Estados Unidos se encuentra analizando una reforma migratoria, que podría dar un estatus legal a los 11 millones de migrantes que ya se encuentran allí, pero que también buscaría endurecer las medidas en la frontera para detener o disminuir aún más el flujo migratorio.
Pero ¿qué pasaría si esa frontera o la frontera de cualquier país se abriera para que todas las personas pudieran entrar y salir cuando quisieran? ¿terminaría la pobreza si quienes se encuentran en necesidad pudieran acceder a las oportunidades de empleo y riqueza de los países desarrollados?
Es justamente lo que se preguntaron un grupo de académicos y activistas que conformaron el movimiento Open Borders .
¿Cuáles son sus fundamentos?
Los integrantes de Open Borders opinan que las fronteras del mundo deberían ser abiertas por motivos morales y utilitarios.
Sostienen que migrar es un derecho natural, y que no es ético restringir este derecho a menos que exista una alta certeza de que permitir la migración pueda traer muy malas consecuencias.
Michael Huemer, filósofo y catedrático de la Universidad de Colorado, lo ejemplifica con una fábula en un artículo :
“Marvin, en peligro de morir de hambre, planea caminar al mercado local para comprar algo de comida. En la ausencia de una interferencia externa, su plan sería exitoso – el mercado está abierto y hay gente dispuesta a intercambiar comida por lo que Marvin posea. Ahora supón que, conociendo todo esto, activamente y con uso de la fuerza impido a Marvin llegar al mercado. Como resultado él muere de hambre”.
Huemer piensa que las acciones del gobierno de los Estados Unidos son análogas a la situación que ocurre en el ejemplo, pues invierten casi 13 billones de dólares para detener la entrada ilegal de personas al país y para expulsar a los que ya se encuentran allí. Evitan que los habitantes del tercer mundo puedan acceder a la posibilidad de cubrir su necesidades.
Por otro lado Michael Clemens, economista y jefe de investigación en el Centro de Desarrollo Global, tiene la teoría de que permitir la migración libre dispararía el PIB mundial entre un 50% y 150%.
En un estudio Clemens sugiere que la emigración del 5 por ciento de la población de las regiones pobres traería ganancias globales que excederían las ganancias resultantes de la eliminación de todas las barreras mercantiles y de capital entre los países.
¿Qué consecuencias habría para los países que envían sus trabajadores?
Lant Pritchett, autor del libro “Dejemos que su gente venga” , expone que los países con economías a la baja podrían dejar ir un poco de población al no tener oportunidades para ellos. Si bien esto no resuelve del todo su situación, impediría que las malas condiciones de vida en estos países empeoren.
Las remesas enviadas por lo migrantes a sus países de origen constituirían además una cantidad mayor de recursos que los destinados por otras naciones como ayuda humanitaria.
Estados Unidos es un país de migrantes
El mejor ejemplo de los beneficios que podría traer una frontera abierta lo representa Estados Unidos, alegan los simpatizantes de Open Borders .
Desde su fundación hasta 1921 el país tuvo una política de frontera abierta, pues fue hasta 1875 cuando se creó la primera ley federal que restringía la migración.
Con esta política Estados Unidos incrementó considerablemente su población, calidad de vida e ingresos per cápita.
Sostienen que este éxito histórico apoya la idea de que permitir una nueva ola de inmigrantes permitirá a los Estados Unidos alcanzar una aún mayor prosperidad.