RECLAMOS

“Es imposible que la población olvide los estragos de esta pandemia”.

Laura Quintero
Columnas
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Mientras para la secretaria de Salud capitalina Oliva López Arellano vivimos las consecuencias del abandono histórico de los programas de promoción de la salud y prevención de enfermedades crónicas, para las bancadas de oposición se minimizan los reclamos por medicamentos, las súplicas por una cama en hospitales, y no se incrementa el presupuesto para garantizar la cobertura universal en servicios médicos.

“La pandemia de SARS-CoV-2 nos brindó una advertencia sobre el deterioro del derecho a la salud ocasionado por un sistema político y económico que dejó de poner a la persona en el centro de la atención, convirtió la salud en mercancía y privilegió la concentración de ganancias económicas en una reducida élite, por lo que ahora tenemos como tarea recuperar la atención médica, detener el desmantelamiento que provocó el modelo neoliberal. Por ello quiero reconocer el trabajo del personal de salud, su compromiso y profesionalismo para salvar vidas”, dijo López Arellano al presentarse en el Congreso local para informar de sus actividades.

Es vox populi que los servicios de salud de la Ciudad de México dejaron mucho que desear porque iniciaron tarde la atención a contagiados de Covid-19. También de manera tardía se aprobó la compra de pruebas PCR gratuitas. Cuando se adquirieron ya habían muerto miles de personas, lo cual es incomprensible ante la estela de dolor que dejó la ineptitud. ¿O no?

“Para facilitar el alta en los hospitales Covid a personas que se recuperaron de la fase aguda la Sedesa sumó un programa emergente de apoyo con oxígeno domiciliario, que incluía el concentrador de oxígeno con accesorios por dos semanas en promedio. Con este esquema se beneficiaron más de mil 287 personas sin seguridad social. En el momento de mayor demanda se habilitó la Unidad Temporal más grande de Latinoamérica dentro del Centro de Convenciones Citibanamex, que atendió a casi diez mil pacientes”, explicó la funcionaria del gobierno local.

Bueno, aunque se acondicionaron más instalaciones por el creciente número de contagios, seguían siendo insuficientes por lo que una cantidad no cuantificada de personas falleció en sus casas sin la debida atención, situación muy criticada por los ciudadanos. La contingencia ambiental rebasó en mucho al sistema de salud. El personal médico trabajó sin descanso horas y horas; enfermeras y hasta trabajadores de intendencia que mostraron solidaridad en esta desgracia a pesar de que también una suma importante murieron en cumplimiento de su deber. Una cifra que se desconoce o se oculta. ¿Cómo ve?

“La campaña de vacunación contra el Covid-19 en la Ciudad de México es de las más exitosas del país y hay un alto porcentaje de ciudadanos vacunados gracias a que hubo una coordinación histórica entre dependencias locales y federales. La estrategia para enfrentar la pandemia ha sido una tarea de Estado. Todos los involucrados trabajaron para garantizar que la población recibiera sus dosis”, aseguró la secretaria de Salud.

Hay muchas contradicciones y vaya usted a saber cuál es la realidad. Lo cierto es que la ciudad tiene el mismo número de muertes que toda España. Y es imposible que la población olvide los estragos de esta pandemia. ¿O acaso me equivoco?

El bolso de Laura…

Ahora déjeme contarle que se prepara una campaña para la revisión y supervisión de las gaseras que operan en la Ciudad de México para conocer el estado en que se encuentran sus cilindros. Se revisarían las condiciones de los tanques y las válvulas para evitar accidentes que se pueden evitar y sobre todo decesos que lamentar. Así se pueden evitar desgracias. ¡Ojalá!...