Luego del prolongado encierro de un año cientos de millones de estudiantes a escala mundial se preparan para regresar a las escuelas y retomar sus clases en las aulas para iniciar el camino que revierta el daño sufrido en su aprendizaje, así como en su salud física y emocional, debido al cierre de los planteles educativos por el Covid-19.
Hoy la aprobación de vacunas contra el SARS-CoV-2, el conocimiento acerca de su comportamiento y forma de transmisión, las medidas sanitarias para combatirlo —como el distanciamiento social, uso de mascarillas y desinfectantes—, sumado a las evidencias de que los niños no son factores determinantes en la transmisión de la enfermedad permiten que a nivel internacional se inicie desde hace varios meses la apertura de escuelas y otros países preparen el regreso a la enseñanza presencial.
Los planes del regreso de alumnos a las aulas después de que el mundo sufrió la peor crisis para la educación y el aprendizaje en por lo menos un siglo enfrentará a enormes retos a las autoridades educativas para el retorno a los salones de clase: deberán tener listas escuelas limpias y desinfectadas, contar con un servicio óptimo de agua potable, disponer la ventilación de salones, observar el distanciamiento recomendado entre pupitres y establecer protocolos de higiene como uso de mascarillas y toma de temperatura.
En la decisión de abrir las escuelas ya existen experiencias previas en Europa y Asia, donde a pesar de que se dieron una segunda y hasta una tercera ola de contagios los planteles permanecen abiertos, por ejemplo en Francia, Reino Unido y España, mientras que en Estados Unidos —donde ya se superaron los 100 millones de vacunas aplicadas— se prepara el regreso a clases a nivel nacional, aunque algunos estados ya prestan servicios educativos.
Salud mental
En el caso de México desde principios de marzo 350 escuelas privadas abrieron sus aulas para dar asesorías y se mantiene un esquema de clases a distancia de manera opcional. En Jalisco, Coahuila y Campeche algunos planteles privados ya dan asesorías escolares de manera presencial.
Por lo que hace a las escuelas públicas la Secretaría de Educación Pública (SEP) reitera que estas abrirán cuando el semáforo epidemiológico se encuentre en verde. Por ello en Campeche ya se realizan los preparativos para la apertura: sería la primera entidad en retomar clases en una modalidad mixta, de forma voluntaria y con protocolos de sanidad para un regreso seguro a la aulas.
La secretaria de Educación, Delfina Gómez Álvarez, insiste en el compromiso del gobierno federal para mejorar las condiciones en las escuelas de Campeche para que niños, adolescentes y jóvenes regresen a clases. La entidad está en semáforo verde desde septiembre pasado y ya se vacunó a 24 mil profesores de escuelas públicas y privadas.
A un año del histórico cierre de escuelas en el país la propia titular de la SEP reconoce que el regreso a las clases presenciales ya es un tema de “salud mental” y, por tanto, necesario.
“Ya queremos arrancar. Creo que es importante para todos. Es una cuestión de salud mental, una cuestión incluso social, por qué no decirlo, y también educativa. Ya es necesario (el regreso)”, aseveró.
Durante la segunda gira de trabajo que realizó en Campeche en menos de 15 días, Delfina Gómez supervisó el funcionamiento del plan piloto puesto en marcha para el regreso mixto y escalonado que se aplicará con el objetivo de que las clases en las escuelas públicas se reactiven a partir del mes de abril.
Insistió en que no hay fecha para la reapertura de escuelas y confió en que donde la situación epidemiológica lo permita se pueda dar el regreso a clases después de las vacaciones de Semana Santa, para que el retorno a las aulas sea en condiciones seguras para maestros y alumnos.
De acuerdo con el Semáforo de Riesgo Epidemiológico del 15 al 28 de marzo Campeche, Sonora y Chiapas se encuentran en verde, 21 entidades están en amarillo y ocho en naranja.
Deserción escolar
Los daños al aprendizaje, la salud física y emocional, así como el abandono de estudios a consecuencia del Covid-19, que pedagogos, investigadores, representantes de organizaciones de padres de familia y de escuelas privadas insisten en argumentar, ya se reflejan con datos reales que muestran la gravedad del problema.
