El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) cumplió hace unos días con la responsabilidad de generar y dar a conocer información de interés nacional por medio del Censo de Población y Vivienda 2020.
De acuerdo con el INEGI los censos tienen el objetivo principal de producir la cuenta de la población residente en el país, así como la información sobre su estructura y principales características socioeconómicas y culturales, además de su distribución en el territorio nacional, con el fin de brindar la máxima información para que las autoridades a todos los niveles tomen decisiones en materia de política pública y permitan tener un retrato de México desde el nivel nacional hasta el local.
Los resultados definitivos del Censo 2020 indican que la población total en el país es hoy de poco más de 126 millones de habitantes. De ellos 64.5 millones son mujeres, es decir, 51.2%, y 61.4 millones son hombres, esto es, 48.8 por ciento. En el contexto internacional México ocupa la posición número once en cuanto a población, por debajo de Japón y por encima de Etiopía, permaneciendo en el mismo lugar que ocupaba en 2010.
El presidente del INEGI, Julio Santaella, señala en entrevista que el Censo de Población y Vivienda es el único ejercicio estadístico que baja la información no solamente a nivel nacional, estatal o municipal, sino incluso a nivel de ciudad o localidad.
Añade que esto “permite diseñar una política pública en materia, por ejemplo, de salud, porque se sabe en qué parte del país están las personas de determinados grupos de edad ya que el perfil de enfermedades es muy distinto en los jóvenes o niños que en los adultos mayores”.
El censo revela que “tenemos 15 millones de adultos mayores de 60 años, dato que es muy útil actualmente para la campaña de vacunación contra el Covid-19; pero además te dice dónde están. Entonces se puede definir la distribución de las vacunas con base en ello”, puntualiza Santaella.
Los resultados del censo permiten conocer las necesidades que se tienen en cada estado, municipio o región en materia de empleo, salud, seguridad o calidad de vida, entre otros rubros, lo que de alguna manera ayuda a enfocar el trabajo en políticas públicas.
Entre otros datos los resultados señalan que la población creció en 13.7 millones de personas respecto de 2010, con lo que la tasa de crecimiento promedio anual en la última década es de 1.2 por ciento.
A este ritmo de crecimiento de la población, comenta el doctor Julio Santaella, la tasa de crecimiento tardará 58 años en duplicarse, pero además se puede identificar que poco a poco va a ir cayendo.
“De ahí la importancia para las proyecciones demográficas, donde habrá que ver cuáles son las tendencias en materia de fecundidad, que como muestra el censo también vienen cayendo; y luego un análisis de la mortalidad, que también venía cayendo pero que en 2020, con la pandemia, registra un salto bastante fuerte, lo que representará un reto para las proyecciones sobre, digamos, cuál va ser el impacto en el largo plazo de esta pandemia”.
En general el resultado que muestra el Censo 2020 “es muy rico porque tiene un grado de granularidad geográfica impresionante e importante”, indica.
De igual manera es muy importante la información a nivel estatal y municipal: podemos saber, por ejemplo, qué número de personas con discapacidad hay; cuál es la principal dificultad que tienen; o el número de personas que son hablantes de lengua indígena. “Entonces necesitamos tener algún tipo de esquema de comunicación con estas personas”, añade.
El tema de discapacidad se abordó con mayor profundidad en esta ocasión captando el grado de dificultad que tienen las personas para llevar a cabo alguna actividad, o si tienen dificultad para caminar o subir y bajar escaleras, porque este tipo de consideraciones y la gravedad de las limitaciones es muy importante para determinar la discapacidad y la atención que necesitan.
“Lo que no podemos observar, o de lo que no tenemos conciencia, difícilmente lo podemos atender. Y ese es finalmente el propósito de la estadística: tener un retrato de la realidad para poder diseñar y planificar políticas públicas a partir de esta información”, puntualiza el titular del INEGI.
Los datos del Censo 2020 en cuanto a este rubro indican que en el país hay casi 21 millones de personas con alguna limitación, discapacidad o problema o condición mental, mismas que representan 16.5% de la población, una cifra suficientemente grande como para ser tomada en cuenta con mayor atención.
Envejecimiento
El trabajo del INEGI muestra también que en el país se observa un gradual proceso de envejecimiento, aunque la población sigue siendo joven. Esto se ve reflejado en la edad promedio, que pasó de 26 a 29 años en la última década, es decir, en 2020 la mitad de la población tiene 29 años o menos.
También el proceso de envejecimiento queda en evidencia en la pirámide poblacional, que presenta una tendencia a reducir su base, mientras que continúa su ensanchamiento tanto en el centro como en la parte alta, lo que significa que la proporción de niñas, niños y adolescentes disminuyó y se incrementó la proporción de adultos y adultos mayores.
