Culiacán, Sinaloa, 30 de junio. Cuatro cuerpos decapitados fueron encontrados colgados de un puente en Culiacán, capital del estado de Sinaloa, como parte de un repunte en la violencia entre cárteles que cobró la vida de casi 20 personas en menos de 24 horas, informaron las autoridades.
Una sangrienta guerra entre dos facciones del Cartel de Sinaloa por el control del estado ha convertido a la ciudad de Culiacán en el epicentro de la violencia desde que estalló el conflicto el año pasado entre los dos grupos: Los Chapitos y La Mayiza.
Cuerpos sin vida aparecen a diario en distintos puntos de la capital del estado, las casas están repletas de disparos, los negocios cierran y las escuelas cancelan regularmente las clases durante las jornadas de violencia, en la que jóvenes con el rostro cubierto y a bordo de motocicletas vigilan las principales avenidas de la ciudad.
Elementos de la fiscalía del estado informaron que se encontraron cuatro cuerpos colgados del puente de una autopista que sale de la ciudad, mientras que sus cabezas estaban dentro de una bolsa de plástico cercana.
En la misma carretera, las autoridades dijeron que el lunes se encontraron los restos de 16 hombres acribillados y hacinados dentro de una camioneta de color blanco. Uno de los cuerpos estaba decapitado. Las autoridades dijeron que junto a los cuerpos se dejó una nota, aparentemente de una de las facciones, aunque de momento no se reveló el contenido de la nota.
Feliciano Castro, portavoz del gobierno de Sinaloa, condenó los actos de violencia y señaló que las autoridades necesitaban examinar su estrategia para enfrentar al crimen organizado con la “magnitud” de la violencia observada.
“En conjunto, las fuerzas militares y policiales están trabajando para restablecer la paz total en Sinaloa”, dijo Castro.
Sin embargo, la mayor parte de la población del estado asegura que las autoridades han perdido el control de los niveles de violencia.
La sangrienta lucha por el poder que ha paralizado a la ciudad desde septiembre se desencadenó con el secuestro del líder de uno de los grupos por parte de uno de los hijos del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien posteriormente lo entregó a las autoridades de Estados Unidos en un avión privado.
Desde entonces, la intensa lucha entre las facciones se ha convertido en la nueva normalidad para la población civil de Culiacán, una ciudad que durante años evitó lo peor de la violencia en México en gran parte porque el Cártel de Sinaloa mantenía control absoluto de la zona.