El prestigioso World University Rankings for Innovation (WURI) 2025 la distingue por su impacto en la sociedad, su capacidad de innovación y la manera en que responde a los desafíos del mundo.
No hace tanto tiempo, apenas el 4 de septiembre de 2023, durante la inauguración de la Universidad de la Libertad (UL), Ricardo Salinas Pliego, presidente y fundador de Grupo Salinas, contó el motivo que animó el ambicioso proyecto: “Esta universidad viene a revolucionar el mundo de la educación superior en el país”, afirmó.
Y hoy, faltando pocos meses para que se cumplan los primeros dos años desde su fundación la UL demuestra que no se necesitan muchos siglos de tradición para obtener grandes resultados: en la reciente edición del World University Rankings for Innovation (WURI) es reconocida como la escuela de educación superior más innovadora de México, superando al Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Además, se posiciona en el tercer puesto en América Latina, solo detrás de Centrum PUCP Escuela para los Buenos Negocios de Perú y la Universidad Externado de Colombia.
Por si eso no fuera suficiente para avalar la excelencia académica de la UL, en el ranking internacional más importante en materia de innovación educativa e impacto social alcanza el peldaño 278 de un total de mil 500 universidades, quedando por encima de instituciones de gran renombre como Babson College, Cornell University, London Imperial College, la Universidad de California en San Diego, University of Melbourne, ESDES School of Business de Lyon, Grenoble Ecole de Management y la Queen Mary University of London.
Asimismo, la UL obtuvo menciones distinguidas en tres categorías clave: el lugar doce en “Ethics and Integrity” por consolidar un modelo educativo centrado en valores y liderazgo responsable reflejado en su Código de Ética; el puesto 17 en “Crisis Management” por su capacidad de adaptación y gestión efectiva en contextos de incertidumbre reflejado en su Protocolo de Atención; y el número 25 en “Empowerment-Based Management” a causa de su diseño institucional, que otorga protagonismo a los estudiantes como agentes de cambio.
El WURI no se centra solamente en la aclamada excelencia académica tradicional, sino que valora también la educación que apuesta por un futuro mejor, en un panorama cada vez más complejo, dinámico y competitivo.
Este sistema de clasificación califica a las mejores universidades del mundo por sus contribuciones reales a las industrias, así como por su impacto social, ético y capacidad de innovación en respuesta a los desafíos actuales.
Disrupción
La UL no es una institución tradicional: representa una nueva manera de entender la educación y desde su surgimiento en 2023 le ha hecho frente a la profunda crisis de liderazgo, gobernanza y valores que enfrenta el país.
Se trata de un espacio donde el talento, las ideas y el carácter de cientos de jóvenes decididos a transformar su entorno encuentran una comunidad.
Para su fundador, Ricardo Salinas Pliego, “la UL es el núcleo donde los inconformes se encuentran y las cosas sí suceden. Aquí los límites se desafían, los sueños se materializan y las ideas se convierten en acción”.
Ya durante la inauguración del recinto educativo hace un par de años Salinas Pliego recordó que, en su época, a él y a varios de su generación les tocó una educación “muy rara”, en la que lejos de sentirse motivados para aprender se sentían, al igual que muchos jóvenes contemporáneos, “en una cárcel”.
Por ello la UL se planeó como la nueva y mejor opción, como un espacio educativo que “motiva a los jóvenes a continuar estudiando durante el resto de su vida”.
De hecho, el empresario explicó que decidió crear la UL porque “el sistema tradicional de educación actual no funciona para los jóvenes: es un sistema obsoleto y deficiente que no genera los resultados necesarios para nuestra sociedad contemporánea”.
Esto porque los buenos resultados “no solo dependen de las buenas calificaciones: la inteligencia es diversa y dinámica, y los jóvenes deben tener claro que un título no es garantía de nada, menos todavía del éxito”.
“La escuela de educación superior más innovadora de México”.

