Marissa Mendoza, esposa de uno de los normalistas de Ayotzinapa muertos en Iguala, Guerrero, narró para el diario Milenio la terrible experiencia que fue reconocer el cadáver de Julio César Mondragón, quien fue desollado vivo.
Marissa, de 24 años, acudió al Servicio Médico Forense (Semefo) de Chilpancingo para identificar a Julio César, con quien procreó una bebé, de apenas 2 meses de nacida.
Al llegar al lugar, personal del Semefo intentaron persuadirla para que desistiera. “Tiene que ser muy fuerte”, le dijeron.
La impresión para Marissa fue muy fuerte, el cuerpo Julio César fue desollado vivo.
Con información de Milenio.com.