Por Roberto Pérez
La selección nacional mexicana de fútbol tendrá el próximo viernes 11 de octubre uno de los partidos más importantes de los últimos años, y no por tratarse de un cotejo que lo pudiese catapultar a una hazaña, sino por el fracaso deportivo y económico que podría representar una derrota frente a la selección de Panamá.
México marcha como quinto del hexagonal final rumbo al mundial Brasil 2014 y necesita una victoria ante la escuadra canalera para mantener su aspiración a la justa del próximo año.
El panorama es desolador después de que el combinado nacional únicamente ha logrado 8 unidades de 24 posibles (3 empates en casa, dos de visita y una sola victoria ante Jamaica).
Los resultados desde el inicio del hexagonal han sido a cuenta gotas, por ello José Manuel “El Chepo” de la Torre fue cesado luego de perder ante Honduras en la cancha del estadio azteca el pasado mes de septiembre, dejando en interinato a Luis Fernando Tena quien tampoco pudo sacar a flote a la selección en un sólo partido que terminó por goleada de los estadounidenses sobre el tri, situación que dio lugar a la convocatoria al timonel Víctor Manuel Vucetich quien concluirá el proceso de clasificación, con dos partidos por disputar.
Vucetich se enfrenta a una problemática de varias aristas, por un lado el estado anímico decadente por el cual atraviesan los seleccionados, quienes en sus clubes no viven su mejor momento; tal es el caso de Javier Hernández, quien ha visto escasa actividad con el Manchester United o Aldo Denigris quien en su club únicamente ha marcado un par de Dianas y comparte la suerte de Guadalajara en su declive en la Liga Mx, o que decir del caso de Carlos Salcido que en los Tigres tampoco ha visto regularidad.
Por otra parte los naturalizados Lucas Lobos y Cristian Giménez fincan una opción para la selección, sin embargo, basado en las dos actuaciones que han tenido con la playera verde, tampoco vislumbran una solución seria a la crisis azteca.
Otra problemática que enfrentará el estratega nacional es la presión mediática que ejercen las partes interesadas a nivel económico para que el cuadro nacional asista a la justa mundialista.
De acuerdo a lo publicado por la cadena ESPN, la industria futbolística podría dejar de percibir 600 millones de dólares en patrocinios concesiones a televisoras y demás cuestiones mercadológicas. También se perdería prestigio a nivel internacional y las cotizaciones a futbolistas se verían en franca desventaja frente a los que participen en el torneo mundialista.
Lo que disputará la selección mexicana en sus dos últimos cotejos de cara al mundial, es más que el simple honor futbolístico, ahí estará en juego el futuro inmediato de dirigentes del fútbol nacional como Decio de María y Héctor González Iñárritu, quienes han manifestado su decisión de salir de la dirigencia deportiva de la selección en caso de no conseguir el boleto a Brasil.
México no es ausencia en el mundial de fútbol desde 1990, año en que se descalificó de la justa debido al afamado tema de “Los Cachirules”, sin embargo, el tricolor nunca ha sido eliminado de un mundial desde que los hexagonales tienen vigencia y está sería la primera vez que quedarían marginados por su desempeño clasificatorio.
La selección de fútbol mexicano se perfila para una de sus más grandes catástrofes deportivas de toda la historia y el próximo viernes tendrán en sus manos la oportunidad de evitar el declive futbolístico de toda una nación.