IP y gobierno, la fórmula en construcción

La fórmula de colaboración entre la iniciativa privada y el gobierno federal será la alternativa para reactivar la economía.

Construcciones
Foto: Cuartoscuro
Política
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Parecía que esta semana que concluyó la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) podría tomar tintes políticos en lugar de industriales: por primera vez había dos contendientes por la titularidad del organismo, uno de ellos no precisamente en busca de detonar al sector (eso se decía en voz alta).

Lo cierto es que a media semana se dio a conocer que Gustavo Arballo volvería a ser el titular de la CMIC.

Fue ardua la contienda al cierre de la asamblea. Tan es así, que por primera vez en la historia de la cámara de la construcción se vio una participación de afiliados mayor a 50%: aunque no votaron los diez mil 850 afiliados, 55% de estos participó y eso, se dice, ya fue de considerar.

Ahora bien, el reto y el compromiso hacia este sector serán mayores para Gustavo Arballo dada la continuidad que promete a los proyectos que se vienen gestionando entre el gremio, autoridades e incluso legisladores.

El primer desafío a alcanzar es no bajar la guardia y seguir muy de cerca el proceso legislativo para que en este periodo de sesiones se apruebe la Ley de Obra Pública Federal que se viene trabajando desde hace año y medio.

Esta ley permitiría diluir la burocracia, dar certeza jurídica en los procesos de cobranza y pagos, así como establecer mayor transparencia en el proceso de licitaciones.

No obstante, todo parece indicar que otra de las directrices que seguirá muy de cerca el titular de la CMIC es el de las nuevas modalidades que apoyan el detonante de este gremio.

Me refiero a la colocación de recursos en el mercado de valores por parte del gobierno federal para financiar proyectos de construcción, donde la participación de la iniciativa privada está más activa y permite seguir con la generación de obras.

Incluso, de frente a una problemática de ajuste presupuestal anunciado por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, instrumentos como los certificados de proyectos de inversión serían otra de las opciones con las que se podrían levantar más de 100 mil millones de pesos, reactivando una parte del sector de la construcción.

Sin sobresaltos

En apariencia, la fórmula de colaboración entre la iniciativa privada y el gobierno federal será la alternativa para reactivar la economía a través de muchos sectores pilares, como es el caso del rubro de la construcción, que aporta 8% del PIB y es el segundo sector generador de empleo.

Pero también es uno de los más afectados cuando la economía mexicana se tambalea, si bien para este 2016 se espera que se mantenga como en 2015, es decir, sin grandes sobresaltos. Aunque no hay que olvidar que hace dos años venía arrastrando una racha mala, donde 14 meses consecutivos se encontró en una carrera hacia la baja.

En fin, por ahora regresa a los niveles de 8% como aportación al PIB y crecimientos similares a los de la economía.

Así que el gremio no espera bajar la guardia en pro de abatir la informalidad, las desviaciones en cuanto a obras de infraestructura se refiere y el impulso a las Pymes.

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