Muestra de esto es que la población de 60 años y más pasó de 9.1% en 2010 a 12% en 2020, mientras que la población de cero a 17 años disminuyó de 35.4% en 2010 a 30.4% en 2020.
“Este es un fenómeno que los demógrafos han venido estudiando y tenían anticipado. De hecho, muchos estudian este envejecimiento porque va a tener muchas implicaciones, no solo en el tema de pensiones, por ejemplo, sino también en cuestiones de salud; es decir, el perfil de morbilidad de las personaa mayores es diferente al de las personas más jóvenes. Están ahora las enfermedades crónico-degenerativas siendo las más importantes y requieren una política de salud diferente. El envejecimiento está ocurriendo y tiene consecuencias importantes”, explica Santaella.
Sin embargo de igual manera que en los últimos 20 años, expresa el funcionario, se habla del bono demográfico cuando la mayor parte de la población va a estar en edad laboral entre los 19 y 60 años; y lo que está ocurriendo con esta edad promedio de 29 años es que “ya estamos entrados en ese bono demográfico, que de alguna manera contribuye a la toma de decisiones para la necesidad de creación de empleo”.
El titular del INEGI dice que hoy 50% de la población tiene menos de 30 años y 12% más de 60 años, mientras que hace dos décadas 61% de los mexicanos eran menores de 30 y solo 7% mayores de 60.
Asimismo da a conocer qué necesidades en ese sentido registran los diversos estados de la República.
Por ejemplo la entidad con la menor edad promedio es Chiapas, con 24 años, mientras que la entidad con mayor edad es la Ciudad de México, donde la mitad de la población tiene 35 años o más.
El censo mostró que el Estado de México se consolidó como la entidad más poblada con 16.9 millones de habitantes, seguido por la Ciudad de México (9.2 millones), Jalisco (8.3 millones), Veracruz (8.06 millones) y Puebla (6.5 millones).
Tan solo diez zonas metropolitanas acumulan 37% de la población nacional, entre las que destacan el Valle de México con 21.8 millones de personas, Monterrey con 5.34 millones y Guadalajara con 5.26 millones de habitantes.
Un aspecto que resalta el titular del INEGI es el uso de tecnología para el levantamiento de los datos.
Explica que por primera vez el Censo 2020 se realizó con dispositivos de cómputo móviles como medio de captación principal, además de captar información vía internet y telefónica.
“Tuvimos 98% de la captación de la información en dispositivos de cómputo móvil y solamente 2% de los cuestionarios se levantaron en papel, lo que permitió que la información fuera de mejor calidad y, por otro lado, una menor necesidad de captura, lo que ayudó a ahorrar trabajo y tiempo en el proceso de captura”, comenta Santaella.
Temáticas nuevas
En este censo, explica, el INEGI abordó temáticas que no se habían incluido anteriormente, como son las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) de que disponen los mexicanos, el equipamiento para almacenar agua, municipio de residencia hace cinco años, causas de migración, verificación de condición de actividad, afrodescendencia y grado de limitación o discapacidad.
Otro aspecto importante que abordó este censo es la etnicidad: “Uno de los datos más importantes que arroja el censo es la heterogeneidad que hay en el país. No hay un solo México: hay una cantidad enorme de distintos aspectos”.
El número de personas que hablan una lengua indígena, por ejemplo, alcanzó los 7.36 millones, es decir, 6.1% del total de la población y 451 mil personas más que en 2010, aunque entonces la proporción era de 6.6 por ciento.
Asimismo por primera vez en la historia el censo contabilizó a las personas afrodescendientes de acuerdo con su cultura, historia y tradiciones: 2.57 millones de mexicanos se consideran afrodescendientes o afromexicanas y representan 2% de la población total del país; de ellos 7.4% habla alguna lengua indígena.
“El tema de las personas afromexicanas es la primera vez que se incluye. Esto obedece a una demanda social de estos grupos y a ordenamientos legales donde ya hay un reconocimiento a esos grupos de población. Y tenemos que reflejar de alguna manera el nuevo entorno institucional y legal del país”, dice Santaella.
Cabe recordar que luego de alcanzar la población afromexicana el reconocimiento constitucional, contabilizarla tiene como fin que se les tome en cuenta en la composición poblacional del país y se identifiquen las desigualdades socioeconómicas en las que viven.
Otro aspecto a resaltar del Censo 2020 es el de la vivienda, que permite conocer en qué condiciones vivimos los mexicanos.
Julio Santaella señala que hay indicativos que en México el fenómeno del hacinamiento se redujo.
Entre 2010 y 2020 la dinámica poblacional en el país generó un aumento en el número de viviendas habitadas, así como una baja en el promedio de ocupantes por hogar. Esta combinación de resultados habla de una reducción en el nivel de hacinamiento que se registra en México.
