Moisés Sánchez, una estocada más al periodismo

La desaparición y asesinato del periodista y activista involucra no solo a grupos delincuenciales, sino también a las autoridades locales.

La desaparición y asesinato del periodista y activista involucra no solo a grupos delincuenciales, sino también a las autoridades locales
Foto: Familia de Moisés Sánchez
Gustavo Pérez
Política
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El caso del periodista independiente desaparecido Moisés Sánchez Cerezo cerró ayer martes otro capítulo, tras la confirmación que el cuerpo hallado en un municipio veracruzano pertenece a este hombre.

La Procuraduría General de Justicia del Estado de Veracruz (PGJV) anunció que, luego de realizar pruebas de ADN a petición del hijo del secuestrado, se corroboró la identidad del cadáver, que se halló decapitado en el municipio de Manlio Fabio Altamirano.

La desaparición y asesinato de Sánchez Cerezo involucra no solo a grupos delincuenciales, sino también a las autoridades locales, entre ellos al presidente municipal de Medellín de Bravo, Omar Cruz Reyes.


Periodista y activista

José Moisés Sánchez Cerezo, de 49 años, era el director del semanario comunitario “La Unión”, en el municipio veracruzano de Medellín, un medio que él mismo financiaba y que utilizaba para manifestar las denuncias de los mismos habitantes en torno a actividades ilícitas o de abuso por parte de las autoridades.

La publicación no era una fuente de ingresos para el periodista y fotógrafo, quien además debía trabajar también como taxista y con una tienda de abarrotes.

A la par de administrar este medio, también llevaba a cabo manifestaciones en las que protestaba por los presuntos abusos del alcalde de su municipio, Omar Cruz Reyes.

Su labor periodística y su activismo, afirman colegas, habría generado “molestias” al crimen organizado local y las mismas autoridades municipales.

Su hijo, Jorge Sánchez, señaló a medios que el alcalde Cruz Reyes planeaba “darle un susto” a su padre, luego de que éste último se uniera a las guardias ciudadanas de su colonia Gutiérrez Rosas. El mismo Sánchez denunció en redes sociales que había recibido amenazas de muerte.

La desaparición

El viernes 2 de enero de 2015, Sánchez fue secuestrado en su domicilio por un grupo armado; los captores también sustrajeron su equipo de trabajo como una computadora, celular y cámara fotográfica.

La familia del periodista y taxista denunció el delito y demandó a las autoridades la presentación con vida del secuestrado, luego de que, presuntamente, vecinos dieron aviso a la policía y ésta hizo caso omiso.

El gobernador de Veracruz, Javier Duarte, informó en su momento que no se descartaba ningún indicio que diera con el activista y periodista, en tanto que la investigación también incluía al presidente municipal Omar Cruz Reyes.



La investigación

La PGJV atrajo el caso y, al tiempo que realizaba la búsqueda de Sánchez Cerezo, tomó declaración a 35 funcionares municipales, incluido el alcalde local.

Las pesquisas llevaron al arraigo de 13 policías municipales, uno de los cuales, de nombre Clemente Noé Rodríguez Martínez, confesó que él y al menos otras 5 personas participaron en el secuestro y muerte de Moisés Sánchez.

El policía municipal admitió que el delito fue ordenado por el subdirector de la Policía Municipal de Medellín, quien además es escolta personal y chofer de Cruz Reyes.

La madrugada del sábado 24 de enero, el cuerpo de Sánchez fue hallado en el municipio de Jamapa, cercano a Medellín, sin cabeza.

El hijo del fallecido negó que el cadáver hallado fuera el de su padre y demandó que se realizaran pruebas de ADN para comprobar la identidad. La PGJV accedió y los resultados confirmaron que se trataba de Moisés Sánchez.



¿Qué sigue?

Tras la investigación, el titular de la PGJV, Luis Ángel Bravo, señaló al edil de Medellín, Omar Cruz Reyes, como autor intelectual del secuestro y muerte del periodista, por lo que solicitó su desafuero.

Ante las acusaciones, el alcalde continúa en funciones, aunque su representante legal, Sergio Vaca, afirmó que éste “no está escondido”.

El edil ha admitido “diferencias” con el periodista, pero niega haber participado en su asesinato.

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