Para alcanzarlo se requiere más. “Habilidades de comunicación, de síntesis, capacidad de mando, cosas que difícilmente se aprenden en las escuelas tradicionales”.
En la UL, señaló, “preparamos ciudadanos que sepan pensar y actuar. Y lo estamos logrando porque tenemos la convicción inquebrantable de que hacemos lo correcto”.
La educación, cerró, “es mucho más que una serie de credenciales: es un esfuerzo permanente, un compromiso de vida”.
De modo que esta universidad mexicana está comprometida con formar a las juventudes a través de la libertad, para que el día de mañana sean ellos los futuros líderes, aquellos que estarán al frente de grandes corporaciones y proyectos y resolviendo los conflictos del mundo real.
Su propuesta académica ofrece la Licenciatura en Innovación y Negocios y se orienta a formar líderes capaces de identificar oportunidades, desarrollar soluciones y generar impacto en entornos dinámicos.
Su oferta se complementa con la Especialidad en Inteligencia Artificial (IA) y Ciencia de Datos para Emprendedores y un Diplomado en Cabildeo, así como diversos programas de educación continua, siempre alineados con las tendencias del mercado y las necesidades de formación del siglo XXI.
“La UL no es una institución tradicional”.
Orgullo
En entrevista para Vértigo el rector Jorge Díaz Cuervo afirma que para la UL es “un orgullo” que a tan solo dos años de haber iniciado operaciones el WURI —“el más prestigioso del mundo”— la considere “la universidad más innovadora de educación superior en México y la número tres a nivel América Latina”.

El logro, agrega, es posible porque desde el inicio se centraron en “crear un modelo de educación acorde con el siglo XXI” y que respondiera a los desafíos que “el mundo de los negocios exige”.
Para él estar frente a una institución de gran calado como la UL implica “una tremenda responsabilidad”, pues lo que está en juego es la formación de futuros líderes empresariales.
“No hay trabajo más estimulante que forjar el futuro de México. Entonces, es un gran honor poder seguir con esa línea de trabajo que comencé desde años atrás, cuando hacía más o menos lo mismo que ahora —detectar e impulsar liderazgos juveniles— en el programa Kybernus”, puntualiza.
A la vanguardia
—¿Qué es lo que hace a su programa educativo el más innovador del país?
—Nuestro modelo, a diferencia de otros, es hiperpersonalizado, multidisciplinario y profundamente conectado con los desafíos del mundo contemporáneo. En la UL los alumnos forjan su propia ruta. Confiamos en ellos, en que son capaces, y como creemos que cada persona es diferente —un individuo único—, estamos en contra de que todos reciban el mismo trato, la misma información, los mismos profesores.
Aquí los grupos son pequeños, de 14 o 15 estudiantes máximo, y el programa educativo no es algo rígido o excesivamente normativo, como en los modelos más tradicionales. Cada uno encuentra su propia vocación e intereses mientras va reconociendo y fortaleciendo sus habilidades. Eso ayuda mucho a fomentar su creatividad y su pensamiento crítico.
Por ello, indica, “en esta universidad no se sientan a escuchar monólogos, a tomar notas y a memorizar datos —que olvidarán al día siguiente— para pasar un examen. Ese es el gran problema de la educación superior en México: jóvenes del siglo XXI con profesores del siglo XX en universidades del siglo XIX”.
Díaz Cuervo señala que “para nosotros es un error tener durante cuatro años a los estudiantes dentro de los muros de una escuela. Queremos que estén yendo y viniendo; de la universidad al mundo real, contrastando lo que vieron en la teoría con lo que sucede en la práctica. Algo fundamental en el mundo de los negocios, donde la práctica y la experiencia son muy importantes, pues no se trata de teorías, sino de acciones”.
Por eso, “tenemos el Programa de Experiencias en Entornos Laborales, donde los estudiantes, desde sus primeros trimestres, trabajan hombro con hombro con profesionales de distintas áreas, en empresas del mundo real, permitiéndoles desarrollar proyectos, aplicar sus conocimientos y construir una red de contactos sólida”.
