Nueva York gastará fondos municipales para facilitar que jóvenes inmigrantes sin autorización para vivir en Estados Unidos puedan pedir al gobierno la suspensión de su deportación y la obtención de un permiso de trabajo.
Funcionarios neoyorquinos anunciaron el miércoles que gastarán 18 millones de dólares en programas de educación para adultos y asistencia legal para ayudar a “dreamers” locales a acogerse al plan de suspensión de deportaciones que el presidente Barack Obama aprobó el año pasado.
Los “dreamers” son jóvenes que fueron traídos ilegalmente a Estados Unidos, generalmente por sus padres, cuando eran niños.
Nueva York es la primera ciudad del país que implementa la iniciativa, dijeron los funcionarios.