Crimen organizado en la CDMX

El asesinato de israelíes confirmó la operación de grupos delictivos de carácter internacional

Norberto Vázquez
Política
Ciudad de México.
Foto: Cuarto Oscuro.

Ciudad de México, a 6 de agosto. El homicidio doloso en un centro comercial de dos israelíes altamente instruidos en cuestiones castrenses en su país de origen y coludidos en actos delictivos de alto impacto a nivel internacional reveló que las autoridades capitalinas, los organismos de inteligencia nacionales y los instrumentos de espionaje del Estado mexicano han sido incapaces de identificar operaciones de mafias extranjeras coludidas con el crimen organizado nacional en plena Ciudad de México (CDMX).

A decir de expertos consultados con el proceso en construcción de la actual administración del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y sus limitados proyectos estratégicos de seguridad nacional, la CDMX queda en el desamparo al carecer de una vigilancia estratégica a falta de cuadros de seguridad y espionaje como lo fueron la Dirección Federal de Seguridad, la Dirección de Investigación y Seguridad Nacional y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).


La referencia más alarmante de estos analistas de seguridad es la posibilidad de que algunas células del Cártel Jalisco Nueva Generación —el más violento y organizado del país— se haya visto presuntamente relacionado en un suceso que tiene como posible trasfondo la lucha por la plaza más importante del país, sin que ninguna de las autoridades capitalinas de seguridad tenga la capacidad de inteligencia policiaca para enfrentar y desarticular la eventual instauración de poderosos grupos nacionales e internacionales del crimen organizado.

En este caso, agregan los expertos, el mensaje de lo ocurrido en la Plaza Artz comienza a preocupar como muestra clara de que la CDMX no tiene un servicio eficiente de inteligencia y en total impunidad grupos locales delictivos, cárteles de enervantes nacionales altamente estructurados y el crimen transnacional encuentran en la capital del país tierra fértil para sus actividades ilícitas.

Grupos

Reportes de inteligencia de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) y de la Fiscalía General de la República (FGR) con base en informes de la Marina y el Ejército mexicano determinan que la Zona Metropolitana del Valle de México se la disputan once organizaciones delictivas dedicadas a la venta de enervantes, la extorsión, el cobro de piso y el secuestro.

Por si fuera poco, de manera reciente, según un informe de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) intitulado Actividad criminal y terrorista en México, nuestro país es ya centro de operaciones de por lo menos cinco grupos de la mafia internacional y la CDMX se usa como baluarte para esas transacciones ilícitas.

El reporte de la Interpol puntualiza que mafias de Rusia, China, Japón, Ucrania e Israel son las principales organizaciones criminales que operan en la CDMX para cometer delitos de tráfico de armas, lavado de dinero, tráfico de personas, fraude y tráfico de drogas.

De acuerdo al informe las organizaciones criminales rusas operan mediante células pequeñas conocidas como Poldolskaya, Mazukinskaya, Tambovskaya, Izamailovskaya y, en menor medida, Uralinvest, que mantienen un perfil bajo y a menudo operan en resorts, hoteles o casas de protección.

Se detalla que estas células rusas iniciaron su incursión en nuestro país en 1990 utilizando la llamada Ruta del Pacífico para el traslado de cargamentos de cocaína que inicia con grupos colombianos.

Se expone que el primer viso de la mafia rusa en México se documentó en julio de 1997, cuando arrestaron en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México —descendiendo de un vuelo de KLM proveniente de Ámsterdam— a Aleksandr Zakharov, Nicolay Novikov, Yevgeniy Sazhayev y Vladimir Titov, líderes del grupo Uralinvest.

Agrega el informe que organizaciones criminales ucranianas usan a México como área de concentración para actividades de tráfico de personas dirigidas a Estados Unidos, en tanto las mafias chinas y japonesas se vinculan con frecuencia a redes de contrabando de extranjeros en Baja California y Sonora.

Los grupos criminales asiáticos, señala la investigación, también se asocian con narcotraficantes mexicanos como proveedores de materiales precursores de drogas sintéticas, como la efedrina. El hecho más significativo de este caso lo protagonizó el chino Zhenli Ye Gon.