Además, “la educación que ofrecemos es intencional. Nada de lo que sucede en nuestras sesiones carece de metas en cuanto a competencias y habilidades que se van a trabajar. Lo que se fortalece con nuestro modelo digital, pues algo que nos interesó retomar fue lo mejor del mundo físico, del mundo presencial —el propio campus está diseñado para este tipo de aprendizaje— y complementarlo con la más alta tecnología”.
Así, 25% del programa de la UL “está dedicado al desarrollo de habilidades durables o duraderas, como pensamiento crítico, pensamiento profundo, pensamiento algorítmico, de negociación. Esas habilidades sirven más allá de un salón de clases: funcionan para la vida”.
Formación
—¿Cómo nace este modelo educativo?
—La Universidad de la Libertad nace gracias a la visión de Ricardo Salinas Pliego para construir una mejor sociedad. Está pensada para ser un espacio donde las personas inconformes encuentren herramientas para hacer las cosas de manera distinta. El propósito es claro: formar a los líderes que transformarán a México a través de la innovación, el emprendimiento y la defensa de la libertad. Es una apuesta por el pensamiento crítico —condición necesaria para la innovación—, por la competencia y por la generación de prosperidad para todas las personas.

El rector destaca que no es común en México que empresarios de la talla de Ricardo Salinas inviertan tanto dinero y esfuerzo en la educación superior. Esto no sucedía desde hace décadas, tal vez desde el caso del ITAM o del Tecnológico de Monterrey.
De esta manera, puntualiza, “hay que reconocer la visión, la vocación y el compromiso del empresario, porque está apostando por la educación de las generaciones futuras y a que en México surjan más empresas y más empresarios —¡mejores empresas y mejores empresarios!—, que es lo que necesita el país para generar más riqueza”.
—¿Dónde posicionar a la UL en el panorama de la educación superior en México?
—Para otras instituciones que llevan siglos, algunas décadas, sé —por pláticas con otros colegas rectores— que es difícil modernizar y transformar el modelo educativo, pues batallan mucho con inercias, con tradiciones e intereses. Lo intentan, pero es muy difícil, insisto, transformar instituciones que ya están tan amarradas, presas de esas inercias y de esos sistemas de otras épocas, que datan de décadas y siglos atrás”.
En este sentido, “nosotros tenemos ventaja, porque ya estamos pensando en el siglo XXI hacia adelante, mientras que muchas de esas instituciones están viendo hacia atrás. Por eso creo que les cuesta tanto trabajo”.
Ahora bien, “nosotros no competimos ni nos comparamos con instituciones de educación superior pública, pero sí contra el Tecnológico de Monterrey, contra la Ibero, contra la Anáhuac, contra la Universidad Panamericana, contra el ITAM, contra la Universidad de las Américas de Puebla; universidades privadas de grandísima calidad y nivel. Por lo que nos da mucho gusto que en este ranking de tanto prestigio, en el que participaron más de mil 500 universidades de todo el mundo, se reconozca a la UL como la más innovadora en México y la número tres en América Latina”.
Mirando hacia adelante
—¿Qué clase de estudiantes forma la UL?
—Formamos individuos dueños de su presente y de su futuro; gente a la que lo peor que le puede pasar es permitir que alguien le imponga lo que debe o no hacer. El perfil del estudiante de la UL es aquel inconforme con su entorno, que convencido de que las cosas pueden hacerse mejor construye un mejor lugar: está dispuesto a pasar de la inconformidad a la acción y a ejercer su libertad con responsabilidad.
Para la UL “el fortalecimiento de las capacidades individuales de los estudiantes está al centro de la formación educativa. Por lo que nuestro objetivo es crear personas que sean exitosas, que generen prosperidad para ellas, para sus familias, para el entorno y para el país. Gente que produzca, que se sienta muy reconocida y orgullosa del producto de su trabajo; no personas que estén simplemente esperando la dádiva o que alguien más les resuelva la vida, sino mexicanos dueños de su futuro, libres y responsables”.
