La presencia de estos lepidópteros en los bosques mexicanos alcanzó en la temporada 2023-2024 su segundo nivel más bajo en los registros históricos.
Cada año las mariposas Monarca emprenden una fantástica migración que inicia en otoño en Canadá y noreste de los Estados Unidos para llegar a la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca en pleno centro del país. La superficie que el lepidóptero ocupó esta temporada de invierno en México fue de 0.9 hectáreas, lo que significa una estrepitosa caída de 59.3% respecto de su ocupación en 2023, dio a conocer Gloria Tavera Alonso, directora general de Conservación de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
Las cifras registradas en este monitoreo (2023-2024) representan históricamente la segunda menor superficie ocupada por las colonias de mariposas Monarca en México desde 1993, cuando se inició su monitoreo sistemático, solo precedido por las 0.67 ha detectadas en 2013-2014. Hasta ahora el mayor registro fue en la temporada 1996-1997, con 18.19 hectáreas.
“Exactamente hace 10 años cuando fue la declinación de 2014 se presentaron las mismas causas: sequía extrema y falta de lluvias, ahora una década después estamos ante una situación similar; en los últimos 10 años hemos tenido una constante, es decir, se estima que la parte media de las ocupaciones de la especie es de 2.7 hectáreas, es decir, más o menos se ha mantenido constante en este tiempo; pero así sucede también en la naturaleza, las poblaciones no son permanentes ni constantes, las condiciones a las que se enfrenta a lo largo de los cuatro mil kilómetros de su viaje son muy complejas”, indicó.
Tavera Alonso especificó que durante la segunda mitad de diciembre de 2023 se registraron nueve colonias de mariposas, cuatro en Michoacán y cinco en el Estado de México, las cuales ocuparon un total de 0.9 hectáreas (ha) de bosque, lo que representa una disminución de 59.3% con respecto a la superficie de 2.21 ha de la temporada 2022-2023, de acuerdo con el reporte anual realizado por la Conanp y la Alianza WWF México.
Otros territorios
Estudios a lo largo de su ruta migratoria indican que las variaciones climáticas en sus zonas de reproducción en Canadá y Estados Unidos favorecieron temperaturas elevadas y sequía, lo cual provocó una menor disponibilidad de algodoncillos o asclepias, las plantas donde las mariposas depositan sus huevos y de las que se alimentan sus larvas. Otras amenazas para las Monarca son el cambio en el uso del suelo en Norteamérica, incluyendo la degradación de los bosques en México.
“La reducción de la superficie ocupada por las Monarca durante esta hibernación nos debe alertar acerca de que la ubicación de las colonias en México está variando ya que este año las colonias más grandes se presentaron en el Área de Protección de Flora y Fauna Nevado de Toluca. Ello nos indica que no debemos bajar la guardia en la conservación de los bosques dentro de la Reserva, pero también que es necesario intensificar las medidas de conservación, manejo sustentable y restauración en otras áreas naturales protegidas de la región para mantener la migración e hibernación de estas mariposas”, señaló Jorge Rickards, director general de WWF México durante la presentación del informe.
En este sentido, Gloria Tavera agregó que las acciones locales son sumamente importantes. “Hay sitios que hemos identificado a través de la ruta migratoria, como es el sur de Estados Unidos y el norte de México en los que tenemos que hacer una alianza fuerte para poder asegurar el hábitat reproductivo porque ahí es donde inician las generaciones fuertes en la migración de primavera, si no se reproducen en estos sitios no vamos a tener las siguientes tres generaciones que dan origen a la generación Matusalén (que es la que desciende en la ruta), ese es el gran desafío”, dijo.
Puntualizó que se trata de Texas y la parte norte de México, específicamente los estados de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas. “En esa parte fronteriza tenemos que hacer esfuerzos contundentes para recuperar el néctar, evitar la degradación y el cambio del uso del suelo en estas regiones”, aclaró.
Otras amenazas
Las mariposas Monarca migran desde el sur de Canadá, así como del norte y centro de Estados Unidos hasta los bosques de Michoacán y el Estado de México. Algunas de ellas recorren más de cuatro mil kilómetros por lo que requieren de una importante masa forestal para hibernar.
“Las previsiones que se han hecho a través del tiempo es que la temperatura va a ir subiendo, como consecuencia los bosques de oyamel se van a ir desplazando. El Valle de Toluca que es mucho más alto y frío, es el lugar donde recientemente las colonias se han estado concentrando fuertemente en busca de un mejor resguardo”, explicó Tavera.
La salud de los bosques que albergan a esta especie hace posible la infiltración de agua al Sistema Cutzamala para más de seis millones de personas en la Ciudad de México y su zona metropolitana, además de que estos ecosistemas forestales destacan en biodiversidad por ser el hogar de 132 especies de aves, 56 de mamíferos, 432 de plantas vasculares y 211 de hongos.
“Estamos trabajando en una estrategia integral junto con los tres órdenes de gobierno, la sociedad civil y la Iniciativa Privada para apoyar a las comunidades locales a conservar los bosques y el fenómeno de hibernación de la Monarca. De igual forma, nos coordinaremos con todos estos actores en la ruta migratoria mexicana para establecer una estrategia nacional para la conservación de la Monarca en nuestro país y a nivel continental”, agregó en su oportunidad Humberto Adán Peña Fuentes, titular de la Conanp.
Para la generación de otoño los desafíos, explicó Tavera Alonso, tienen que ver con la exposición de néctar, los últimos años ha habido incendios forestales a través de la ruta, todo ello provoca menos disposición de todos estos sitios de alimentación y de reproducción.
“Este año con el fenómeno de El Niño probablemente vamos a ver sus efectos en la temporada 2024-2025, hay muchos temas que están asociados, de nuevo se va a volver a presentar la sequía y la falta de lluvia”, señaló.
Agregó que el cambio climático es una realidad y tenemos que aprender a adaptarnos. “Las Monarcas son una especie muy resiliente: han sobrevivido a través del tiempo y han aguantado los cambios climáticos, sin embargo, las decisiones que sí dependen del hombre como son el uso de agroquímicos y el cambio en el uso del suelo son determinantes para que continúe su existencia”, finalizó.