Ciudad de México, 13 de agosto de 2025.- Un total de 2,375 tortugas hicoteas (Trachemys venusta) fueron liberadas en dos municipios de Chiapas, luego de haber sido aseguradas en operativos contra el tráfico ilegal de vida silvestre. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) estuvo a cargo de la liberación, que se realizó tras confirmar que los ejemplares se encontraban en buen estado de salud.
La mayoría de las tortugas —1,517— fueron soltadas en el municipio de Catazajá, mientras que otras 858 fueron llevadas al arroyo El Javillo, dentro de la Reserva Ecológica La Finca San Ana, en el municipio de Pichucalco. Ambos sitios fueron seleccionados por reunir las condiciones necesarias para recibir a estos ejemplares sin comprometer el equilibrio del ecosistema local.
Los ejemplares habían sido decomisadas semanas atrás por la Fiscalía General de la República, en acciones orientadas a combatir el tráfico ilegal de especies, una práctica que continúa siendo uno de los principales delitos ambientales en México. La venta y traslado de animales silvestres, sin los permisos correspondientes, no solo pone en riesgo la vida de las especies, sino que también genera impactos negativos en los ecosistemas de los que forman parte.
La hicotea, una tortuga semiacuática nativa del sureste mexicano, suele ser víctima de este tipo de comercio ilegal por su demanda como mascota o con fines alimenticios, especialmente en comunidades donde su consumo aún se mantiene por costumbre. Aunque no se encuentra en peligro de extinción, su captura y comercialización sin control representa una amenaza para las poblaciones silvestres.
De acuerdo con la Profepa, el proceso de liberación se realizó siguiendo criterios técnicos y sanitarios para evitar la sobrepoblación y garantizar una reintegración segura. La dependencia señaló que este tipo de acciones buscan no solo devolver a las especies a su hábitat, sino también generar conciencia sobre la importancia de respetar y proteger la fauna silvestre.
México es uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo, pero también enfrenta serios desafíos relacionados con su conservación. El tráfico de flora y fauna silvestres es un delito que, además de afectar directamente a las especies, socava los esfuerzos de conservación y desarrollo sustentable en muchas regiones del país.