UNA GUERRA, VARIOS MUNDOS POSIBLES

“No existe ninguna señal que indique que el conflicto está cerca de terminar”.

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Lucy Bravo
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Cada día que continúa la invasión rusa en Ucrania se vuelve más evidente que estamos en la antesala de lo que podría ser el mayor desplazamiento de personas europeas desde la Segunda Guerra Mundial: solo en la primera semana de conflicto más de un millón de personas abandonaron el territorio ucraniano.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) incluso advierte que el número de refugiados podría superar los cuatro millones de personas en el extranjero y alcanzar hasta doce millones de desplazados internos.

Grupos en su mayoría compuestos por mujeres y niños enfrentan no únicamente temperaturas bajo cero, sino cuellos de botella en diversos cruces fronterizos con filas que superan varios kilómetros de distancia. La mayoría llega a Polonia, Hungría, Moldavia, Eslovaquia, Rumania y Bielorrusia. Pero este es un fenómeno que podría extenderse a todo el continente.

Hay que recordar que ni siquiera en el año pico de la crisis de refugiados sirios, en 2015, vimos un flujo tan importante en tan poco tiempo. Y tanto Europa como Estados Unidos siguen lidiando con las consecuencias políticas de esa tragedia humanitaria. Lo que está por ocurrir en Europa pondrá a prueba todos esos mensajes solidarios, banderitas y carteles que inundan las calles y las redes sociales. Y de no estar preparados, los países europeos podrían tener que lidiar también con toda clase de crisis internas.

Pero hay quienes aseguran que la Unión Europea tiene un as bajo la manga: los 630 mil millones de dólares de activos rusos congelados por las sanciones económicas impuestas por Occidente, con el liderazgo de Estados Unidos. Los países receptores de refugiados podrían solicitar estos fondos para atender la crisis.

Sin embargo, este sería un camino muy peligroso porque al tocar dichos recursos eliminan cualquier clase de incentivo que aún pueda existir entre los oligarcas de la élite rusa para presionar a Vladimir Putin para abandonar su aventura militar.

Escenarios

Más allá de la tragedia humanitaria que está por sacudir al continente europeo, la realidad es que no existe ninguna señal que indique que el conflicto está cerca de terminar. No obstante, hay algunos escenarios que podrían suscitarse.

El primero y más catastrófico consistiría en un derrocamiento del gobierno actual en Ucrania, acompañado de una destrucción de las ciudades y bastiones más importantes de resistencia ucraniana para dar pie a un líder títere del Kremlin. Pero para mantenerlo Putin tendría que instalar de manera permanente decenas de miles de tropas en Ucrania para contener lo que muy probablemente se convertiría en una insurrección continua.

Un segundo escenario es que de alguna manera el ejército y el pueblo ucranianos puedan resistir el tiempo suficiente la embestida rusa y que las sanciones económicas comiencen a dañar profundamente la economía de Putin, de modo que ambas partes se sientan obligadas a sentarse a la mesa. El compromiso podría incluir una retirada de las tropas rusas a cambio de que todos los enclaves actualmente bajo su control sean cedidos formalmente a Rusia. Sin embargo, esto implicaría que Putin admita que se equivocó y que Ucrania esté dispuesta a perder parte de su territorio.

Y en lo político otro escenario posible es uno en el que Ucrania se comprometa a permanecer como un territorio neutro, sin posibilidades de unirse a la OTAN.

El último y más remoto es que el propio pueblo ruso encuentre la forma de sacar a Putin del poder. Desafortunadamente, en todos estos escenarios todos pierden y, principalmente, tendrían que estar dispuestos a ceder. Algo que claramente no está en la mesa de negociaciones.

Lexema El académico Matthew Waldman alguna vez dijo que la “empatía estratégica” no se trata de estar de acuerdo con la posición de un adversario, sino de comprenderlo para que pueda diseñar una respuesta adecuada. Pero al parecer nuestros líderes no tienen tiempo para el pragmatismo político desde hace mucho y solo están dispuestos a ver el mundo desde su propio lente. Aun si esto implica perderlo todo en el camino.

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