Erróneos los argumentos que buscan evitar la aprobación de los impuestos saludables en 2026

Demuestran que aumentar los impuestos a productos nocivos a la salud pública reducen su consumo entre la población

Refrescos
Crédito: Archivo FIA
Nacional
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CDMX. 8 de octubre de 2025. Con la certeza científica de que el alcohol, tabaco y las bebidas azucaradas provocan mortalidad prematura, discapacidad y pérdida de productividad, entre otras afectaciones, expertos mexicanos en economía y salud pública impugnaron a quienes defienden a la industria de esos productos nocivos para evitar que se les aplique un gravamen fortalecido en el Paquete Económico 2026.

En un pronunciamiento, Juan Rivera Dommarco, investigador emérito del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), y los investigadores del mismo instituto Juan Carlos Salgado y Mishel Unar, así como Luis Huesca, investigador del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD); Alejandra Macías, directora del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), y el economista de la salud, Carlos Guerrero, de Economics for Health-Johns Hopkins University, expresaron su respaldo a los impuestos saludables.

Los especialistas negaron que esos impuestos solo sirvan para fortalecer las arcas gubernamentales porque su principal objetivo es reducir el consumo, y negaron que aumentar el IEPS genere o aumente el comercio ilícito. “Toda la evidencia independiente mundial indica que la magnitud de los impuestos saludables no se asocia al grado de penetración del comercio ilícito”, apuntaron.

También dejaron claro que los impuestos saludables son de una naturaleza diferente al IVA o al ISR porque su principal objetivo es desincentivar el consumo de productos nocivos. Son, señalaron, la medida más costo-efectiva para reducir la carga de la enfermedad causada por enfermedades no transmisibles (ENT), y son medidas recomendadas por la OMS en el marco del plan de acción para la prevención y control de las ENT.

Con base en rigurosas investigaciones en México y otros países, los expertos indicaron que existe una amplia evidencia mundial que muestra que las personas consumidoras reaccionan ante aumentos en el precio de tabaco, bebidas alcohólicas y azucaradas disminuyendo su consumo.

Citaron como ejemplo que si el precio de la cerveza o las bebidas azucaradas aumentaran 10 %, su demanda caería alrededor de 12 % y 10 %, respectivamente. En el caso del tabaco, señalaron que un aumento en el precio de 10 % se asociaría con una reducción de alrededor de 7 % en el consumo, con efectos sustanciales y positivos en la salud pública.

Agregaron que, además, esos productos provocan una enorme carga económica que asciende a casi 2.1 % del PIB en el caso del alcohol, poco menos de 1 % en el caso del tabaco y casi 2 % del PIB causada por el sobrepeso, obesidad y enfermedades relacionadas, cuya causa principal son las bebidas azucaradas y alimentos ultra procesados.

Y tan solo en el caso de las bebidas azucaradas, se le atribuye 30 % de los nuevos casos de diabetes en México con un costo de tratamiento que representa 10 % del gasto público en salud.

“Esa carga económica es muy regresiva, puesto que son las personas de menores ingresos las que la enfrentan principalmente, muchas veces con gastos de bolsillo para atención en salud, desplazamiento del gasto en otros bienes esenciales y pérdida de productividad por mortalidad prematura y discapacidad causada por estos productos nocivos”, puntualizaron.

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