Historia de una reinserción social fallida

La historia de Juan es como la cientos de ex convictos que tienen la esperanza de reconstruir su vida tras cumplir su condena, sin embargo se enfrentan al desempleo y discriminación.

Elidet Soto
Bienestar
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Hace años que no pisaba el barrio de la “Sanfe”, como le dicen a la colonia San Felipe de Jesús en la delegación Gustavo A. Madero.

No ha cambiado mucho, permanece la paletería que solía visitar cuando niña y hasta la tienda donde mis primos y yo comprábamos dulces.

Regresé al barrio para entrevistar a un hombre que lleva 2 años fuera del reclusorio. Quiere contarme su vida y revelar por qué terminó postrado en una silla de ruedas y sin poder trabajar.


Camino sobre la avenida León de los Aldama y veo al sujeto en cuestión, platica con una joven de aproximadamente 24 años. Se ven felices.

Llegué 30 minutos tarde pero el entrevistado me recibe como si nos conociéramos hace años. Viste una camisa a cuadros en colores pastel, pantalón de mezclilla al estilo “cholo” y unos tenis “Jordan” complementan su atuendo. 


Se niega a revelar su nombre completo, pide que le digamos “Juan” y me invita a ir a conocer a su madre para darle el abrazo del 10 de Mayo, pues según dice, “la jefecita” es todo para él.

Tras la visita familiar nos dirigimos al anexo de AA donde vive Juan. Quiere ver si la entrevista puede realizarse ahí, sin embargo, el encargado del lugar se niega y prefiere que platiquemos en otro lado.

Un parque abandonado parece ser ideal.
 Pasa del mediodía y el sol está en su punto, Juan no usa las banquetas porque en la colonia no hay rampas para discapacitados, prefiere transitar sobre la calle, junto a los carros.

Los vecinos ya lo conocen, lo saludan y hasta le invitan una “chelita”, pero se niega porque dice que está ocupado."Me van a hacer famoso”, bromea con sus amigos.



Drogas, cárcel, abuso sexual y prostitución son las claves en la historia de Juan, quien sin pelos en la lengua y con lujo de detalle relata su vida desde el momento en que probó su primera bachita.



Salió y entró de la cárcel durante 11 años, siempre tratando de buscar cómo seguir drogándose sin importar las consecuencias.

Su historia no dista mucho de la de otros que cayeron en las drogas y después recurrieron a la delincuencia, pero para Juan lo más importante es transmitir que es un hombre rehabilitado y con ganas de empezar de nuevo. 



Su mayor problema es que vive al día porque nadie le da un trabajo fijo, y aunque su familia lo apoya, él prefiere comenzar de cero y valerse por si mismo.

Hay otra razón de peso, desde hace 4 meses sostiene un noviazgo con una joven de 24 años que conoció en el anexo y que podría estar embarazada.

Según datos estadísticos del Sistema Penitenciario Nacional 2013, en el país existen 420 centros penitenciarios los cuales albergan 242 mil 754 reos, lo que representa una sobrepoblación del 24.3%.

La entidad con más población penitenciaria es el Distrito Federal, con 41 mil 596 personas en prisión, seguida del Estado de México con 17 mil 694 y Baja California con 16 mil 429.

La Dirección de Prevención y Readaptación Social, señaló que sólo el 20% de las personas que salen libres logran reincorporarse a la vida laboral formal.

Los resultados de la primera encuesta realizada por el CIDE, en los Centros federales de readaptación social, indican que entre el 15 y 20 % de las personas que salen tras cumplir su condena vuelve a delinquir.

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