En este sentido el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer los resultados de la Encuesta para la medición del impacto Covid-19 en la educación (Ecovid-ED) 2020, el cual revela que por motivos asociados al coronavirus o por falta de dinero o recursos no se inscribieron 5.2 millones de estudiantes de tres a 29 años en el ciclo escolar 2020-2021, lo que representa 9.6% del total de los 33.6 millones de alumnos que acudieron a la escuela en el ciclo anterior (2019-2020).
De esos 5.2 millones que no continuaron en la escuela por motivo de la pandemia, 2.3 millones desertaron por motivos asociados directamente al Covid-19 y 2.9 millones por falta de dinero o recursos, indica la encuesta.
Sobre los motivos asociados al coronavirus para no inscribirse en el actual ciclo escolar 26.6% de los estudiantes respondió que las clases a distancia son poco funcionales para el aprendizaje, 25.3% manifestó que alguno de sus padres o tutores se quedaron sin trabajo y 21.9% carecía de computadora u otros dispositivo o conexión de internet.
Un dato que sobresale en el trabajo del INEGI es que más de la mitad de los alumnos tiene mucha disponibilidad para asistir a clases presenciales una vez que el gobierno lo permita.
Asimismo de los 1.8 millones de alumnos que sí estuvieron inscritos en el ciclo escolar 2019-2020, pero no continuaron o desertaron del sistema educativo en el ciclo 2020-2021 debido al Covid-19 o por la falta de recursos económicos, un millón 500 mil eran de escuelas públicas y 243 mil de privadas.
Se agotó el modelo
El presidente ejecutivo de la organización Mexicanos Primero, David Calderón, afirma que los resultados de la encuesta muestran que el abandono de estudios se concentra en preescolar, primaria y secundaria, lo que atribuye a la falta de adecuación de medidas gubernamentales, como becas y educación por televisión como soluciones ante la pandemia.
“Estamos conscientes de que no hay soluciones únicas ni definitivas pero es claro que el modelo se agotó y urge volver a las opciones presenciales”, resalta.
Comenta que el hecho de que 94% de los alumnos responda que está dispuesto a regresar a los salones de clases apenas haya condiciones para ello, ya sea que la hayan dejado en el ciclo escolar pasado o en el actual, habla del interés que tienen de regresar a la actividad directa en el aula.
Hace ver que el dispositivo fundamental que usan los estudiantes para tener algún tipo de contacto con sus profesores ha sido la telefonía celular, lo que muestra que la familia y los alumnos prefieren más lo personalizado, el contacto con el maestro, así sea por una vía tan incompleta como la telefonía.
Calderón añade que los resultados muestran que el programa Aprende en casa se quedó corto, se quedó rígido y se “esclerotizó” porque fue una solución que desde el principio tuvo que haberse articulado con lo presencial.
Por último reitera que se está a tiempo para que las autoridades educativas se preparen y realicen aperturas escalonadas en todo el país después de la semana de Pascua ya que de lo contrario no se estará en condiciones para que los estudiantes regresen a los salones y tengan clases presenciales en el mes de agosto, cuando inicie el próximo ciclo escolar.
Medidas para recuperar aprendizajes
Evaluar las pérdidas de aprendizaje y monitorear los avances cuando los niños regresen a la escuela.
Dar clases de nivelación y apoyo socioemocional a los estudiantes para ayudarlos a ponerse al día y garantizar la retención escolar.
Reestructurar el calendario académico para hacer ajustes por los días escolares perdidos debido a la pandemia.
Adaptar el plan de estudios para priorizar el aprendizaje fundamental (incluido el aprendizaje socioemocional) teniendo en cuenta el tiempo perdido.
Preparar y apoyar a los maestros para manejar el agotamiento profesional, mejorar las habilidades digitales, identificar a los estudiantes que necesitan apoyo y adaptar la instrucción para estos alumnos.
Fomentar la reinscripción y poner atención especial en las poblaciones en riesgo de deserción escolar.
Minimizar la transmisión de enfermedades en las escuelas, apoyando las campañas de vacunación y cumpliendo las directrices epidemiológicas de saneamiento e higiene para prevenir brotes, activando la educación a distancia.
Apoyar el aprendizaje en el hogar mediante la distribución de libros, dispositivos digitales cuando sea posible y paquetes de recursos para el aprendizaje a distancia.
Fuente: Banco Mundial