El sistema bancario mexicano es peculiar, pues se caracteriza por bajos niveles de otorgamiento de crédito y de inclusión financiera y, al mismo tiempo, por enormes rendimientos, señalaron expertos durante el Foro Nacional Finanzas + Incluyentes, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México.
En el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, el exsubgobernador del Banco de México y profesor de la Facultad de Economía, Gerardo Esquivel, afirmó que el sistema financiero y bancario debería ser un instrumento clave para el progreso del país; sin embargo, en este momento no lo es.
Un sistema bancario sano va más allá de que la gente tenga una cuenta en donde le depositan su quincena, la cual retira al día siguiente; “eso no contribuye al desarrollo financiero”. Más bien implica que las personas posean un instrumento en el que pueden ahorrar y eventualmente les permitirá tener acceso a un préstamo, a fin de invertir en un negocio, auto, etcétera; es decir, donde se promueve el crecimiento de la economía.
En tanto, el coordinador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo, Enrique Provencio Durazo, coincidió en que la banca y los servicios financieros no deben ser vistos como un objetivo en sí, sino como un mecanismo para propiciar el progreso productivo y el acceso al consumo.