¿Cómo protejo mi empresa ante un sismo?

Establecer controles para minimizar los riesgos

Redacción
Nacional
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Crédito Cenapred

El 90% de las empresas que nacen en México terminan por cerrar en un periodo no mayor a cinco años, de acuerdo con datos del INEGI. Las micro, pequeñas y medianas empresas son especialmente susceptibles ante las diversas amenazas internas y externas que las rodean; de hecho, el 60% de ellas sufre, durante su primer año de vida, algún siniestro relacionado con accidentes, robos o fenómenos naturales como huracanes y sismos.

El equipo de planta y maquinaria que hay dentro de los edificios generalmente no se encuentra en el momento en el que este se construye, por lo que muchas veces no está diseñado para las condiciones geográficas de cada localidad y llega a sufrir daños sustanciales incluso en sismos de baja intensidad; y debido a que resulta crítico para las operaciones comerciales, esto puede resultar en la interrupción del negocio y en pérdidas de recursos significativas. Si bien no es posible eliminar todos los riesgos que los sismos suponen para las empresas, sí es posible anticiparse a ellos y minimizar su impacto al planificar e implementar controles efectivos en el negocio.

Zurich México, compañía aseguradora especialista en gestión y prevención de riesgos, comparte cinco recomendaciones para que las personas protejan su patrimonio empresarial en caso de sismos:

Realizar un diagnóstico de equipos y sistemas. En primer lugar, será importante estudiar las características de la zona y los recursos con los que cuenta la empresa. Es decir, si la operación depende de servidores informáticos ubicados en el sitio o está almacenada en la nube; si se tienen equipos personalizados que requieran un tiempo largo de reemplazo; si existe equipo suspendido en las instalaciones, como conductos de aire o lámparas; o si se cuenta con equipo alto o largo en las instalaciones, como aquellos utilizados para operaciones de fabricación, procesamiento y envasado, o bien grandes calderas, enfriadores, hornos o transportadores, etc.

Identificar peligros comunes durante un sismo. La mampostería no reforzada o los muros de bloques de hormigón, por ejemplo, son características comunes de los edificios industriales, por lo que, durante un sismo, su colapso resulta una amenaza tanto para el equipo como para el personal. Los equipos altos o los contenedores de líquidos también son susceptibles a daños si no están anclados adecuadamente.

Establecer controles para minimizar los riesgos. La mejora en la gestión de riesgos es un trabajo continuo, por lo que, ya sea que se trate de un proyecto nuevo o de cambios a una estructura ya existente, será importante recurrir a un ingeniero estructural calificado que evalúe los riesgos potenciales y ayude a establecer los controles necesarios. A través del análisis de diversos factores se asegurará de que los controles siguen las pautas de mejores prácticas y se apegan a las normas locales y códigos internacionales, así como a los niveles de fuerza sísmica nacional.

Informar y capacitar a los colaboradores. Para que una empresa se considere preparada para enfrentar un riesgo de catástrofe natural como lo es un sismo, será necesario que todos los colaboradores estén involucrados en los procesos de prevención. Se deberá contar con un plan de emergencia, de ser posible que contemple la creación de brigadas que guíen al resto de los equipos durante un posible desastre, así como un plan de comunicación de crisis diseñado para diferentes audiencias y un plan de acción que permita al negocio seguir operando después de algún evento. En este sentido, brindar capacitación a través de simulacros periódicos será crucial.

Asegurar la continuidad del negocio mediante un seguro. Si bien el establecer mejoras y controles efectivos ayudará a la empresa a minimizar al máximo los riesgos durante una posible eventualidad, existen partes del riesgo que no son eliminables, pero que pueden ser transferidas a una aseguradora; es decir, el rol del seguro será minimizar la pérdida monetaria y garantizar la continuidad del negocio al permitirle recuperarse más fácilmente una vez ocurrido un siniestro. La adquisición de un seguro con cobertura para sismos debe considerarse una inversión y no un gasto, pues podría ser la diferencia para superar el umbral de los primeros años de operación.