Margarita Suárez, una mujer de Mérida, se dedicó gran parte de su vida a alimentar perros y gatos callejeros cerca de su domicilio.
La mujer falleció el pasado 15 de marzo y en el día de su funeral muchos de los perros que ella alimentaba llegaron al lugar dónde yacía su cuerpo.
Patricia, hija de la fallecida, cuenta que los animales llegaron solos y cuando los restos de Margarita Suárez fueron trasladados a la iglesia, un grupo de perros siguió al coche fúnebre.
Con información de Life WIth Dogs.


