”.

Otro aspecto a tomar en cuenta: la pugna por las tasas de interés que Trump ha desatado contra el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, cuyo mandato concluirá en mayo de 2026.

Sin embargo, el presidente norteamericano quiere acelerar la caída de Powell, a quien ha insultado abiertamente y en numerosas ocasiones.

Trump quiere intervenir y tener injerencia en los designios de la Fed en el renglón de las tasas de interés; ha presionado para que bajen los réditos de forma acelerada para que su política económica no se vea cuestionada y la gente en su país pueda endeudarse a bajo costo tanto para comprar una vivienda o un vehículo, como para consumir a crédito e impulsar el crecimiento económico.

En 2025 la Fed, frente a sendas presiones desde la Casa Blanca, redujo las tasas en tres ocasiones hasta 3.6%, su nivel más bajo en los últimos tres años.

Powell viene objetando contra lo que Trump desea el argumento de que la Reserva Federal es un organismo independiente clave en la política monetaria, que no puede dejarse influir por las órdenes del presidente.

La inflación, según Powell, sigue siendo alta y unas tasas bajan podrían acelerar el consumo a crédito y, por ende, calentar a la inflación. “La inflación en noviembre se ubicó en 2.7 por ciento”.

Guerras y geopolítica

Trump afirma que durante sus primeros ocho meses de mandato ha frenado ocho guerras; pero lo cierto es que Tailandia y Camboya cerraron el año con combates.

“No se vislumbra solución para la invasión rusa en Ucrania”.

Quizás el éxito más rotundo ha sido que Israel dejara de bombardear masivamente a la Franja de Gaza, aunque no detiene del todo los ataques contra los asentamientos palestinos, las células de Hamás o incluso contra los palestinos en Cisjordania.

El acuerdo de alto el fuego de Israel y Gaza propuesto por Trump incluye varias etapas, lo que significa que en 2026 deberían desarrollarse la segunda y la tercera fase, consistentes en nombrar un Consejo que gobernará temporalmente a los gazatíes en lo que se llevan a cabo elecciones; y, también, reiniciar la construcción de Gaza, cosa que hasta el cierre de 2025 no tenía patrocinadores para llevarla a cabo, porque EU pretende que una parte del dinero de la reconstrucción lo pongan las ricas economías petroleras árabes y otra parte la Unión Europea, aunque quienes llevarían a cabo la reconstrucción (todo el negocio) serían las multinacionales norteamericanas.

En general, los analistas europeos ven muy endeble que se sostenga en el tiempo el acuerdo de paz en Gaza. Una de las peticiones de Israel y de EU es el desarme completo de la milicia de Hamás, una exigencia que este grupo armado se niega a llevar a cabo.

Además, antes de concluir el año Israel anunció que da luz verde para nuevos asentamientos de colonos israelíes en Cisjordania.

Lamentablemente, 2026 no apunta a ser un año pacífico: de acuerdo con la Organización No Gubernamental (ONG) Proyecto de Ubicación y Datos de Eventos de Conflictos Armados (Acled, por sus siglas en inglés) en los últimos doce meses se han registrado 204 mil 605 eventos de conflicto desde el 1 de diciembre de 2024 hasta el 28 de noviembre de 2025. Estos eventos violentos dejaron 240 mil muertos.

“Las guerras en Ucrania y Palestina continuaron aumentando el nivel de violencia, contribuyendo con más de 40% de los acontecimientos de conflicto en los últimos doce meses. Las guerras civiles en Myanmar y Sudán aumentaron los muertos en conflicto; y en Pakistán hay un empeoramiento de las insurgencias islamistas y separatistas”, reporta el organismo.

En el nuevo año buena parte de las tensiones internacionales seguirá orbitando en dos conflictos: el desarrollo del alto al fuego entre Gaza e Israel, marcado por constantes roces; y la posible reunión a tres entre los mandatarios Trump, Volodímir Zelenski y Vladimir Putin para firmar un acuerdo de paz (o de capitulación) entre Ucrania y Rusia.

De hecho, todo apunta a que Ucrania tendría elecciones una vez suceda el alto el fuego en 2026.

“Sin embargo, no hay que olvidar otros sitios de conflicto como Sudán, Myanmar, Nigeria o Ecuador y Haití, que casi duplicó el número de fallecimientos con un aumento a los ataques dirigidos a los civiles”, destacó Acled.

EU vs. China

China, como indica The Economist, tiene sus propios problemas económicos, que resume así: “Deflación, desaceleración del crecimiento y un exceso industrial”.

Sin embargo, logró un récord histórico en su superávit comercial a pesar de Trump y su guerra arancelaria: a noviembre pasado el superávit comercial de bienes de China superó el billón de dólares, alcanzando los 1.08 billones de dólares, una muestra de la resiliencia de su motor exportador ante los embates arancelarios.

El gobierno de Beijing ha aprendido a jugar con la impredecibilidad del carácter de Trump, ha pasado de la defensiva a la ofensiva y no parece que bajará la guardia en 2026.