A las organizaciones japonesas las ubica Interpol como yakuza: dedicadas a trasladar jóvenes mexicanas hacia el país del sol naciente tienen como principal centro de operación a Tijuana, mientras la mafia fukinese “snakeheads” trabaja en colaboración con mexicanos para transportar inmigrantes chinos a Estados Unidos.

Sudamericanos

La administración actual capitalina reconoce que existe una red, principalmente de colombianos, que ofrece préstamos con altos intereses a comerciantes y quienes no pagan son víctima de robo, despojo de mercancía, amenazas y hasta golpes.

Al respecto la Canacope-CDMX informa que tiene reportados 90 casos de pequeños empresarios afectados por esta banda.

Las principales víctimas de esta red son comerciantes y vendedores ambulantes a quienes entregan tarjetas para ofrecer sus servicios bajo un esquema conocido como “gota a gota” cuyo sistema genera ganancias de hasta 100 millones de pesos a la semana y tiene a la CDMX como uno de sus centros de operación.

En estos seis meses de 2019 han sido detenidas en la CDMX 258 personas de origen extranjero: según datos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana capitalina 52% de estos infractores eran colombianos y 48% de otras nacionalidades.

Del total de estos 258 individuos aprehendidos 134 acreditaron nacionalidad colombiana, 30 eran venezolanos, 16 peruanos y 15 hondureños. Los extranjeros operaban en distintas áreas de la capital y la mayoría formaba parte de bandas sudamericanas o habían sido reclutados por grupos delictivos mexicanos.

Según la misma dependencia desde 2016 a mayo de 2018 se detuvo a 320 extranjeros en la Ciudad de México: los principales delitos de que se les acusa son robo a negocio con violencia, robo a transeúnte, narcomenudeo y robo a casa habitación.

Indicios

El analista político Carlos Ramírez dice a Vértigo que ya había indicios de la operación de cárteles en la CDMX. “Desde comienzos del sexenio de Enrique Peña Nieto había datos de su presencia, aunque primero como zona de estancia y no como plaza de tráfico, consumo y áreas controladas”, expresa.

Añade que “a partir de 2017 surgieron evidencias de que bandas de narcos estaban ya representando a los grandes cárteles”.

Determina que “los cárteles son cuidadosos con algunas plazas: o son para traficar y promover el consumo o son para esconderse. La capital paulatinamente fue aumentando el consumo de droga y con ello los cárteles se asentaron. Por razones políticas el gobierno de Miguel Ángel Mancera negó la presencia de cárteles cuando ya estaban incrustados”.

—¿El reciente asesinato de los israelíes solo es la prueba de que mafias internacionales operan de manera tácita a los ojos de las administraciones de la capital?

—Sin duda que es una prueba de acciones operativas. Las mafias ya no se ocultan, se mueven en zonas exclusivas, sobre todo Santa Fe. Pero lo de Plaza Artz fue una decisión de estallar la violencia con el propósito de iniciar una lucha abierta por la plaza capitalina; no cuidaron las formas, no los esperaron al salir sino que los mataron en uno de los restaurantes más exclusivos. Ello significa, por sí mismo, un mensaje: la impunidad del crimen organizado para ataques a criminales, sin temer a la reacción de la policía. Se trata del inicio de una nueva etapa: la lucha por la plaza CDMX por parte de los cárteles y ya no su operación por medio de bandas intermediarias. Por lo tanto vienen tiempos de violencia criminal para la capital del país.

—¿Qué tan importante es esta plaza para los grupos delictivos, tanto de carácter nacional como internacional?

—Muy importante por el tamaño del mercado de consumo. No hay cifras claras pero es posible que existan en la CDMX más de diez mil narcotienditas de venta de droga al menudeo, con el agregado de que ya hay servicio a domicilio; son cosas naturales del funcionamiento automático del mercado. La caracterización internacional tampoco es nueva. Desde hace como seis años el gobierno de EU habla de “organismos criminales transnacionales”, por sus ramificaciones a la propia Unión Americana y Europa.

—¿Han hecho oídos sordos las autoridades de seguridad capitalinas y los centros de seguridad nacional frente a estos grupos altamente organizados?

