Los republicanos John McCain y Lindsey Graham, que integran el grupo de los 8 senadores que impulsan un proyecto bipartidista de ley de reforma migratoria, defendieron sus planes de legalizar a 11 millones de indocumentados.
Señaló que una buena razón para apoyar la reforma son los resultados de las elecciones en noviembre pasado, ya que en esa ocasión su partido sólo obtuvo el 27% del voto latino, en comparación con el 44% de 2008, en parte por el discurso de auto-deportación de Mitt Romney, candidato presidencial en aquel tiempo.
Lindsey Graham indicó que las sanciones que implica la auto-deportación, tiene efectos negativos en la vida de muchas personas que llevan décadas de vivir como ilegales en el país, personas con hijos, nietos y hasta bisnietos estadounidenses. Dijo que con la reforma “algunos se quedarán y otros tendrán que irse”.
El proceso para la legalización será “muy duro”, los que se queden tendrán que pagar un multa, aprender inglés, pagar impuestos someterse a revisión de sus antecedentes penales. El proceso para la residencia legal en el caso de México dura unos 10 años, para luego solicitar la ciudadanía en un proceso que puede tomar entre 14 y 15 años.“Legalizar a 11 millones será beneficioso para la economía de este país”, dijo Graham, y llamó a un voto fuerte en el Senado, con mayoría demócrata, para que facilite su aprobación en la Cámara de Representantes, con mayoría republicana.El senador McCain afirmó por su parte que el proceso de enmiendas al proyecto en el Senado, comienza el próximo 9 de mayo y espera que haya ataques y críticas al proyecto, por lo que urgió apoyo de las partes interesadas para la aprobación del proyecto.