Mientras Trump afirma que continuará con su política de amenazar a sus socios y no socios comerciales y hasta a sus aliados históricos, China tiene en su horizonte seguir aumentando su influencia global en los cinco continentes.

Ante EU, China es un socio más fiable, remarca The Economist, que avizora además un mayor posicionamiento de Beijing en el sur global con la firma de nuevos acuerdos comerciales.

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En opinión del Centro de Estudios Internacionales y de Estudios para el Desarrollo de Barcelona (CIDOB, por sus siglas en inglés), Trump ha determinado el inicio de una nueva era en la instrumentalización de la coerción económica y tecnológica. “La incertidumbre comercial y política es la nueva normalidad”.

Pero el impacto del nuevo orden económico estadunidense, añade, “con la desaceleración del comercio global, empezará a notarse en los próximos meses. La Organización Mundial del Comercio (OMC) estima que el porcentaje del comercio internacional que respeta sus reglas se ha reducido hasta 74%; además, según sus cálculos, en 2026 el comercio mundial solo crecerá 0.5%, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) apuesta por un crecimiento económico global de 3.1%”, de acuerdo con el CIDOB.

El primer trimestre de 2026 será importante para tomar la temperatura de las relaciones entre EU y China, que ya compiten en todos los órdenes: económico, comercial y en el renglón de la Inteligencia Artificial (IA), en el ámbito del espacio, en el Ártico y la tecnología e incluso en el rearme militar.

Para abril próximo el presidente de EU tiene previsto viajar a China en un viaje toral que incluirá conversaciones con su homólogo chino, Xi Jinping, en las que sobre todo hablará de tierras raras y Taiwán.

“El resto del mundo, ante la imprevisibilidad de Trump y la competencia de China, buscará relaciones comerciales alternativas. No se trata solo de diversificar, sino que se ha desatado una auténtica carrera global por lograr acuerdos estables y duraderos”, señaló este think tank catalán.

Por su parte, la Unión Europea (UE) y el Mercosur iniciarán el nuevo año sin poner en marcha su gran acuerdo comercial, que llevan negociando desde hace 26 años.

Son los mandatarios de Francia, Polonia e Italia quienes a última hora se han negado a firmarlo, temerosos de que los productos agrícolas y ganaderos de Argentina y Brasil terminen hundiendo al sector primario de sus respectivos países.

La UE se juega su credibilidad como socio comercial, un bloque tradicionalmente proteccionista que ahora pide tiempo para firmar con Mercosur.

En febrero próximo, por cierto, México y la UE deberán signar la actualización de su tratado comercial tras años revisándose e India también pretende un acuerdo de libre comercio con los europeos en enero.

Sin embargo, intranquiliza que la UE entre en el juego de la imprevisibilidad marcada por Trump.

Clima: factor clave

Hace unos días The Guardian informó que la Oficina Meteorológica de Reino Unido anunció que se prevé que el calor en 2026 superará en más de 1.4 grados Centígrados los niveles preindustriales. Es decir, se avizora un año muy caluroso.

En su informe anual el Centro de Estudios Internacionales y de Estudios para el Desarrollo de Barcelona (CIDOB, por sus siglas en inglés) refiere que si hay un espacio que refleja las contradicciones y la desorientación política actual es la agenda climática.

Y, de hecho, 2025 cierra con récords históricos de adopción de energías renovables, pero también con una nueva expansión de los hidrocarburos, así como un nuevo hito de emisiones vinculadas a los combustibles fósiles.

“Mientras el discurso de urgencia climática y el imperativo de una transición verde se consolidan, la competencia geopolítica evidencia la dificultad de alcanzar los compromisos climáticos establecidos en el ámbito internacional a través de las diferentes COP. Como destaca el New Yorker, 2025 ha sido considerado como un nuevo punto bajo en la inacción humana frente al cambio climático”, de acuerdo con CIDOB.

En las perspectivas de este think tank, en 2026 se reforzará este cambio en las prioridades globales con una agenda climática en la UE que está en duda porque hay presiones desde diversos sectores industriales.

“Bajo el discurso de competitividad y simplificación, la UE ha diluido la responsabilidad del sector privado en el desarrollo sostenible y en el monitoreo de su actividad económica. Esta medida se une a una lista de retrocesos previos, como la pausa de la ley contra la deforestación o la extensión de excepciones de objetivos de contaminación para la industria automovilística”, indicó.

A partir del 27 de enero de 2026 será efectiva también la segunda retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París, anunciada tras el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca.

“Su proclamado drill, baby, drill en campaña se traducirá en más de 500 millones de hectáreas de nuevas exploraciones petrolíferas en las costas estadunidenses de aquí a 2031; y en la reapertura de nuevas minas de carbón en el interior, una política que ya ha puesto en marcha en 2025”, señaló el CIDOB.

También hay otros países, como Brasil, Guyana y Argentina, que liderarán el crecimiento de la producción de petróleo en 2026 con recientes descubrimientos de yacimientos que llevan a América Latina a considerarse como la nueva frontera del petróleo.

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