El escenario financiero mundial es por demás incierto: la Reserva Federal de Estados Unidos elevó sus tasas de interés debido a la mejoría en varios indicadores de la economía norteamericana; el Fondo Monetario Internacional (FMI) asevera que el retorno de la economía global a una expansión sostenida y sincronizada luego de la crisis que estalló hace más de siete años sigue siendo incierta; y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) prevé que el desempleo siga al alza en los próximos años como producto de un ciclo de crecimiento más lento, mayores desigualdades y conflictos sociales.
De acuerdo con la OIT, desde el inicio de la crisis mundial en 2008 se han perdido más de 61 millones de empleos, cifra que asegura seguirá aumentando hasta finales de la década, de tal manera que calcula que para 2019 más de 212 millones de personas no tendrán trabajo, frente a 202 millones en la actualidad.
El organismo detalla que en países como Estados Unidos y Japón las tasas de empleo han mejorado, pero en otras economías avanzadas, sobre todo de Europa, la situación es a la inversa, mientras que Asia meridional y África subsahariana concentran tres cuartas partes del empleo vulnerable del mundo.
No obstante considera que Asia oriental es una de las regiones con mayores probabilidades de reducir el empleo vulnerable, que debería pasar de 50.2% de la Población Económicamente Activa (PEA) en 2007, a 38.9% en 2019.
Respecto de los mercados laborales en los países de Latinoamérica, África y la región árabe, que dependen de los ingresos por petróleo y gas, señala que las perspectivas de empleo se han deteriorado.
Por el contrario, el descenso del costo de tales energéticos mejora las previsiones para la creación de empleos en las economías avanzadas y en diversos países de Asia.

Desigualdades
Las crecientes y persistentes desigualdades, además de las inciertas perspectivas respecto de las inversiones de las empresas, indica el organismo, han hecho más difícil que los países se recuperen de la crisis, “y si los bajos salarios llevan a las personas a consumir menos y las inversiones siguen siendo débiles, esto tiene evidentemente un impacto negativo en el crecimiento y, por ende, en la creación de más empleos”.
Además en tanto algunos países enfrentan una disminución de la mano de obra como producto del envejecimiento de la población, la demanda de competencias en el mercado laboral también incide en el debilitamiento del crecimiento económico mundial, indica el informe de la OIT.
Explica que mientras empleos rutinarios con un nivel de calificación media —como el personal de oficina— han disminuido, el personal de seguridad y algunos trabajadores ligados a cuidados personales, así como plazas altamente calificadas y cognitivas no rutinarias —ingenierías, por ejemplo— se han incrementado.
Las economías emergentes han logrado algunos progresos en la reducción de sus altos niveles de desigualdad, refiere la OIT. En cambio, en algunas economías avanzadas la desigualdad de ingresos se aproxima a las cifras registradas por aquellos.
En términos generales el organismo calcula que la desigualad de ingresos a nivel global se incrementará en los próximos años: 10% de la población más rica devengará entre 30 y 40% del total de la riqueza, mientras 10% de los más pobres ganará entre 2 y 7 por ciento.
Estas tendencias han minado la confianza en los gobiernos y mantienen alto el riesgo de conflictividad social, advierte el informe:
“El malestar social es particularmente grave en los países y regiones donde el desempleo juvenil es alto o se incrementa rápidamente”.
En concordancia con la tasa de desempleo mundial, agrega, el malestar social se disparó desde el comienzo de la crisis en 2008 y en la actualidad sus niveles son casi 10% más altos.
Contrastes
El Reporte nacional de empleo de Estados Unidos indica que el sector privado de la Unión Americana creó 217 mil puestos de trabajo en noviembre, lo que se traduce en el máximo incremento desde junio y una cifra ampliamente por encima de las previsiones de analistas, que calculaban 190 mil.
Con ello la tasa de desocupación en EU descendió a 5% de la PEA, después de haber registrado 10.2% a fines de 2009.
En contraparte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la OIT calculan que el desempleo en la región se incremente 0.2 puntos porcentuales este año, para cerrar en 6.2%, debido a que la expansión económica sería de apenas 1% en promedio, porcentaje similar al de 2014.
En 2015, detallan, la región de América Latina y el Caribe registra nuevamente una baja tasa de crecimiento económico, que impactará sobre el mercado laboral y genera preocupación por la posibilidad de un estancamiento e incluso un retroceso en los logros alcanzados en los últimos años.
Dada la fragilidad en el crecimiento económico mundial, la OIT estima que al finalizar 2015 la tasa de desempleo a nivel mundial se ubique en 6.1% de la PEA, mientras que las economías avanzadas y la Unión Europea (UE) registrarán 8.6 y 8.4%, respectivamente.
El desempleo en la zona euro cayó en septiembre a 10.8%, su nivel más bajo desde enero de 2012, en tanto que en las 34 principales economías del planeta (que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) se mantuvo estable en 6.7%, equivalente a 40.9 millones de personas, seis millones más que antes del estallido de la crisis.
En México la tasa de desocupación se ubicó en 4.4% al finalizar octubre, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En este sentido, Alfonso Navarrete Prida, secretario del Trabajo y Previsión Social, informó que de enero a octubre de este año se generaron 815 mil empleos en todo el país.
Vulnerables
Con una tasa mundial de desempleo de casi 13% en 2014, los trabajadores de entre 15 y 24 años han sido los más afectados por la crisis global, porcentaje que se elevará en los próximos años, prevé la OIT, debido a la baja creación de nuevos empleos a nivel mundial.
Asimismo, Elizabeth Tinoco, directora regional del organismo para América Latina y el Caribe, informa que seis de cada diez empleos disponibles para los jóvenes son informales. En la región, precisa, hay 108 millones de jóvenes en ese rango de edad, de los cuales poco más de la mitad —56 millones— forman parte de la fuerza laboral; es decir, que tienen un empleo o que lo están buscando.
No obstante, alerta, la tasa de desempleo alcanza 13.3% en el promedio regional, más del doble que la de los adultos.
“Estamos frente a un desafío político importante: el alto desempleo e informalidad configuran un cuadro en el que se generan altas dosis de desaliento y frustración por la falta de oportunidades”, destaca la funcionaria.
Y si bien a los trabajadores mayores les ha ido relativamente mejor desde el comienzo de la crisis financiera mundial, asienta la OIT, “continúa siendo inaceptable que casi la mitad de los trabajadores del mundo no tenga acceso a los productos y servicios de primera necesidad y al trabajo decente, situación que empeora en el caso de las mujeres”, señala.
La llegada al mercado de 404 millones de nuevos trabajadores a lo largo de la próxima década y la creación de oportunidades de trabajo decente y productivo para 202 millones de desempleados supone un inmenso desafío, subraya.
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