Tras los ataques aéreos israelíes del 1 de abril que mataron a siete trabajadores humanitarios de World Central Kitchen en Gaza, un alto funcionario de las Naciones Unidas que informó al Consejo de Seguridad instó a una acción concertada inmediata para investigar, enjuiciar y poner fin a tales violaciones del derecho internacional humanitario y para dar al personal humanitario acceso sin obstáculos a a los necesitados, mientras los delegados expresaban su preocupación por la inminente hambruna en el territorio ocupado.
“Los acontecimientos de la última semana por sí solos son evidencia de la brutalidad desmesurada de este conflicto”, afirmó Ramesh Rajasingham, Director de Coordinación de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, y destacó: “Está claro que no hay protección para los civiles en Gaza”.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, más de 32.000 personas han muerto y más de 75.000 han resultado heridas; El 75 por ciento de la población ha sido desplazada por la fuerza.
El 1 de abril, la retirada de las fuerzas israelíes del sitiado Complejo Médico Al Shifa en la ciudad de Gaza reveló un hospital y muchos edificios en la zona residencial circundante, casi completamente destruidos, dijo. La ONU y sus socios de ayuda llegaron al centro recién hoy, después de repetidas solicitudes denegadas, para ayudar a clasificar a los pacientes restantes y evaluar las necesidades sobre el terreno. El mismo día, los siete trabajadores humanitarios de World Central Kitchen, que habían informado al ejército israelí de sus movimientos y acababan de descargar más de 100 toneladas de suministros humanitarios que salvaban vidas, murieron en múltiples ataques aéreos israelíes contra su convoy.
La innegable falta de protección de las misiones de ayuda ha obligado a World Central Kitchen y al menos a otra organización de ayuda, la ONG “ANERA”, a suspender sus operaciones. “Gaza está al borde de la hambruna”, advirtió, destacando que no se ha permitido operar a la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (UNRWA).
La Agencia y todas las organizaciones humanitarias imparciales deben tener un acceso seguro, rápido y sin obstáculos a todos los civiles necesitados, subrayó. Todos los Estados miembros pueden y deben utilizar su influencia para prevenir y detener las violaciones del derecho internacional humanitario, mediante presión diplomática y económica, condicionando las exportaciones de armas al cumplimiento de las reglas de la guerra y cooperando en la lucha contra la impunidad.