—¿Cuál es el siguiente paso?
—Es algo difícil de responder, pues vamos iniciando —¡llevamos apenas dos años!— y ya arrancamos con un reconocimiento importante, pero todavía queda mucho por hacer. Nuestra meta para 2026 es continuar siendo la universidad número uno en México, alcanzar el primer podio en América Latina y entrar al ranking 10 de las instituciones educativas más innovadoras a nivel global.
Además, “estamos por lanzar una segunda licenciatura, que estará enfocada en temas de comunicación, de construcción de marcas, en temas de Inteligencia Artificial y de análisis de datos. Será una carrera orientada a entender a los mercados, los consumidores, a saber leer las necesidades de la gente, para que nuestros egresados puedan cubrir esos rubros y generar productos y servicios que atiendan a millones de mexicanos y generen mayores condiciones de bienestar”.
También “sabemos que tenemos un campus bellísimo, pero queremos hacerlo crecer un poco más para que en dos o tres años la matrícula sea de unos mil a dos mil estudiantes, aproximadamente.
—¿Algún mensaje para invitar a nuevos estudiantes?
—Quisiera decirles que si están pensando en iniciar su vida universitaria, este es el lugar indicado. En la UL desarrollarán durante los próximos cuatro años habilidades y competencias que contribuirán a formarlos como personas exitosas en el rubro de los negocios. Independientemente de la rama en la que se desarrollen, porque en todos los ámbitos de la vida hay negocio, desde espectáculos y deportes, o puede ser gastronomía, o actividades extractivas, o de movilidad y transporte.
Lo importante “para aquel que se quiera unir a nuestras filas es tener esa actitud de inconformidad, ganas de hacer las cosas, de ser exitosos, que estén dispuestos a fracasar cuantas veces sea necesario para lograr sus objetivos, sus metas”.
Dice Díaz Cuervo: “Ese es el tipo de perfil de estudiante que estamos buscando. No buscamos aquel estudiante que lo que quiere es solo una bolsa de trabajo. Estamos buscando a los que van a generar empleos y que van a generar riqueza en este país”.
Luego de ser reconocida por el ranking WURI por su manera de conectar la innovación con resultados concretos en la sociedad mexicana, la UL se posiciona como una de las universidades emergentes más relevantes de todo el país. ¡Enhorabuena y que continúen los éxitos!
Valores
» Libertad como principio y destino.
» Innovación como práctica cotidiana.
» Prosperidad Incluyente como objetivo colectivo.
» Integridad, responsabilidad y respeto como base de toda acción.
» Valentía, templanza, optimismo y mérito como actitudes que definen al líder transformador.
Única en su tipo
• Campus innovador Espacios abiertos y colaborativos que estimulan la creatividad y el trabajo en equipo.
• Facilitadores líderes en su industria Clases impartidas por empresarios, emprendedores y profesionales en activo que enseñan desde la experiencia.
• Business Bootcamps Programas intensivos para acelerar el emprendimiento o adquirir habilidades clave del mundo corporativo.
• Insignias digitales Certificaciones visuales que validan competencias específicas ante el mercado laboral.
• Alianzas estratégicas Colaboración con instituciones nacionales e internacionales en educación, innovación y tecnología.
• Red de networking Acceso a una comunidad de líderes, inversionistas, fundadores de startups y profesionales comprometidos con transformar México.
Camino al éxito
El modelo pedagógico de la UL se fundamenta en la libertad. Es decir, brindar a cada estudiante las condiciones necesarias para desarrollarse como una persona autónoma, crítica, responsable y capaz de tomar decisiones informadas.
A diferencia de otros modelos, educar en libertad implica empoderar al estudiante para que sea protagonista de su propio aprendizaje y agente activo en la transformación de su entorno.
En la UL se cuestionan los dogmas, se valoran las ideas, se apuesta por el mérito y se reconoce el esfuerzo como camino al éxito.