La situación del agua potable en México empeora cada día ya que existe sobreexplotación y contaminación de los recursos hídricos, aunadas a una mayor demanda del líquido vital debido al crecimiento poblacional, lo cual podría ocasionar una situación crítica en los próximos años.
En muchas regiones, además, el agua se está convirtiendo en un factor limitante para la salud, la producción de alimentos, el desarrollo industrial y la estabilidad económica y política.
Aun cuando 70% de la superficie del planeta está compuesta por agua, solamente 2.5% es agua dulce y de esta última poco menos de 0.3% es superficial.
La cantidad de agua dulce superficial, junto con la subterránea de todo el planeta, es menor a 1%, lo que implica que solamente 200 mil km3 están disponibles para el consumo humano y el mantenimiento de los ecosistemas naturales.
Según estimaciones de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en 2050 la mitad de la población mundial sufrirá escasez de este líquido elemental, por lo que debería ser clara la urgencia de mejorar las políticas y la conciencia de todos para cuidar el agua.
Ante esta preocupante situación, el joven Jesús Herrera desarrolló un dispositivo de medición de agua que se conecta de forma inalámbrica a una plataforma web, con la finalidad de generar indicadores sobre el uso y ofrecer recomendaciones para disminuir el consumo, lo cual genera ahorros económicos de forma indirecta.
Al respecto, el joven emprendedor comenta a Vértigo acerca de los beneficios de su proyecto: “El modelo consiste en una campaña de cultura hídrica y una red de medición, la cual permite desarrollar un sistema de evaluación de desempeño del consumo por parte de los ocupantes; provee recomendaciones para la disminución de este, y muestra los impactos tanto en litros como en pesos. Es necesario transformar las variables de medición en indicadores comparables, los cuales se plasman de manera gráfica y algunos de ellos se correlacionan entre sí y con algunas variables de naturaleza demográfica, económica e institucional para ofrecer elementos adicionales de análisis”.
Los sistemas tecnológicos “cuentan con bases de datos confiables, permiten comparaciones objetivas e identifican tendencias agregadas y específicas por jurisdicción. Cada actividad realizada por el hombre está enlazada con un patrón de uso de recursos y, por lo tanto, con una huella medioambiental. Este proyecto ayuda a los usuarios a captar el impacto de diversas actividades y está diseñado para transformar los hábitos de consumo”, resalta.
Su compromiso, como emprendedor, con el desarrollo de los mercados verdes en América Latina lo ha llevado a representar a México en diversos foros internacionales. Su más reciente participación fue el pasado diciembre, donde tuvo la oportunidad de presentar los resultados de su proyecto ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) con sede en Washington, DC. Fue ahí donde emprendió su trayectoria profesional en el mundo de la sustentabilidad y ahora es especialista en tecnologías de ahorro de agua y energía.
A sus 27 años, Jesús también es conferencista de la Ola de conciencia, un movimiento vital si consideramos que gran parte de los habitantes del planeta no conocen a fondo este tema, por lo que se carece de puntos de referencia e indicadores para disminuir el consumo.
Lo anterior es un dato relevante que muestra una necesidad latente por crear campañas innovadoras. “Estamos empezando el segundo semestre del año y es indispensable unir esfuerzos para poder crear una Revolución Azul, que dé certidumbre a las presentes y futuras generaciones. Invitamos a todas las organizaciones, empresas y gobiernos a trabajar en conjunto, ya que unidos podemos llegar más lejos”, concluye.