2 sobrevivientes del alud en Atoyac narran su tragedia

Cada uno de los cerca de 400 sobrevivientes de La Pintada recuerdan con precisión donde estaban al momento del mortal golpe de tierra y rocas la tarde del lunes.

La Secretaría de Gobernación reportó 97 muertos por las lluvias que azotaron varios estados el pasado fin de semana
Foto: AP
Política
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El alud que sepultó una parte de la comunidad La Pintada, en Atoyac, Guerrero es la mayor tragedia ocurrida tras el paso de 2 tormentas el fin de semana por ambos lados de México y que en todo el país había causado al menos 97 personas, que no incluye a los desaparecidos.

Cada uno de los cerca de 400 sobrevivientes de La Pintada recuerdan con precisión donde estaban al momento del mortal golpe de tierra y rocas la tarde del lunes.

La salva su padre

Nancy Gómez, de 21 años, escuchó un extraño sonido y con su bebé de un año en los brazos se acercó a la puerta de su casa a mirar que pasaba. Entonces vio el suelo moverse y enseguida sintió cómo era sacudida por detrás cuando su padre la empujó intentando protegerla.

Esa fue la última vez que Gómez vio a su padre, quien se encuentra entre uno de los 68 desaparecidos por el deslizamiento de tierra, cubierto posteriormente por un segundo alud tras el deslave que sepultó ahora también a gente que intentaba rescatar a quienes ya estaban atrapados.


En el primer deslave de un cerro ablandado por las intensas lluvias que dejó la tormenta tropical Manuel, Gómez se vio atrapada en una ola de tierra que la cubrió y dejó apenas una pequeña

bolsa de aire entre ella y su bebé.

Familiares llegaron hasta donde estaba su casa y lograron rescatarla.

“Yo gritaba mucho para que me rescataran, pero de mi mamá, mi papá y mi primo no escuché nada, ni un grito, nada, nada”, dijo Gómez mientras permanecía recostada en un colchón dentro de un albergue temporal en Acapulco.

Pierde a sus hijos

Amelia Saldaña, una madre soltera de 43 años que perdió a sus 4 hijos -unos gemelos de 5, uno de 7 y otro de 17 años- en el alud de La Pintada.

Saldaña había acudido a la plaza de la comunidad para una celebración del Día de la Independencia. Dijo que debido a que llovía les pidió a sus hijos que se quedaran en casa mientras ella iba a conseguir un poco del preparado de maíz que regalarían.

Entonces escuchó el alud, un sonido sordo que otros habitantes lo describen como de un temblor. Cuando corrió de vuelta a su casa, simplemente ya no existía.

“Traté de acercarme a mis niños, pero no pude”, dijo Saldaña a la AP entre lágrimas. “Me siento feo porque perdí todo”.

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