Decálogo del reportero

Los puntos provienen de mis clases en la maestría Periodismo y Asuntos Públicos del CIDE y de la experiencia en el oficio.

El reportero ama y domina el lenguaje
Foto: Internet
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Conversa con @YaNiPaper

Sucede que tengo problemas con los decálogos. Son, de entrada, una reducción de la realidad. No siempre son simplones, aunque en ello reside su principal riesgo. La ventaja que veo en ellos, si están bien hechos, es la capacidad para mostrar lo fundamental, sin redundancias.

Con todo y esta divagación, con todo y la atracción-repulsión que me provocan los decálogos, lanzo uno sobre el buen reportero. Los puntos provienen de mis clases en la maestría Periodismo y Asuntos Públicos del CIDE y de la experiencia en el oficio.

Aquí lo dejo, pues, a su consideración:

1.- Un buen reportero conoce y domina el secreto del lenguaje: sujeto-verbo-predicado. La claridad y precisión son irrenunciables.

2.- El conocimiento es la columna vertebral de un reportero. Un buen reportero lee y sabe sobre su fuente, por lo menos.

3.- El reportero sabe para qué medio trabaja y se adapta a él o renuncia.

4.- El reportero sabe quién lo va a leer; se lo pregunta a sí mismo antes de escribir.

5.- Antes de proponer una nota, el reportero piensa si es novedosa, si causará impacto y si es cercana a sus lectores. La ambición es clave.

6.- Durante la planeación del texto, el reportero toma en cuenta el formato y el género que utilizará.

7.- El reportero escucha con atención y verifica la información antes de contar una historia.

8.- Un reportero que no sabe hacer relaciones públicas no tiene futuro. La agenda define el valor de un reportero.

9.- La disciplina es la mejor herramienta para que el reportero encuentre la nota de 8 columnas.

10.- La firma es lo único que un reportero tiene. Sin credibilidad, ningún trabajo tendrá impacto.

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