CDMX, 13 de octubre de 2025. En México, las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de muerte, más de 13 mil muertes al año son causadas por los AGT-PI (ácidos grasos trans de producción industrial), las cuales podrían prevenirse con la correcta y estricta aplicación de políticas pública, por ello, la adición del artículo 216 Bis a la Ley General de Salud de México en 2023 representa un avance crucial en la protección de la salud de su población.
Durante el taller “Grasas trans, avances y desafíos para su eliminación en México” organizado por Salud Justa Mx se habló de la necesidad de legislar en materias de grasas trans. Al respecto, Erick Antonio Ochoa, director de Salud Justa Mx dijo: “En México, de manera alarmante, se estima que alrededor de 5,972 muertes al año están directamente relacionadas con el consumo de ácidos grasos trans de producción industrial (AGT-PI). Como organizaciones comprometidas con la salud pública, hacemos un llamado urgente al Congreso para que fortalezca —y no debilite— el artículo 216 Bis de la Ley General de Salud. Resulta imperativo mantener y reforzar el marco regulatorio vigente, alineado con las mejores prácticas internacionales. La salud de millones de personas está en juego”.
En tanto, el diputado Joaquín Zebadúa, resaltó que “lograr la adición del artículo 216 Bis a la Ley General de Salud fue un paso histórico que salva miles de vidas al año en México, al eliminar las grasas trans industriales de los alimentos. Sin embargo, hoy enfrentamos el reto de su implementación efectiva y la situación de una reforma que pretende modificar esta disposición. No podemos permitir retrocesos en una medida avalada por la OMS y la OPS, que ya se aplica en países como Brasil, Chile, Perú o Canadá, incluso por las mismas empresas que operan en México.
“Esperamos que, con el apoyo de la presidenta, su gabinete y la mayoría parlamentaria de Morena en el Congreso mantengamos la actual legislación, sin retrocesos. Por lo demás, hacemos un llamado a que el Ejecutivo emita el reglamento pendiente, para garantizar la supervisión y el cumplimiento de esta norma, y a que la salud de las y los mexicanos esté siempre por encima de los intereses comerciales”, destacó.
De igual forma, la doctora Claudia Ivonne Ramírez Silva, investigadora en ciencias Médicas en el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), enfatizó que “la investigación ha generado evidencia a través de estudios epidemiológicos, clínicos y de composición de alimentos, demostrando que las grasas trans de origen industrial incrementan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y mortalidad prematura. Esta evidencia ha permitido que organismos internacionales de salud, agencias y ministerios nacionales de salud establezcan recomendaciones y límites, promoviendo la reformulación de productos, el etiquetado frontal y la vigilancia alimentaria”.
Para finalizar, Jorge Vargas Meza, investigador en Salud Alimentaria en el Poder del Consumidor, señaló que “las grasas trans industriales no tienen ningún beneficio para la salud y su consumo, incluso en pequeñas cantidades, aumenta significativamente el riesgo de infarto, accidente cerebrovascular y muerte prematura. Cualquier modificación a su regulación pondría en riesgo los avances alcanzados en salud pública en México”.