De acuerdo con los datos presentados por el instituto entre 2010 y 2020 el número de viviendas habitadas en México registró un crecimiento de 23%. De esta forma la cifra pasó de 28 millones a 35 millones casas habitadas en el país.
Asimismo en el periodo citado el promedio de ocupantes por vivienda registró un descenso, es decir, de los 3.9 habitantes por vivienda que se observaron en 2010, en el actual censo el porcentaje promedio de habitantes por hogar se colocó en 3.6.
“Esto refleja un incremento relativo de las viviendas respecto de la población y algunos indicativos de un menor grado de hacinamiento que pudiera estar ocurriendo en el país”, precisa el titular del INEGI.
Por otro lado, con relación a la calidad de la vivienda existente el censo revela una mejora general en el tipo de materiales que dan forma a los hogares del país.
Así, por ejemplo, el número de viviendas con piso de tierra pasó de 6.2% en 2010, a 3.5% en 2020. Igualmente el número de hogares con pisos de mosaico o algún recubrimiento pasó de 37.3% en 2010 a 43% en 2020.
En cuanto al acceso a servicios básicos el censo da cuenta de que las viviendas que disponen de agua entubada al interior del hogar pasaron de 69.5% en 2010 a 77.6% en 2020. Aunado a lo anterior el número de viviendas con acceso a la red de drenaje público pasó de 72.1 a 78.1% en el año que recién terminó.
Santaella agrega que con los resultados del Censo de Población y Vivienda 2020 el instituto refrenda su compromiso de suministrar a la sociedad y al Estado información de calidad, pertinente, veraz y oportuna, a efecto de coadyuvar al desarrollo nacional.
Invitación
Por todo esto, expresa, se ponen a disposición de toda la población la información del Censo 2020, documentos metodológicos, conceptuales y técnicos para el aprovechamiento de la información del cuestionario básico.
También están disponibles un conjunto de productos de difusión de resultados definitivos del Censo 2020: Presentación de resultados, Panorama sociodemográfico de México, Tabulados predefinidos del cuestionario básico, Tabulados interactivos de los temas de población y vivienda, así como los Principales resultados por localidad, entre otros.
“Hay muchas decisiones que se basan en el censo, como los distritos electorales que construye el INE o la distribución de los recursos federales a los estados y municipios. El censo es de todos y me gustaría invitar a que todo mundo, incluso a nivel de ciudadanos, hagamos uso de esta información, que es muy rica. Siempre he dicho que información que no se usa carece de valor”, concluye Julio Santaella.
Datos destacables
De las 126 millones 14 mil 24 personas que residen en México, 51.2% corresponde a mujeres y 48.8% a hombres.
La edad promedio en nuestro país es de 29 años.
El Estado de México es la entidad federativa más poblada, con casi 17 millones de habitantes, mientras que Colima es la menos poblada con 731 mil.
En 2000 el promedio de hijas e hijos nacidos vivos de las mujeres de doce años y más era de 2.6; en 2010 fue de 2.3, y en 2020 es de 2.1 hijas e hijos nacidos vivos por mujer.
62 de cada 100 personas de doce años y más son económicamente activas.
La tasa de participación económica es de 75.8% en hombres y 49% en mujeres.
La población de tres años y más hablante de alguna lengua indígena asciende a siete millones 364 mil 645 personas (6.1% de la población total).
El 2% de la población total (dos millones 576 mil 213 personas) se autorreconoce como afromexicana o afrodescendiente.
Entre 2010 y 2020 el porcentaje de población que declaró estar afiliada a los servicios de salud aumentó de 64.6 a 73.5 por ciento.
La tasa de analfabetismo se redujo de 9.5% en 2000, a 6.9% en 2010 y a 4.7% en 2020. En sentido inverso el grado promedio de escolaridad presenta una tendencia creciente: 7.5 años en 2000, 8.6 años en 2010 y 9.7 años en 2020.
En 2020 hay 35.2 millones de viviendas particulares habitadas.
El promedio de ocupantes por vivienda mantiene una tendencia decreciente: de 4.4 ocupantes en 2000 pasó a 3.9 en 2010 y a 3.6 en 2020.
Entre 2000 y 2020 las viviendas con disponibilidad de agua entubada pasaron de 84.4 a 96.3 por ciento.
Entre 2010 y 2020 la disponibilidad de teléfonos celulares en las viviendas creció de 65.1 a 87.5%, internet de 21.3 a 52.1%, las computadoras o laptops de 29.4 a 37.6% y las líneas telefónicas fijas descendieron de 43.2 a 37.5 por ciento.
Fuente: Censo 2020 del INEGI