—Más que ante oídos sordos estamos frente a un desbordamiento de los métodos tradicionales de manejo de la información policiaca y de seguridad nacional. Hay que partir de un hecho: el asentamiento de bandas y cárteles del crimen organizado en la CDMX solo ha sido posible con la complicidad de las autoridades capitalinas. El Cisen quedó desarticulado con Peña y ahora existe un Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que carece de funcionalidad porque relevó a los expertos anteriores. La policía capitalina, la parte local del CNI y las fuerzas de la Guardia Nacional carecen de formación y capacitación para combatir cárteles y sus tareas son de presencia y vigilancia, no de persecución. Los cárteles, las mafias del contrabando de armas y grupos extranjeros llevan a los gobiernos de la CDMX y federal a reorganizar un sistema de seguridad pública, seguridad interior y seguridad nacional para detectarlos, confrontarlos y atacarlos. El mensaje que dejó el par de asesinatos en Plaza Artz indica que los delincuentes no le temen a la autoridad.

A su vez el experto en seguridad nacional y asuntos castrenses, Javier Oliva, menciona para este semanario que “hay indicios desde hace años de que las organizaciones criminales están en la CDMX, incluso en algunos casos tomada como una zona de no agresión, como en un tiempo lo fue Cuernavaca. Las evidencias se tienen a partir de los lugares donde adquieren viviendas de muy alta plusvalía, en zonas residenciales, preferentemente en las periferias o bien el sur de la ciudad, con negocios que compran como restaurantes, boutiques o en algunos casos la construcción de plazas comerciales”, expone.

Asevera que “el asesinato de estos prófugos delincuentes israelíes es una evidencia del grado de presencia de las organizaciones criminales. Incluso el hecho de que hayan actuado a plena luz del día con una actitud desafiante era con la certeza de que por distintas circunstancias podrían salir impunes del lance. Es muy claro que el nivel de complejidad con el que se operó este crimen también nos remite a una alta capacidad de organización de las propias bandas criminales”.

De la importancia de la ciudad para estos grupos delictivos expone: “La CDMX tomada en su conjunto es en volumen de consumo de drogas, sin duda, el más grande del país. También el aeropuerto internacional es uno de los principales puntos de introducción de materias y de recursos ilícitos, que pueden ser desde dinero, cocaína, armas, tráfico de personas… Esto le da a la actividad criminal en México un fuerte referente de carácter internacional”.

Sobre las autoridades de seguridad capitalinas y los centros de seguridad nacional advierte que “han demostrado una notable incapacidad de operación y una sobresaliente improvisación. Lo tenemos incluso en el arranque de este sexenio como ha ocurrido desde Carlos Salinas de Gortari: cada presidente que llega modifica de manera estructural, jurídica y presupuestal las áreas de defensa, seguridad e inteligencia. Ahora no es la excepción y cuando se refiere a la capital del país, que también es la sede federal, donde se asienta la enorme mayoría de las estructuras administrativas del gobierno de la República, por lo menos debería haber una mayor coordinación y presencia de los organismo de inteligencia”.

De esta manera para los expertos lo ocurrido en Plaza Artz es un aviso de una guerra entre cárteles extranjeros con la incorporación de grupos nacionales, lo que se traduce en una tarea para las autoridades capitalinas, la Guardia Nacional y el desarticulado Centro de Inteligencia Nacional.

Grupos que operan en la zona metropolitana

Unión Tepito Centro de la Ciudad de México, principalmente en la alcaldía Cuauhtémoc.
Cártel de Tláhuac Con actividades delictivas en Tláhuac, Tlalpan y Magdalena Contreras.
Cártel de Sinaloa En la alcaldía Venustiano Carranza, en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Cártel del Golfo Ecatepec.
Cártel del Sur En el municipio de Chimalhuacán.
La Empresa Opera en los municipios de Los Reyes y Cuautitlán.
La Nueva Empresa Nezahualcóyotl.
Cártel de Tlalpan En la alcaldía Tlalpan.
La Familia Michoacana Con operatividad en Chalco, Nezahualcóyotl, Ecatepec y Tultitlán.
Los Zetas Ixtapaluca, Acolman y Nezahualcóyotl.
Cártel Jalisco Nueva Generación En la alcaldía Tláhuac.

Fuente: DEA y FGR con base en reportes de inteligencia de la Marina y el Ejército