¿Qué entiendes tú por amor? Una obra con mensaje

¿Qué entiendes tú por amor? Una obra de teatro que denuncia el bullying y el maltrato en las relaciones adolescentes.

Obra de teatro ¿Qué entiendes tú por amor?
Foto: Rodrigo Trejo
Redacción
Pendiente
Compartir

Por: Rodrigo Trejo

Este día del padre fui con mi familia a ver la obra de teatro “¿Qué entiendes tú por amor?” Para mi sorpresa, la obra no contaba una historia romántica, ni narraba los sueños de una pasión desmedida, era una historia de bullying y maltrato entre parejas adolescentes.

Habíamos querido ver la obra hace algunas semanas, pero cuando llegamos, los boletos se habían agotado y no pudimos verla. Este fin de semana tuvimos un espacio libre y decidimos lanzarnos de nuevo. Esta vez si hubo boletos e incluso nos hicieron descuento a mi madre, a mi hermana y a mí por llevar credencial de estudiante.

A diez minutos de que comenzara la obra pasamos al teatro. Ahí nos mantuvieron en un patio exterior antes de poder pasar al auditorio. Aproveché ese tiempo para revisar el programa y supe en ese momento que la obra sería una tragedia desgarradora.

Datos como “Tres de cada diez muchachas reportan sufrir maltrato emocional y físico por parte de sus novios o exnovios” son el preludio para la obra que yo había imaginado como una comedia romántica. Entonces pasamos a la sala y en la comodidad de mi butaca esperé a que la tercera llamada comenzara el suplicio.

La verdad es que soy un espectador que no disfruta mucho de los grandes dramas; prefiero por mucho las risas al llanto. Les mentiría si les digo que disfruté la obra de forma plena, pero debo admitir que la puesta en escena está muy bien lograda, la historia es buena y el mensaje es necesario.

La obra comienza con tres fantasmas que hacen guardia de la vida en la tierra. Estos seres los llevan en la mano los actores y son tristes muñecos de trapo que por si solos arrancan las lagrimas del público. Su trabajo es supervisar las relaciones tormentosas, pero su condición de espíritus los hace ser solo espectadores de las más horribles injusticias.

Teresa y Julián son dos noviecitos de la escuela y junto con los fantasmas vemos los abusos de su turbulenta relación. Todos quisiéramos hacer algo para detener los maltratos, pero también somos espectadores y al final sucede lo inevitable.

Terminó la obra y yo sentía como si me hubieran arrancado un boquete del alma, pero son esfuerzos como éste que nos hacen entrar en conciencia. Esta es la realidad de muchos chicos en México y también en el resto del mundo. Aún estamos lejos de encontrar una solución a este problema, pero más nos acercamos si evitamos el tabú.

×