Mutilación genital femenina prevalece pese a renuencia de mujeres

A la fecha 125 millones de mujeres han sufrido alguna especie de mutilación genital en 29 países de África y el Medio Oriente, y otras 30 millones se encuentran en riesgo de  padecerla.

Muchas personas consideran que el procedimiento asegura el estatus de una mujer, su castidad, salud, belleza, posibilidad de casarse y honor para su familia
Foto: “© UNICEF/LeMoyne
David Moreno
Política
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En la mayoría de los países donde se acostumbra la mutilación genital femenina la mayor parte de las mujeres se oponen a esta práctica, sin embargo aún existen países donde mutilar los genitales de las niñas es una práctica casi universal, de acuerdo a un reporte de Unicef.

A la fecha 125 millones de mujeres han sufrido alguna especie de mutilación genital en 29 países de África y el Medio Oriente, y otras 30 millones se encuentran en riesgo de padecerla. Es sobre todo en Egipto, Etiopia, Nigeria y Sudán donde se encuentra el mayor número de víctimas, aunque en Somalia, Guinea y Djibouti más del 90% de las mujeres han sido sometidas al procedimiento.

La práctica además es considerada como violación a los derechos humanos, violencia contra la mujer y crueldad, de acuerdo a tratados internacionales.

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¿Por qué las mujeres son mutiladas?

Muchas personas en estos países consideran que el procedimiento asegura el estatus de una mujer, su castidad, salud, belleza, posibilidad de casarse y honor para su familia. Se asume que está vinculada a la cultura patriarcal de estas comunidades, donde la mutilación genital es una manifestación del control del hombre sobre la mujer.

El estudio señala que el principal factor por el que no se detiene la práctica es la presión social y no la religión, pues la mutilación genital persiste aún cuando las religiones lo prohíben.


En Egipto se lanzó un edicto religioso en 2007 por el Consejo Supremo de Investigación Islámica que prohibía la práctica y la calificaba como “acto pecaminoso”, sin embargo en este país el 91% de las mujeres han sido sometidas a la denominada circuncisión femenina.

Francesca Moneti, especialista de la Unicef en protección a los niños señala que la solución es hacer visible el rechazo a la mutilación que tienen las personas en privado, pues finalmente ceden ante la presión social.

“Yo puedo no apoyarlo y tú puedes no apoyarlo, pero te veo cortando a tu hija y tú me ves cortando a mi hija y piensas que lo apoyo porque me ves cortando a mi hija, pero es algo de lo que no hablamos”, explica.

¿En qué consiste?

La mayor parte de las mujeres cuyas hijas han sido sometidas a mutilación señalan que el procedimiento involucró el corte y retiro de tejido de los genitales exteriores (clítoris, labios mayores y/o menores).

En Somalia, Eritrea, Nigeria, Djibouti y Senegal más de 1 de 5 niñas han sufrido la forma más radical de mutilación, que involucra el corte y cierre de los genitales a través de sutura.

En algunos países, como Egipto, es practicada por médicos, sin embargo en la mayoría de los países y comunidades rurales la realizan personas según ritos tradicionales y sin anestesia, usando en muchos casos herramientas sin esterilizar como cuchillos, tijeras, piedras afiladas y corta-uñas.

Las complicaciones que trae a las mujeres el procedimiento pueden ser inmediatas o a largo plazo, e incluyen sangrado excesivo, infecciones, obstrucción urinaria y formación de fístulas.

Aceptación disminuye poco a poco

La aceptación de la mutilación genital femenina parece ir disminuyendo poco a poco, incluso en países donde la práctica es casi universal, como Egipto y Sudán, de acuerdo al monitoreo de Unicef.

En casi todos los países desde aquellos donde existe prevalencia moderadamente alta hasta aquellos con prevalencia baja el porcentaje de mujeres que aceptan la práctica ha declinado.

En la República Central de África la proporción de mujeres que apoyan la mutilación ha caído de 30% a 11% en 15 años, mientras que en Nigeria ha bajado de 32% a 3% entre 1998 y 2006.

Sin embargo en otros países como Guinea, Guinea-Bissau y la República Unida de Tanzania la aceptación ha permanecido constante.

El reporte también señala que no sólo las mujeres son quienes quieren poner fin a la práctica, pues en Chad, Guinea y Sierra Leona son más los hombres que las mujeres que se oponen a la mutilación.

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