Cara de perro

Mientras comía en la fondita, vi en la televisión al procurador de la ciudad capital que confirmaba la captura de perros vándalos que habían cometido crímenes atroces, sin que se confirmara claramente su responsabilidad en los hechos como pasa regularmente cuando hay que inventarse un culpable, el caso es que los hallaron en el lugar.

Diego Castillo
Pendiente
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Perros encerrados
Foto: Internet

Mientras comía en la fondita, vi en la televisión al procurador de la ciudad capital que confirmaba la captura de perros vándalos que habían cometido crímenes atroces, sin que se confirmara claramente su responsabilidad en los hechos como pasa regularmente cuando hay que inventarse un culpable, el caso es que los hallaron en el lugar.

También informó que continuaría la persecución de otros perros que pudieran ser identificados como partícipes en los actos vandálicos a través del análisis de fotografías y videos captados por las cámaras de seguridad ubicadas en... el metro.

Dijo que las investigaciones para hallar más vándalos caninos estaban muy avanzadas ya que se había identificado una jauría que coincidía con la descripción de los habitantes (orejas levantadas, cuatro patas, hocico grande y una cola vacilante).

Anunció que los perros detenidos serían procesados conforme a la ley y serían resguardados y atendidos por psicólogos caninos que buscarían resolver la causa de una conducta tan anormal en los animales domésticos.

Afuera del refugio, cárcel canina, algunos activistas exigían la liberación de los perros presos políticos y acusaban la presencia de infiltrados dentro de la jauría que habían incitado al resto a cometer los delitos.

Los medios exageraban la noticia, como suelen hacer. Sentenciaban la presencia de nuevos cárteles depredadores y de furia incitada por grupos de oposición, hasta se les ocurrió que los perros no estaban suficientemente evolucionados para comportarse con civilidad.

Los canes se declararon inocentes por supuesto, se dijeron víctimas de la injusticia y la desigualdad porque no todos los perros tienen alguien que les tire un hueso.

Al conocer la noticia lamenté una posible cacería de perros callejeros en la que todos serían culpables sin que pudiera comprobárseles algún delito, serían culpables de ser libres y/o pobres, perros.

Lo cierto es que al salir de la fonda comencé a ver todos como los perros que son, porque todos tienen algo de perro aunque sea para pelear un hueso.

Me encontré con que ciertamente los perros más peligrosos son lo que tienen un dueño que les afile los dientes y los alimente y les diga qué hacer, entonces el peligroso es el dueño, claro.

También encontré que es verdad que hay un hueso para todos, pero es más fácil cuando uno es dócil y se lo regalan.

Lo complicado, aunque es lo que usualmente ocurre, es cuando algún perro se queda con todos los huesos y el perrillo callejero no tiene ni dientes ni garras para pelear por él.

Ésta es una historia ficticia sin el fin de ofender a alguien, aunque ciertamente alguien pueda salir mordido.