Una aparente amenaza se cierne sobre el capitalismo financiero transnacional, es decir, sobre la etapa actual del proceso globalizador.
La calificación de aparente se debe a que puede bien tratarse de un desafío que se debe resolver para garantizar la viabilidad de la globalización o, por el contrario, nos encontramos dentro del proceso de liquidación de un sistema que no termina por fenecer para que el nuevo se implante en toda su extensión.
Así, la aparente amenaza ―a dirimir― es la falta de confianza de la población ―de varios países líderes― en la capacidad de sus sistemas político-socioeconómicos para resolver los grandes problemas que más aquejan: falta de trabajo, seguridad, equidad en las oportunidades, salud, educación, trabajo, migración, sobrepoblación y justicia, principalmente. En general, miedo ante la enorme incertidumbre sobre el grado de prosperidad que depara el futuro.
La confianza es el activo intangible más valioso de cualquier sistema político-socioeconómico y el éxito de toda iniciativa privada; esta da cohesión a todo el espectro de diversidad. Aspecto clave expuesto por autores tan disímbolos como Niklas Luhmann y Francis Fukuyama.
Basta revisar las crisis de confianza en los sistemas políticos de —al menos— Inglaterra, Francia, Italia, España y ahora en Estados Unidos. De tal forma, que lo interesante del fenómeno y su coyuntura es precisamente que acontece en la cúspide.
Laboratorio
La fuerza de la campaña a la Presidencia de Trump se basa no en la confianza que propiamente él genera: su trayectoria empresarial evidencia habilidad, sentido de oportunidad, pero solo el beneficio como objetivo último. Así, la fuerza de su campaña se funda en la falta de confianza de una gran parte de la población de ese país en el sistema bipartidista. En sus miedos y deseos.
Para el ciudadano favorable a Trump el sistema de pesos y contrapesos norteamericano es ya insuficiente, debido a que los moderados de ambos partidos (Demócrata y Republicano) y los integrantes de otros poderes han degradado sus instituciones y el american way of life.
El éxito de la candidatura de Trump debe mucho a que esos inconformes han encontrado voz y aparente participación en los grupos radicales que se han hecho con el control de las bases del Partido Republicano. Son poderosos y cuentan con recursos.
Paralelamente, muchos medios contribuyen a difundir una imagen de deterioro y ansiedad social que se traduce en pérdida de confianza en el sistema. Las tácticas utilizadas por el candidato republicano son eficaces, al menos de mayor impacto que las del bando demócrata; empero, hace falta analizar la estrategia de este último.
Lo que parece claro es que el verdadero éxito para reconstruir la confianza, si no perdida sí dañada, es la capacidad de construir consensos y ya no solamente alianzas. De lo contrario, irrumpirá la lógica de la aniquilación de todo adversario y la imposición, que terminará por lastimar aun más la confianza.
La elección presidencial en Estados Unidos es algo así como el laboratorio de los desafíos del proceso globalizador y su resultado obviamente marca el ritmo de la siguiente fase.
Algunos afectos a la teoría de la conspiración afirmarán que todo lo tiene controlado el capitalismo financiero internacional. Lo cierto es que control no, pero sí gran influencia.